TECETIPO
Crónicas de Feria
Si en la democracia el espacio central lo ocupan los medios y jueces conservadores, en la Feria, por mucho que usted pueda ir a tomarse una copita a la caseta del Partido Comunista, el espacio es para señores a caballo
Gerardo Tecé 18/04/2024
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Feria de Abril en Sevilla. Para los no iniciados, antigua feria de ganado creada a mediados del XIX por un catalán y un vasco que hoy está invadida por madrileños. Miles y miles de personas pronunciando las eses invaden el Real de la Feria. La mayoría, millonarios, si entendemos como millonario a aquel que un domingo por la tarde sostiene una copa de manzanilla sin emitir intención alguna de tener que pillarse un AVE de vuelta para trabajar el lunes. Sospecha que se confirma cuando llega el lunes y ahí siguen, con sus copas de manzanilla y sus eses. Una feria invadida también por turistas y, por supuesto, por el sevillano, especie principal de esta fauna y flora. Al contrario que el madrileño, el sevillano no siempre es millonario, aunque en feria casi siempre se disfraza de serlo. Hace no tantos años, cuando quien escribe cargaba bolsas con alcohol en lugar de un bebé de dos años, el outfit de este encuentro popular era plural. Uno podía disfrutar de la gran variedad allí reunida. Pijos en chaqueta y corbata, canis con chándal blancos y medallas colgando del cuello, jevis de negro riguroso y gente trabajadora que sacaba sus mejores vaqueros y polos para la ocasión. Eso se acabó. La hegemonía wannabe provoca hoy que la feria sea un desfile uniforme de chaquetas y corbatas que atraviesan la sociedad sin importar la clase ni los 30 y tantos grados de temperatura. Una victoria pija facilitada por el gran trabajo hecho en estos años por los niños de Bangladesh liderados por Amancio, que ha abaratado el outfit wannabe obligando a los pijos reales a modificar el color de sus trajes para reconocerse entre cientos de miles de miembros del populacho. Cuando la noche se acerca y al día siguiente toca currar, los trajes color crema se quedan bebiendo manzanilla mientras las chaquetas azul marino desfilan hacia las paradas de autobús dejando claro que el traje como ascensor social es una terapia homeopática.
Además de trajes de chaqueta, un tsunami democrático atraviesa estos días la Feria. La nueva corporación municipal la preside tras las últimas elecciones municipales el PP –como puede deducirse observando la portada, en la que solo ondea la bandera de España sin rastro de la de Andalucía– y ha organizado un referéndum para que los sevillanos decidamos sobre un asunto central que nos afecta. ¿Ampliación de servicios públicos? No. ¿Movilidad? Tampoco. ¿Agenda ecológica? Quita, quita. El referéndum decidirá qué día debe empezar la feria el año que viene. Históricamente la feria empezaba un lunes y acababa un domingo. Hace unos años, el aumento del turismo provocó que los alrededores del Real estuviesen ya con cuerpo de Feria y necesidades de Feria desde el fin de semana previo para alegría del sector hotelero y hostelero. Motivo por el cual, en otro acto de democracia radical, el PSOE sacó a votación el asunto y se decidió por mayoría y con gran jolgorio que el famoso lunes de pescaíto que daba inicio al jaleo fuese adelantado al sábado. El actual alcalde, amante de frases del tipo “esto de toda la vida ha sido así” y promotor de iniciativas de I+D como recuperar el oficio de sereno, vuelca toda su actividad política estos días en que pescaíto e inauguración vuelvan al lunes, día propicio para los trajes color crema que no tienen que trabajar el martes. Debate vibrante, como pueden imaginar. Los primeros sondeos a pie de barra dicen que ganará la vuelta a las esencias. Al fin y al cabo, la Feria de Sevilla es como la democracia española: un juego al que todos estamos invitados sin importar ideología ni procedencia siempre que se respeten las lógicas de la derecha.
Si en la democracia el espacio central lo ocupan los medios y jueces conservadores, en la Feria, por mucho que usted pueda ir a tomarse una copita a la caseta del Partido Comunista, el espacio central es para señores a caballo. Este año ha muerto otro. No señor, sino caballo (yegua), porque a pesar de que miles de biólogos copita en mano aseguren lo contrario, a los caballos les afecta pasarse el día trabajando al sol. La prueba de que trabajar bajo el sol no es una actividad placentera para ningún ser vivo es que ninguno de los señoritos que lo defienden ha decidido practicarlo nunca. A propósito de pasar la feria bajo el sol, el PSOE este año ha perdido su caseta por no pagar en fecha las tasas de renovación de la licencia. Y cuando pierdes la licencia, otro ocupa tu espacio y tú te quedas como Susana Díaz en 2018. Los beneficiados, los amigos de un antiguo equipo de fútbol sala de Dos Hermanas llamado Supercinco. Por toda la escuadra. Al PSOE sólo le queda apuntarse en una lista de espera que es aún mayor que la de la sanidad pública. Se estima que hasta dentro de 30 años, en 2054, el socialismo sevillano tendrá que buscarse la vida con invitaciones a otras casetas. Un asunto político teniendo en cuenta que las casetas de la feria son una representación de la sociedad y el partido que ha gobernado históricamente Sevilla se queda formalmente fuera de esta sociedad. Hablando de casetas y democracia, lo mismo le ha pasado a un importante empresario local que, en este caso, tuvo la enorme suerte de que un juez sentenciase que el pago tardío de las tasas sí era subsanable y al que han devuelto la licencia para montar su caseta. Ya sabe dónde encontrar manzanilla gratis tan bien como los jueces atrincherados en el CGPJ saben dónde encontrar a Feijóo.
Con caseta o sin caseta, los políticos han acudido a la Feria. Desde Ana Rosa Quintana, cabeza de lista del PP por Madrid, hasta la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Esta última fue increpada en su visita por un joven trajeado de los que se quedan mientras otros hacen cola en el autobús de vuelta. Traidora, le dijo, traidora a España, especificó por concretar un poco y sin llegar a profundizar mucho más desde esa pose de joven falangista deseando echar una noche dándole el paseíllo a rojos escopeta en mano. Los medios de derechas, como cada vez que esto sucede, hicieron noticia y efecto llamada para que otro héroe de la salvación nacional tome el relevo mientras el anterior héroe se recupera de la resaca. La escena, polémica, no lo es tanto si la comparamos con la visita del presidente andaluz Juanma Moreno a la caseta de CCOO, donde fue bien recibido por los líderes sindicales. Muy bien, demasiado bien o preocupantemente bien, opinan algunos militantes que, pasada la Feria, tendrán que volver a pedir la dimisión del tipo que recorta en sanidad y educación pública y que era agasajado, fotografiado y piropeado en la caseta vinculada al Partido Comunista. Recibimiento cariñoso que explica bien el espíritu de la Feria de Sevilla y, al mismo tiempo, te hace preguntarte qué carajo escribes en la próxima pancarta contra Juanma pasadas estas fiestas. Sevilla no es un lugar sencillo de entender.
Feria de Abril en Sevilla. Para los no iniciados, antigua feria de ganado creada a mediados del XIX por un catalán y un vasco que hoy está invadida por madrileños. Miles y miles de personas pronunciando las eses invaden el Real de la Feria. La mayoría, millonarios, si entendemos como millonario a aquel...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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