Y SIN EMBARGO, GRACIA (I)
Cómo contar la vida balbuceante de una hermana
Imagínate una vida en la que puedas empezar a disfrutar de ciertos privilegios que te fueron retirados, imagínate que te arreglamos la dentadura machacada
Natalia Carrero 30/03/2024
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Descorchar el silencio
Cuando me canso de escribir para intentar contar lo que hubiera preferido que no, garabateo hasta la exasperación y luego borrón y cuenta nueva. Ofrezco un tramo de texto y otro de líneas paseadoras que no va a ninguna parte, o acaso sí. Bienvenida toda escucha y mirada, que es atención y cómo se agradece. Ni siquiera contemplo la posibilidad de considerarme un yo. Un día de estos dibujaré una gusana mayor, con su poderío zonal quiero decir, su pedazo de tierra hábitat hasta la desintegración. Y a vueltas con el poder, quién manda a quién, quién cree tener y contener lo que las palabras lleguen a significar, algo imposible de responder en nuestro caso con exactitud porque todo se mueve desplaza, tictac tic y tac, y así el significado diccionarial o direccional de las expresiones también está sujeto a los tiempos que corran. Intento ¿adoctrinar o ayudar? ¿o acaso insuflar un poco de fuerzas? a mi hermana, hace años que me lo pidió, ella es aún más disfuncional que yo, sin embargo, cuando acaece su risa supera a tanta falsa palabrería. Exprésate como puedas, inténtalo aunque te falle la voz, haz todo lo posible para que te veamos miremos escuchemos comprendamos un ápice, eso ya sería un triunfo humilde, y si nos ponemos concretas lo que digas en este lugar podría llegar a recibir más atención que en tu vida de abandonada a tu suerte en la institución psiquiátrica.
Química preventiva
Hacia las once y media de la mañana, en uno de los escasos momentos del día en los que se diría que Gracia tiene la cabeza más o menos en su sitio, no volada dopada contenida por la química, le pedí permiso para copiar en mis papeles la medicación pautada con fecha 9 de enero de 2022:
Clomipramina 75 mg 0-0-1, Clozapina 100 mg 1-0-3, Haloperidol 10 mg 0-0-1, Topiramato 100 mg 1-0-1, Movicol 1-0-0, Pantoprazol 1-0-0, Propranolol 0,5-0-0,5, Vitamina, B1/B6/B12 1/2-0-0, Haloperidol de rescate, Dexketeprofeno 25 mg de rescate, Clotiapina 40 mg de rescate.
Leve despertar
Con el escaso poder, algo risueño diría, a pesar o precisamente de nuestros casi sesenta años, con el nimio poder que vengo distribuyendo con cuentagotas sobre, para o por ésta, y esta otra persona conocida y desconocida, cruzada de pronto en las calles de asfalto, semáforos y bienestar imperialista, intersección de coordenadas imprevisibles que nunca dejaré de aceptar, pues así son las cosas y suben los hombros, y en ocasiones la imaginación se me agarra a un globo rojo fabricado con material ignífugo con el que fluctúo por el espacio sideral; mejor retomo desde el comienzo, con el único objetivo de ayudar a Gracia, hermana mayor, quien me lo lleva reprochando o solicitando según la temporada desde nuestra juventud, años que pasé colocada, todo lo contrario que ahora, pues se diría que entonces viví neutralizada para no intervenir o no mirar hacia lo que a ella le estaba sucediendo, el quiebre o colapso o trastorno total de su persona en fase de construcción, más el encierro y el casi olvido en una institución psiquiátrica; con todo mi escaso o nimio poder solicitando uniones, vínculos interpersonales, creo desde este presente de cierta madurez haber despertado algo en su conciencia, o al menos empezado a reclamar la necesidad de que su conciencia, por deteriorada que se halle después de no poca tortura química y eléctrica, sea partícipe, esté con nosotras como una más entre todas; y por estas palabras que le voy soltando en paseos y cafés se cuela y se filtra, a través de sus neuronas y porosidades o nerviosidades más epidérmicas, hacia cierta zona de su ser que tal vez conserve una inocencia previa a todo lo padecido, lo avenido de pronto sobre su vida como lanzado desde una desalmada instancia superior; por esa grieta, conexión, vía, lo que sea, se cuela una luz ilusionante, alcanza la lumbre perfiladora de tanto pasado que, desde luego, mejor obviar. Gracia no quiere más de esa vida de abandono, arrastre y vagabundeo en una miseria inmerecida; anhela un presente más próximo a sus hermanos, a Germán y a mí misma; esto último repito cada vez que conversamos, o lo intentamos, desde la muerte del padre, la desalmada instancia superior. Ahora tal vez pueda, podamos hacer algo juntas para mejorar tu vida, y aunque hubo horas de paseos sin apenas mediar palabra, de pronto surge la idiota esperanza con la consiguiente risa algo hueca, imagínate una vida en la que puedas empezar a disfrutar de ciertos privilegios que te fueron retirados, imagínate que te arreglamos la dentadura machacada que a nadie ha importado, que tanta gente mira con escándalo, casi como si fueras un caso perdido de mujer callejera, y lo digo con todos mis respetos por cualquier forma de vida, imagina que logramos sacarte de este círculo en el que llevas oprimida como estancada y sin la menor capacidad de decisión, imagina que encontramos un lugar más adecuado a lo que necesites; de pronto en uno de los paseos al recibir todos estos poderes nimios e hipotéticos le dio la risa, espetó o soltó unas carcajadas que se agarraban y soltaban, jugueteaban o improvisaron un par de malabarismos debidos a esa idea que le había calado de posible vida en condiciones más amables. Se me ocurrió que ése podría ser un punto importante; además de pasear ingeniármelas para dar con algo que ayude a quitarnos de encima el marco de tristeza paralizante en el que llevamos años insertas envueltas atenazadas, algo que nos saque de lo que sin pretenderlo terminó por convertirse en nuestra circunstancia, algo que nos desbarate y todo lo desmonte y pueda derivar en al menos otra carcajada, ilusión de triunfo imaginario.
Autismo operativo
Se lo repito en cada encuentro, le auxilio mientras ella de nuevo posa desconectada, fija la mirada, cabeza baja, queda estanca, he comprobado que esta paralización momentánea forma parte de la dinámica de las más de veinticuatro pastillas diarias que toma, hice foto con el móvil de los comprimidos, grageas píldoras rellenas de química colores pastel, durante la semana que pasó conmigo el verano pasado, pero en septiembre perdí el móvil y todas las imágenes, y cuántas personas me preguntaron por qué no las guardo en las nubes, hace mucho que dejé de creer en las nubes. Tengo que hacer el dibujo de la nube, anoto. Intento hacer algo con todo eso que en vano barrí debajo de la alfombra durante años para evitar afrontarlo, aunque a veces se diría que lo evité pimplando hasta el coma etílico con la subyacente intención de desaparecer y solidarizarme con la ausencia obligatoria, abducida en el manicomio o cárcel química de Gracia; llevo años escribiendo y borrando con nocturnidad y alevosía todo esto en la cabeza, también lo cargo conmigo mientras trabajo en la oficina o limpio el fregadero y la encimera de la cocina, esta historia nunca ha dejado de resquemarme con sus llamaradas de emociones tóxicas en mi interior, he llegado a creer que iba desarrollando cierto autismo dada mi incapacidad para conectar más de dos o tres minutos con la realidad, o de llamar por teléfono a alguien con quien alguna vez me pareció mantener cierta confianza de la que se podría inferir que eso tenía algo que ver con la amistad; tal vez debido a mis indecisiones comunicativas me he quedado sola en la ciudad este verano recalentado mientras mi hija vuela tan alegre y juvenil rumbo al frescor noruego y su primer trabajo como becaria.
Descorchar el silencio
Cuando me canso de escribir para intentar contar lo que hubiera preferido que no, garabateo hasta la exasperación y luego borrón y cuenta nueva. Ofrezco un tramo de texto y otro de líneas paseadoras que no va a ninguna parte, o acaso sí. Bienvenida toda escucha y...
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Natalia Carrero
es colaboradora habitual de El Ministerio y autora a su pesar de 'Otra' (Tránsito, 2022), 'Yo misma, supongo' (Rata, 2016) y 'Una habitación impropia' (Caballo de Troya, 2012), entre otras. Preferiría no haber escrito nada.
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