1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

CTXT necesita 3.000 suscriptores más para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

INJERENCIA

La política exterior de Europa ha sido intervenida y las consecuencias son nefastas

Los intereses del neoconservadurismo estadounidense han impulsado a la Unión Europea a tomar decisiones que provocan enormes daños autoinfligidos y solo benefician a Estados Unidos

Thomas Palley 29/02/2024

<p>Jens Stoltenberg (secretario general de la OTAN), Joe Biden y Pedro Sánchez se saludan durante la cumbre de Madrid de la OTAN, en 2022. / <strong>OTAN</strong></p>

Jens Stoltenberg (secretario general de la OTAN), Joe Biden y Pedro Sánchez se saludan durante la cumbre de Madrid de la OTAN, en 2022. / OTAN

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La política exterior europea ha sido intervenida y apresada por los intereses neoconservadores estadounidenses. Este apresamiento supone una grave amenaza tanto para la democracia europea como para la seguridad mundial. La amenaza a la seguridad mundial se debe a que actualmente Europa es prisionera de la guerra neoconservadora de EEUU contra China y Rusia. La amenaza a la democracia reside en que, de manera progresiva, el electorado europeo va intuyendo que ha sido vendido, lo que ayuda a explicar que se haya vuelto en contra de la clase política dirigente.

Las consecuencias de esta injerencia son simples y nefastas, pero revelarlas es difícil. Se privilegia el statu quo y hay resistencia a reconocer hechos desagradables. Este artículo expone esos hechos.

¿Qué es el neoconservadurismo y quiénes son los neoconservadores?

Hay que empezar por entender el neoconservadurismo y a los neoconservadores. El primero es una doctrina política estadounidense que se impuso en la década de 1990. Sostiene que nunca más volverá a haber una potencia extranjera, como la antigua Unión Soviética, que desafíe la hegemonía mundial estadounidense. Esta doctrina otorga a EEUU el derecho a imponer su voluntad en cualquier parte del mundo, lo que explica que tenga más de 750 bases en 80 países alrededor tanto de Rusia como de China.

Inicialmente, esta doctrina se extendió entre republicanos intransigentes como Dick Cheney y Donald Rumsfeld, y posteriormente fue adoptada por demócratas como Hillary Clinton y Barack Obama. Eso la hace aún más peligrosa, ya que se ha apoderado de los dos partidos políticos estadounidenses. Además, ahora, los demócratas le otorgan una engañosa legitimidad al afirmar que la motivación de EEUU es proteger la democracia y los derechos humanos.

La Guerra Fría, el modelo Lovestone y el Partido Verde alemán

EEUU tiene una larga historia de intrusión política

EEUU tiene una larga historia de intrusión política. Quizá el incidente europeo más famoso ocurrió durante las elecciones italianas de 1948, que algunos sostienen que se decidieron gracias al enorme apoyo financiero encubierto que los democristianos recibieron de EEUU.

Sin embargo, lo que arroja mucha más luz sobre la situación actual es la historia de injerencia estadounidense en el movimiento sindical europeo durante la Guerra Fría. Esta historia queda reflejada en la carrera de Jay Lovestone, sindicalista estadounidense y agente de la CIA, de quien se dice que fue una de las cinco personas más importantes dentro de la estructura de poder oculta de la Guerra Fría. Lovestone dirigió una operación encubierta de intrusión que consiguió ejercer una significativa influencia dentro de los movimientos sindicales europeos e internacionales, y es probable que aún queden rastros de ella.

Jay Lovestone, durante un mitin sindical en los años 30. / Marxists Internet Archive

El modelo de Lovestone proporcionó un patrón operativo para infiltrarse en el movimiento obrero, pero hay razones para creer que también puede haber sido empleado para hacerlo en el Partido Verde de Alemania. Los Verdes tienen sus raíces políticas en el movimiento pacifista de la década de 1970 que se opuso al despliegue de armas nucleares tácticas estadounidenses en Alemania. Sin embargo, en la actualidad, bajo el liderazgo de Annalena Baerbock, el Partido Verde se ha convertido en el principal partido de la guerra y en un aliado destacado de los intereses neoconservadores estadounidenses. Además, como se expone más adelante, esa alianza ha provocado graves daños medioambientales, lo que es totalmente contrario al propósito político de los Verdes.

La mecánica de la intrusión

Hoy en día, el proceso de intrusión funciona a través del Gobierno de EEUU y sus aliados corporativos, que tratan de inclinar la balanza a su favor en los resultados políticos de los países extranjeros. Lo hacen ayudando a aliados políticos y promocionando a periodistas y académicos adeptos. Los intereses políticos afines se benefician del apoyo financiero y mediático. Los profesionales de la comunicación se ven recompensados con ascensos laborales y salarios más elevados acompañados de un mayor acceso, visibilidad y respaldo de la clase dirigente.

Los laboratorios de ideas son una herramienta fundamental. Proporcionan una referencia y un escenario para los políticos y tertulianos profesionales, y desarrollan las narrativas políticas que alimentan la gran cámara de eco de la sociedad. También proporcionan la credibilidad intelectual que legitima el relato neoconservador y a sus autores. Entre los laboratorios de ideas más conocidos se encuentran el German Marshall Fund, el National Endowment for Democracy, el Council on Foreign Relations, el Carnegie Endowment for International Peace, el Atlantic Council y la Hoover Institution de la Universidad de Stanford.

Los honorarios de los conferenciantes y las consultorías también desempeñan un papel fundamental. Los políticos en activo se ven recompensados con conferencias bien remuneradas y segundos empleos extracurriculares. Los políticos que se han retirado temporalmente del ruedo reciben contratos laborales aún más cómodos que suponen una inversión de futuro. También se recurre a los servicios de exdirigentes con honorarios disparatados por conferencias y trabajos de asesoramiento ad hoc.

Estas prácticas son especialmente evidentes en la política británica. Los honorarios y la remuneración varían en función del valor percibido, y el sistema está abierto a políticos de distinto signo. Entre los beneficiarios figuran estrellas como Tony BlairBoris Johnson, pero también perfiles más bajos como Theresa MayGordon BrownLiz Truss. Al parecer, Keir Starmer tiene una prometedora perspectiva de futuro si tenemos en cuenta su respaldo a la política estadounidense respecto a UcraniaOriente Próximo. En Alemania, el antiguo líder del Partido Verde, Joschka Fischer, se beneficia del sistema y se ha declarado firme partidario de la postura estadounidense respecto a Ucrania y Rusia.

Las pruebas de la injerencia

La mecánica de la injerencia es una parte de la historia. La otra son las pruebas de la misma, que inevitablemente se niegan. La injerencia no se anuncia y no hay manera de demostrarla. En su lugar, lo único que se puede hacer es presentar los argumentos e investigarlos en busca de veracidad, coherencia lógica y motivaciones. El proceso es como un juicio con jurado y puede fracasar fácilmente. Sacar a la luz la verdad requiere un proceso justo y un jurado con la mente abierta.

El rasgo más llamativo de la política exterior europea es el enorme daño autoinfligido. Europa ha impulsado políticas que han ido en su contra y a favor de EEUU. Ese es el sello clásico de la injerencia.

1. La política en Oriente Próximo

La política europea en Oriente Próximo revela el calado y los costes de la injerencia estadounidense. Esa política es responsable de múltiples conflictos en los que Europa no ha tenido nada que ganar y sí mucho que perder. En particular, han desencadenado flujos masivos de refugiados que han desestabilizado la política europea. Por el contrario, EEUU no ha visto prácticamente nada de ese conflicto, ya que está protegido por el Atlántico y el Pacífico.

El rasgo más llamativo de la política exterior europea es el enorme daño autoinfligido

Un ejemplo del fracaso de esta política es la participación europea en la invasión ilegal de Irak en 2003 liderada por EEUU. La invasión se justificó con la falsedad de que Irak tenía armas de destrucción masiva (ADM). La verdadera motivación fue el agravio que suscitó en EEUU la independencia de Saddam Hussein, su amistad con Rusia y su amenaza de aceptar el pago del petróleo con moneda distinta al dólar. Eso amenazaba la hegemonía del dólar, pilar del poder económico y geopolítico estadounidense.

Barroso, Blair, Bush y Aznar, reunidos durante la conocida como Cumbre de las Azores. / Sgt. Michelle Michaud (Fuerzas del Aire de los EEUU)

La guerra de Irak propició la guerra civil siria de 2011, que EEUU fomentó y en la que posteriormente ha participado. Esa guerra inundó Europa de refugiados sirios, mientras el Atlántico protegía de nuevo a EEUU. Si bien Europa no tenía intereses vitales en Siria, los neoconservadores estadounidenses veían el régimen sirio de Assad como una grave amenaza para la hegemonía estadounidense en Oriente Próximo debido a su alianza con Rusia.

Algo similar ocurre con la participación europea en la intervención militar en Libia liderada por EEUU en 2011. Al igual que en Irak, la motivación fue el agravio que suscitó en EEUU la independencia de largo recorrido de Gadafi, su amistad con Rusia y la posibilidad de aceptar el pago del petróleo con moneda distinta al dólar. Esa realidad se encubrió con llamamientos a la opinión pública para que se castigara el atentado de 1988 contra el vuelo 103 de Pan Am sobre Lockerbie auspiciado por Libia, a pesar de que ya había pagado indemnizaciones y el principal responsable había sido condenado años antes. Una vez más, las consecuencias migratorias fueron enormes para Europa e inexistentes para EEUU. Libia era una barrera para la migración africana y su destrucción abrió las compuertas.

En resumen, los tres conflictos han ido en contra de los intereses de Europa y a favor de los intereses neoconservadores de EEUU. Sin embargo, Europa los ha facilitado o ha participado en todos ellos.

2. Expansión y transformación de la OTAN

La OTAN es un canal fundamental a través del cual se ha fiscalizado la política exterior europea. La organización está dominada por EEUU, que se ha servido de su posición para injerirse en la política militar y exterior de Europa, de modo que ha arrastrado a la Unión a apoyar políticas que benefician a EEUU a pesar de perjudicarse a sí misma.

La historia de la OTAN tiene dos dimensiones: expansión y transformación. Esta última ha pasado desapercibida, pero también es importante.

EEUU se ha servido de su posición en la OTAN para injerirse en la política militar y exterior de Europa

La expansión de la OTAN hacia el este es ampliamente conocida. El proceso se inició casi inmediatamente después del final de la Guerra Fría e incumplió el compromiso estadounidense de no expandirse que acordó con el presidente Gorbachov. George Kennan, autor de la doctrina de la contención durante la Guerra Fría, señaló las consecuencias agresivas y peligrosas de este incumplimiento en un artículo de opinión de 1997 publicado en The New York Times.

Para los neoconservadores estadounidenses la expansión de la OTAN es perfectamente comprensible. Rusia no había sufrido ninguna derrota militar ni había sido obligada a rendirse sin condiciones (como Alemania y Japón), y los neoconservadores la consideraban una amenaza continua para la hegemonía mundial de EEUU. La expansión de la OTAN reforzó la posición militar de EEUU y debilitó la de Rusia.

Sin embargo, para Europa todo fueron inconvenientes. Los nuevos miembros de la OTAN añadían poca capacidad defensiva, al tiempo que aportaban múltiples hostilidades y amenazas de conflicto preexistentes. También carecían de una cultura política compartida. Y lo que es más importante, cualquier conflicto se libraría dentro de Europa. En consecuencia, Europa se llevaría la peor parte, lo que ofrecía a los neoconservadores estadounidenses incentivos para aumentar su agresividad respecto a Rusia.

La otra cara de la historia de la OTAN es su transformación, pues pasó de ser una alianza defensiva regional (Atlántico Norte) a ser una agresiva organización intervencionista a escala mundial. Esa transformación comenzó con el bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN en 1999, se profundizó con la participación de la OTAN en la invasión de Afganistán liderada por EEUU en 2001, y se cimentó con la intervención en Libia en 2011, que se inició bajo el auspicio de la OTAN.

Ministerio de Defensa en Belgrado, tras los bombardeos de la OTAN en 1999. / David Orlovic

Al igual que con la expansión, desde el punto de vista neoconservador, la transformación de la OTAN es fácilmente comprensible. EEUU tiene una agenda para alcanzar la hegemonía mundial, y la transformación de la OTAN significó que otros países compartieran la carga de esa agenda. También sirvió para dar cobertura multilateral a EEUU. Sin embargo, una vez más, no había nada para Europa, que no tiene una agenda equivalente.

En resumen, la expansión y transformación de la OTAN constituyen una señal evidente de injerencia.

3. La guerra de Ucrania

El discurso sobre la guerra de Ucrania es el que se ha manipulado más exhaustivamente, lo que hace que sea el más difícil de desentrañar. El mejor punto de partida es quién ha ganado y quién ha perdido económicamente con la guerra. Ahí, las cuentas están claras. EEUU ha sido el gran ganador, mientras que Europa Occidental (y especialmente Alemania) ha sido la gran perdedora. Los trabajadores alemanes han sido los más perjudicados.

EEUU ha salido ganando al acabar con la dependencia que tenían Alemania y Europa Occidental de la energía rusa. Es más, la energía rusa ha sido sustituida por energía cara suministrada por EEUU. Esto constituye un triple beneficio para EEUU: ha debilitado a Rusia, ha aumentado la dependencia de Europa Occidental con respecto a EEUU y ha beneficiado a los productores estadounidenses. EEUU también ha salido ganando porque el aumento de la producción de armas ha supuesto un importante estímulo fiscal para su industria manufacturera. Esta configuración global ayuda a explicar que EEUU haya evitado una recesión. El único gran inconveniente fue el aumento temporal de la inflación provocado por el estallido de la guerra.

Europa Occidental, y especialmente Alemania, ha sido la gran perdedora. La barata energía rusa ha sido sustituida por la costosa energía estadounidense. Esto ha socavado la competitividad productiva de Alemania y ha contribuido a aumentar aún más la inflación europea. Europa también ha perdido el enorme mercado ruso, en el que vendía productos manufacturados. Asimismo, ha dejado de beneficiarse del gasto desmesurado de la élite rusa. Esta combinación explica el debilitamiento de la economía europea. Es más, el futuro económico de Europa se ha visto gravemente comprometido, ya que los cambios parecen permanentes.

Imagen de la guardia costera de Suecia de la fuga de gas de los oleoductos Nord Stream en el Mar Báltico, el 29 de septiembre de 2022. / Voice of America

Los trabajadores alemanes se han visto aún más afectados por la llegada masiva de refugiados ucranianos. Eso ha aumentado una competencia salarial a la baja y ha creado una escasez de viviendas que ha incrementado los alquileres. También ha provocado la saturación de las escuelas y los servicios sociales. En menor medida, lo mismo afecta a todos los trabajadores europeos.

Desde el punto de vista medioambiental, el cambio de suministro energético ha sido desastroso

Por último, desde el punto de vista medioambiental, el cambio de suministro energético ha sido desastroso. El gas procedente del fracking de EEUU (Texas) es uno de los más sucios del mundo, a lo que hay que añadir la contaminación del transporte marítimo. La guerra también ha sido una fuente directa de enormes daños medioambientales y climáticos. Eso explica la injerencia en el Partido Verde alemán.

La justificación de la clase dirigente europea para rechazar cualquier avenencia es que Rusia representa una amenaza existencial para Europa. Ese es el argumento de los laboratorios de ideas que defienden autores neoconservadores como Anne Applebaum y Timothy Garton Ash, de la Hoover Institution.

El argumento neoconservador apela a prejuicios heredados de la Guerra Fría, está plagado de lagunas y carece de contenido. Ignora la realidad de la expansión de la OTAN hacia el este, la amenaza que supone para la seguridad de Rusia y los conflictos dentro de la sociedad civil ucraniana, que incluyen la opresión de las personas de origen étnico ruso. Y lo que es más importante, afirmar que existe una amenaza rusa para Europa no cuadra.

Rusia se encuentra en descenso demográfico y carece de recursos para restablecer su hegemonía en Europa central. Su debilidad ha quedado demostrada en el campo de batalla, donde Ucrania la ha puesto en jaque con tan solo una modesta ayuda armamentística por parte de la OTAN. De hecho, esa debilidad da legitimidad a la necesidad rusa de una Ucrania desmilitarizada que haga de parachoques. La realidad es que el proyecto neoconservador estadounidense se beneficia de la continuación de la guerra, que desgasta a Rusia y debilita su posición internacional.

En resumen, Europa ha perdido económicamente con la guerra, mientras que EEUU se ha beneficiado. Del mismo modo, geopolíticamente el conflicto beneficia a EEUU, pero no a Europa. A pesar de ello, el establishment europeo ha abrazado la guerra. En 2022, Gran Bretaña torpedeó un acuerdo de paz negociado poco después del inicio de la guerra. Además, en su discurso de dimisión de 2023, el primer ministro británico Boris Johnson instó abiertamente a que el Reino Unido “se mantuviera cerca de EEUU”. Una vez más, las huellas de la injerencia son claramente visibles.

4. China

Por último, tenemos la política europea respecto a China, una cuestión incipiente que los neoconservadores estadounidenses pretenden torpedear también. Consideran que China es la mayor amenaza para la hegemonía mundial de EEUU. Esa amenaza es económica, geopolítica y militar. La economía de China podría superar significativamente a la de EEUU en tamaño, lo que le permitirá desafiar la influencia diplomática mundial de EEUU y su hegemonía militar en Extremo Oriente.

Europa no se enfrenta a tal desafío y mantiene una sólida colaboración económica con China. Las empresas europeas se benefician de las inversiones en China y de la exportación de bienes de inversión a este país, que China retribuye con bienes de consumo.

El mundo de los laboratorios de ideas estadounidenses presenta a China como un enemigo de Europa. Parte del argumento es que China apoya a Rusia, y Rusia es enemiga de Europa. Ergo, China es el enemigo de Europa. Una vez fiscalizada la política europea respecto a Rusia, esa brecha se utiliza para manipular la política europea respecto a China.

Asimismo, los laboratorios de ideas neoconservadores presentan de forma ficticia a China como parte de un eje autoritario involucrado en una guerra mundial contra la democracia. La realidad es que China está siendo atacada por los neoconservadores estadounidenses, que reivindican su derecho a la hegemonía mundial. EEUU tiene un largo historial de política exterior intervencionista violenta y apoya a los autoritarios que aceptan la hegemonía estadounidense. Si China hubiera aceptado la hegemonía estadounidense, habría sido aceptada como socia. Lo mismo puede decirse de Rusia.

La realidad es que China está siendo atacada por los neoconservadores estadounidenses

En resumen, la política europea respecto a China es un caso incipiente de injerencia. Al desvincular a Europa de China, EEUU se beneficia de dos formas. En primer lugar, perjudica a China. En segundo lugar, hace a Europa más débil y dependiente de EEUU. Sin embargo, no hay ningún beneficio para Europa ni para la democracia.

Las consecuencias de la injerencia

Las consecuencias inmediatas de la injerencia son dobles y nefastas. En primer lugar, el apresamiento neoconservador de la política exterior europea pone en peligro la seguridad mundial. Esto se debe a que los neoconservadores creen que EEUU tiene derecho a detentar la hegemonía mundial, lo que hace peligrar la seguridad internacional al crear, inevitablemente, conflictos con China y Rusia.

Pedro Sánchez, Tayyip Erdogan, Boris Johnson, Joe Biden, Jens Stoltenberg y Volodímir Zelenski, en la cumbre de Madrid de la OTAN, 2022. / OTAN

China y Rusia consideran que la intervención estadounidense en sus fronteras y los esfuerzos por cambiar sus regímenes internos son amenazas a la seguridad nacional. Las intervenciones fronterizas son también una invasión de sus esferas regionales de influencia. El resultado es un ciclo de desafío y respuesta que, inexorablemente, conduce al conflicto.

En segundo lugar, la injerencia en la política exterior europea pone en peligro la democracia europea a medida que las consecuencias se filtran a la sociedad. Eso está ocurriendo con Ucrania. Los votantes de la clase trabajadora poco a poco van intuyendo que los han vendido, y están soportando enormes costes económicos en nombre de un conflicto que no les interesa. Con la implicación de los dos bandos de la clase política dirigente y una izquierda que sufre de rigor mortis, la extrema derecha es el único lugar al que esos votantes pueden acudir.

Conclusión: el reto que tenemos por delante

Hay pruebas contundentes de que la política exterior europea ha sido intervenida en beneficio de los neoconservadores estadounidenses. Las injerencias no pueden repararse hasta que se reconocen. Por desgracia, no hay método para probarlas y el debate es denso. Además, existe el peligro persistente de perder el hilo. Cuando estalla un conflicto, los medios de comunicación de la clase dirigente presentan la historia como si empezara en ese momento y hacen caso omiso de todo lo que ha ocurrido anteriormente. Lo que se logra así es centrar la atención en el conflicto inmediato e ignorar las causas, lo que mantiene la intervención en su sitio. Arreglarlo no será fácil, pero fracasar sería desastroso. La tarea empieza por sacar a la luz el problema.

--------------------------------

Traducción de Paloma Farré.

Thomas Palley es doctor en Economía y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad de Yale. Fue economista jefe de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad EEUU-China.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en thomaspalley.com.

La política exterior europea ha sido intervenida y apresada por los intereses neoconservadores estadounidenses. Este apresamiento supone una grave amenaza tanto para la democracia europea como para la seguridad mundial. La amenaza a la seguridad mundial se debe a que actualmente Europa es prisionera de la guerra...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Thomas Palley

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

6 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Fernando

    Los ejecutivos de empresas israelíes están estos días en Barcelona, porque Israel vende armamento, drones y apps de control, vigilancia y represión por todo el mundo, tanto a regímenes democráticos como a dictaduras sanguinarias, con la etiqueta de haber sido "probadas en combate" contra los palestinos. Europa es el mayor social comercial de Israel que nos vende la mitad de las armas que produce y la agencia que controla las fronteras europeas FRONTEX, puede observar con drones israelíes el ahogamiento de miles de refugiados en el Mediterráneo o llamar a la guardia costera libia para que ametralle las embarcaciones. Los refugiados africanos y orientales generados por las guerras de Occidente son señalados como un peligro para nuestro "paraíso europeo", como diría Josep Borrell. Por otra parte, no hay que olvidar que SUMAR está alineado y alienado con los verdes alemanes, el partido más militarista de Europa. ¿Estamos ya en un período post-democrático?.

    Hace 5 meses 28 días

  2. juan-ab

    La estrategia neocon estadounidense ¿sibilina? ¿Tiene acaso un carácter "sibilino" todo lo que achaca el señor Palley a los EE.UU? Sin salirnos de este medio hemos leído cantidad de artículos sobre cómo se las gasta el "amigo norteamericano". Pero sí, sigamos reflexionando...

    Hace 5 meses 29 días

  3. manuel-avalos

    Enorme artículo, gracias a su autor y a ctxt por brindarnos estás luces. Lo de no mencionar el conflicto actual en Palestina permite no perder el foco, ya es bastante sibilina la estrategia neocon estadounidense como para ayudar a distraerla, somos adultos y tenemos que reflexionar reflexionar, al menos eso

    Hace 5 meses 29 días

  4. juan-ab

    Extraordinario y sorprendente artículo. Lo primero por conseguir sintetizar de forma esclarecedora lo que tantos autores vienen denunciando desde hace tanto tiempo en relación con las permanentes injerencias de los EE.UU, en su propio beneficio, en los países del mundo. Sorprendente porque no dice ni una sola palabra sobre el colonialismo y el genocidio que Israel viene cometiendo contra el pueblo palestino. En su análisis, exclusivamente económico, basado en el beneficio de uno (EE.UU) y el perjuicio de otra (Unión Europea) ¿será que el señor Thomas Palley considera que Europa no pierde nada con su actual vasallaje a los norteamericanos y el apoyo conjunto a Israel?

    Hace 5 meses 29 días

  5. José Luis Porcar

    Absolutamente clarificador, didáctico y bien condensado (gracias también a la excelente traducción de Paloma Farré). Gracias Dr. Thomas Palley, gracias a CTXT por haberlo editado. El panorama de la UE se está volviendo tenebroso en todas sus políticas. Por lo menos, estamos bien informados. No tenemos excusa para quedarnos paralizados ante el futuro que se avecina.

    Hace 5 meses 30 días

  6. enrbalmaseda

    Excepcional artículo y excelente conclusión: ".....hacen caso omiso de todo lo que ha ocurrido anteriormente. Lo que se logra así es centrar la atención en el conflicto inmediato e ignorar las causas, lo que mantiene la intervención en su sitio. Arreglarlo no será fácil, pero fracasar sería desastroso. La tarea empieza por sacar a la luz el problema."

    Hace 6 meses 2 días

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí