EXTRACTIVISMO CRIMINAL
La batalla por la tierra
Ante la dictadura global de las multinacionales y sus demandas voraces de materias primas, se levanta la resistencia de los defensores ambientales que incluso dan la vida por el cuidado y protección de sus territorios
David Roca Basadre 8/05/2024
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Una dictadura global
La ofensiva productivista de las multinacionales, iniciada desde hace algunas décadas a nivel global, se enfrenta a la resistencia valerosa, en los lugares en que interviene para saquear, de grupos decididos a cuidar sus fuentes de vida. Estos se encuentran dispersos en el planeta, pero al organizar en cada lugar el cuidado y defensa de sus territorios han logrado, de esa manera, retrasar con éxito la devastación de la Tierra. Las quejas de las grandes empresas y sus intermediarios en los países colonizados por “la disminución de la inversión privada” son la mejor prueba. Quejas que se refieren a expectativas, porque en la realidad la inversión minera, por ejemplo, tiende al alza. Sin los defensores ambientales, podría ser peor.
Un nuevo paradigma se instala en la lucha por la supervivencia de las mayorías. Finalmente, al mantenerse intacto el sistema colonial de despojo de las tierras conquistadas y los tributos, mediante el subterfugio del mercado único global, la lucha por la independencia continúa en los lugares objeto de despojo. En ese marco, importa poco la propiedad de los medios de producción que pueden ser objeto de vigilancia y normativa, porque lo relevante es el control y posesión real de los territorios. Ese es el paradigma movilizador: quien controla el territorio, controla todo. La economía-mundo capitalista que describe Immanuel Wallerstein se sostiene así.
Nada nuevo. Solo que los pueblos –sobre todo urbanos– habían perdido de vista esto, mientras que los poderes coloniales no. Su permanente y contemporánea invasión de países, su invasiva política de superposición de intereses en las naciones ricas en recursos, bajo cualquier pretexto, pone de relieve la importancia decisiva y la actualización necesaria de las luchas de liberación del territorio de los pueblos.
Ultraderecha y multinacionales
La ultraderecha ha descubierto que su ideología verticalista y antidemocrática coincide con la defensa de esos grandes intereses globales
Hay más. La ofensiva brutal de las multinacionales, fruto del afán productivista que se sostiene –asimismo– en la obsolescencia programada y el incremento consiguiente del consumismo, requiere también de una ideología capaz de conservar la lógica de la alianza entre la cruz y la espada, donde estorba el orden liberal tradicional y estorban mucho más las demandas de libertades reales y generales, las que no encajan con el afán de acumulación interminable.
Y en ese proceso, el ecocidio es consustancial al dominio colonial. Por ejemplo, hoy en tierra palestina los invasores europeos sionistas destruyen olivos y otras especies nativas, originarias, pues tienen consciencia de que solo pueden poseer la tierra a la que aspiran conquistar definitivamente si eliminan los vínculos de los habitantes originarios con las fuentes de vida que modelaron su cultura.
Así, les es necesario patear el tablero verbal y escrito que sostiene el orden internacional y restaurar la sociedad del imperio del más fuerte. Que es allí donde la reacción política encuentra su sitio. Y así, el nuevo rostro político de la ultraderecha actúa como el instrumento del orden envolvente de las multinacionales. Ha descubierto que su ideología verticalista y antidemocrática coincide con la defensa de esos grandes intereses globales y, por eso, heredera ideológica de la colonialidad, se ha convertido en el portaestandarte de la colonialidad del poder.
La vanguardia de la humanidad mayoritaria
En los países saqueados, la demagogia política de las oligarquías locales es la de exportar para desarrollar
Y, entonces, aquellos grupos o personas que defienden con denuedo y coraje, tantas veces a costa de sus propias vidas, la integridad de sus territorios, son hoy en día la vanguardia de la lucha de la humanidad por su liberación y el enemigo principal de las multinacionales y sus aliados políticos. Por su trascendencia ejemplar, quedan en la memoria de todos las luchas que en 2009 llevaron adelante los pueblos indígenas amazónicos awajún y wampís, que se enfrentaron a un Estado peruano armado hasta los dientes y resistieron. Ellos decían: “Perder el territorio es morir”, algo que, con razón, entendían literalmente. Pero estos movimientos de resistencia se encuentran en todos los continentes, y tienen claro todos que un territorio no es solo la geografía, y mucho menos es un conjunto de propiedades o posesiones. Y menos aún su uso se da sobre todo para el mercado. Tierra y cultura conforman territorio, son todos los seres vivos en interrelación constante entre ellos y el entorno del que forman parte como unidad. Biosfera, litosfera, atmósfera e hidrosfera son indistinguibles. Esa unidad se sostiene en los procesos culturales, a los que, a su vez, ha dado origen.
Es por eso que, hoy, los defensores ambientales se encuentran en el primer lugar de la lista de asesinados y perseguidos y calumniados por los detentores del poder en los países ricos, los nuevos centros de poder y las oligarquías locales. Son el principal obstáculo. Sobre todo en aquellos países que son objeto principal de codicia y saqueo de las multinacionales. Porque, hay que relievar esto, en la totalidad de los casos se trata de actividades extractivas que despojan, saquean y devastan territorio, al servicio de un modelo de desarrollo que requiere de ellas para atender demandas externas, al precio que sea.
En los países saqueados, la demagogia política de las oligarquías locales es la de exportar para desarrollar, ninguno piensa para nada en el fortalecimiento de mercados locales, ninguno plantea nada para las poblaciones locales, salvo que incidentalmente beneficie a la actividad extractiva.
El drama es tan complejo que la buena voluntad de algunos gobiernos, allí donde estos no son cómplices del despojo, tarda en hallar caminos de solución.
Homenaje a los mártires
Son 1.910 defensores ambientales asesinados en el mundo, entre 2012 y hasta septiembre de 2023, según Global Witness. El porcentaje mayor de víctimas por defender su territorio se dio en América Latina. En 2022 fueron el 88% del total.
Se trata de los que han sido identificados. Hay muchos más que son perseguidos, criminalizados y también asesinados sin que quede registro, salvo en la memoria de los nadies que no llega a la prensa.
La historia de estos héroes y heroínas merece ser siempre puesta de relieve. Ya lo hicimos una vez en 2023 con figuras icónicas de esa resistencia. Hoy, bueno es detenernos en algunos casos emblemáticos de mártires que, con su coraje, enfrentaron las amenazas y presiones hasta terminar vilmente asesinados. En muchos casos con impunidad. La selección es arbitraria, los miles más que no podemos mencionar en este breve espacio mostraron la misma determinación por el cuidado y protección de su territorio, de la Tierra.
Nos inclinamos ante sus vidas ejemplares.
Colombia: Es el país que tiene el mayor número de víctimas a nivel global. Suman un tercio del número total de defensores ambientales asesinados en el mundo. Esta cifra ha descendido levemente tras la llegada de Gustavo Petro al gobierno, pero no es fácil terminar con ese tramado de muerte.
Colombia es el país que tiene el mayor número de víctimas a nivel global
Teófilo Acuña y Jorge Tafur fueron asesinados por sicarios el 22 de febrero de 2022 en el departamento de César. Dirigentes campesinos, eran figuras destacadas en el seno de las comunidades que, entre el río Cauca y el río Magdalena, defienden ciénagas y humedales de la depredación por parte de grandes empresarios que se han dedicado desde hace décadas a desecar los grandes pantanos, desviando afluentes, para dedicar esas zonas al cultivo con tóxicos de la palma aceitera, enorme devoradora de nutrientes, y el despliegue de ganado vacuno. Esas tierras han sido tradicionalmente dedicadas al cultivo de panllevar y la pesca, lo que ha mantenido su intangibilidad y ha alimentado de manera suficiente a sus pobladores. La región ha despertado, asimismo, la codicia para actividades mineras.
La ambición ha llevado a esos terratenientes al despojo de tierras, además de la apropiación por la fuerza de las zonas de los humedales y ciénagas para su desaparición y transformación para sus actividades, negando luego que hubieran existido. La reacción de las comunidades contra el despojo ha llevado a los terratenientes a la organización y financiamiento de grupos paramilitares armados que, con la complicidad de las autoridades, han asesinado, torturado o acosado a los que osaran oponerse.
Teófilo Acuña y Jorge Tafur ya tenían denuncias judiciales que habían sido acogidas por las autoridades. Estas referían a su liderazgo en la recuperación de playones de manos de los despojadores. Ambos persistían en sus actividades de organización y vocerío de las luchas de las comunidades, a pesar de todo, en el municipio de San Martín, donde –tras varias amenazas– fueron asesinados por sicarios, presumiblemente por orden del terrateniente Alirio Díaz.
Brasil: Es el segundo país en el mundo en número de mártires, cifra que se incrementó durante el gobierno de Jair Bolsonaro.
La mayoría de las oficinas encargadas de la protección de la Amazonía y de sus habitantes originarios fueron desactivadas o debilitadas
Tierra Indígena Uru-Eu-Wau-Wau es una enorme reserva indígena de un millón ochocientas mil hectáreas, lo que constituye la reserva más preservada y más grande en la selva amazónica del estado de Rondonia. Allí confluyen los Uru-Eu-Wau-Wau y otros pueblos, además de comunidades en situación de aislamiento voluntario. Y fue allí donde asesinaron a un joven de 33 años, Ari Uru-Eu-Wau-Wau, por el solo hecho de ser uno de los animadores más visibles del Equipo de Vigilancia Indígena que seguía y denunciaba la acción de los invasores en la reserva.
El hecho ocurrió en 2020, en el contexto de las políticas de apertura a la colonización de la Amazonía promovidas por el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro. La mayoría de las oficinas encargadas de la protección de la Amazonía y de sus habitantes originarios fueron desactivadas o debilitadas, mientras que la policía y el resto de autoridades fueron orientadas a otras actividades, lo que conllevó una invasión brutal de buscadores de oro, taladores de madera y colonos sin ninguna noción del uso adecuado de ese ecosistema, y dejó en manos de los propios pueblos la defensa y protección de sus territorios. “Ari era un defensor de la Tierra Indígena. Monitoreó su tierra a través de la tecnología, usando drones. Era un guerrero, un líder, una persona importante para nuestro pueblo”, declararon jóvenes que trabajaban con él.
Hasta el día de hoy no se ha avanzado gran cosa en la investigación de su asesinato, lo que constituye un reclamo importante del pueblo Uru-Eu-Wau-Wau.
México: Es el tercer país con mayor número de asesinados en el mundo.
En las comunidades de Guerrero Grande, Mier y Terán, y Ndoyonoyuji, en Oaxaca, los comuneros Marcos Quiroz Riaño, Miguel Bautista Avendaño, Donato Bautista Avendaño, Mayolo Quiroz Barrios y la activista ambientalista Irma Galindo Barrios desaparecieron y hasta el día de hoy no se tiene noticia de ellos. Los cuatro primeros, indígenas de la región de San Esteban Atatlahuca, desaparecieron el día 23 de octubre de 2021, y de Irma Galindo se tuvo la última noticia el 27 de octubre de ese mismo año, estando en Ciudad de México, a donde había acudido para solicitar medidas de protección para la comunidad.
Los comuneros habían sufrido incendios, violencia y desplazamiento a manos de grupos armados, en un largo litigio contra taladores ilegales que, todo parece indicar, tienen fuertes relaciones con la presidencia municipal de San Esteban Atatlahuca. Esto es algo frecuente en México, donde buena parte de los atentados nacen en las instancias de gobierno local e incluso estatal, aliados de las mafias. La tala indebida y clandestina en el bosque de San Esteban Atatlahuca que ha sido motivo de disputa de los indígenas con los invasores, y contra lo que lucharon Irma Galindo, Marcos Quiroz, Miguel Bautista, Donato Bautista y Mayolo Quiroz, continúa aún. Y los desaparecidos siguen desaparecidos, convertidos en expedientes de búsqueda oficial interminable.
Honduras: El caso de Honduras es relevante porque tiene la tasa más alta per cápita de defensores ambientales asesinados.
Los garífunas son campesinos descendientes de indígenas caribe y esclavos africanos. Fue entre ellos que destacó la figura de Ricardo Arnaúl Montero, miembro del Comité de Defensa de la Tierra de la comunidad garífuna Triunfo de la Cruz, localizada en el litoral atlántico de Honduras. El domingo 28 de enero de 2023, en las inmediaciones del área protegida de Punta Izopo en Tela, Atlántida, se halló su cadáver.
Existe un gran proyecto de urbanización para personas muy solventes en la costa atlántica, con importantes capitales comprometidos, que tiene como objetivo desarrollarse en un territorio que ha sido reconocido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como territorio garífuna, con derechos ancestrales.
Esos capitales actúan en concordancia con las autoridades locales e incluso un patronato, que tras el fallecimiento de Ricardo Arnaúl Montero se esmeraron en evitar una autopsia –lo que lograron– e hicieron correr el rumor del ahogamiento del dirigente garífuna.
Casi al mismo tiempo que el asesinato de Ricardo Arnaúl Montero, en ese primer trimestre de 2023, fueron asesinados Jairo Bonilla y Aly Domínguez, Omar Cruz Tomé, Andy Martínez, Hipólito Rivas y su hijo Javier Rivas, y Emerson Martínez. En un país concesionado en la mayor parte para actividades mineras o hidroeléctricas, con contratos difíciles de resolver por la protección de las instancias internacionales, tipo CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones), que los atan, la lucha de su pueblo va a continuar en condiciones difíciles a pesar de los esfuerzos del gobierno actual.
Perú: El incremento de asesinatos de defensores ambientales en este país en los dos últimos años lo sitúa entre los de mayor índice de criminalidad de este tipo a nivel mundial.
La Amazonía peruana es objeto de saqueo y destrucción a manos de taladores de madera, de mineros ilegales y de cocaleros. Además de plantíos destructores para la agroindustria y la masiva invasión de pequeños agricultores que huyen de la pobreza de la Sierra. La planta de la coca, mal utilizada para la fabricación de cocaína, ha extendido su cultivo a grandes extensiones del territorio amazónico peruano. En la región Ucayali, limítrofe con Brasil, ha originado también la penetración de bandas de ese país.
La Amazonía peruana es objeto de saqueo y destrucción a manos de taladores de madera, de mineros ilegales y de cocaleros
Fue debido a la labor de defensa de su territorio ante la llegada de cocaleros que asesinaron al comunero indígena de la nación Kakataibo, Benjamín Flores Ríos, en diciembre de 2023. Flores Ríos fue integrante de la guardia indígena Kakataibo, a la que asesoraba, y había recibido amenazas de muerte, sobre lo que había avisado a unas autoridades que no hicieron nada para protegerlo. La Federación Nativa de Comunidades Kakataibo culpó al Estado peruano por no haber implementado protección efectiva para salvaguardar a los defensores amenazados. Más aún, agentes de la fiscalía trataron de negar el asesinato, atribuyendo la muerte a una picadura de serpiente, algo que la necropsia se encargó de desmentir ante la evidencia de contusiones severas en la cabeza.
La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), que agrupa a todas las naciones amazónicas del Perú, afirma que ya son 33 los líderes asesinados por proteger sus territorios durante los últimos diez años.
Venezuela: Merece destacarse por el negacionismo de las autoridades ante la destrucción del entorno, que es, más bien, parte de la intensiva política extractivista a la que no se renuncia. Y es, por ello, donde se da la principal autodefensa por la vida.
La nación Piaroa, que se autodenomina Uwottüja, es una de las etnias amazónicas afectadas por la actividad minera en el territorio asignado a lo que el gobierno llama el Arco Minero del Orinoco. Virgilio Trujillo Arana era coordinador de los Guardianes Territoriales Uwottüja del municipio Autana, hasta que fue asesinado el 30 de junio de 2022 en la misma capital del Estado Amazonas, Puerto Ayacucho. Le dispararon a la cara.
Merece destacarse por el negacionismo de las autoridades venezolanas ante la destrucción del entorno
La Guardia Indígena Territorial fue creada por los Piaroas para la defensa de su territorio ante el avance de la actividad minera. Esta se encuentra parcialmente en manos de empresas legales, pero en su mayor parte se trata de actividades informales sin mayor control, donde se encuentran involucrados militares y también disidentes de las FARC y el ELN colombianas. La convivencia, con dosis de tensión, entre todos estos actores es visible, y constituye estructuras criminales que disputan el territorio. Al lado de ellos actúan impunemente grupos armados irregulares que viven del sicariato y actividades similares.
El asesinato de Virgilio Trujillo conmovió a la opinión pública y obligó a las autoridades a iniciar investigaciones que, luego de dos años, aún no arrojan resultado alguno. Pero este homicidio es el lado visible de una secuela de asesinatos de indígenas Piaroa, Pemón, Warao, Jivi, Wayúu y Añu, en medio de una dinámica de depredación y destrucción del territorio cada vez más indetenible, y que ha puesto en peligro su existencia colectiva.
El Acuerdo de Escazú
El récord de defensores ambientales asesinados en América Latina ha llevado a la redacción del Acuerdo de Escazú, el mismo que no ha querido ser ratificado por varios países, a pesar de –o precisamente por causa de– promover la participación y protección obligatoria de las poblaciones indígenas y otras afectadas por actividades extractivas diversas en sus territorios, obligando a la información clara y pertinente, e incluso a otorgar mecanismos de apoyo y protección, incluyendo defensa legal. Este acuerdo es único en el mundo, pero los sectores conservadores de varios países lo han rechazado con campañas de desinformación que han impedido su ratificación por todos.
El Acuerdo de Escazú fue firmado por 24 países, pero solo 15 lo ratificaron hasta la fecha. Fue la primera medida del presidente Boric en Chile, y entre las primeras que asumió el presidente Petro en Colombia. En Brasil, el presidente Lula ya está negociando en el Congreso su ratificación. Faltan este último país y Costa Rica, Dominica, Guatemala, Haití, Jamaica, Paraguay, Perú y República Dominicana.
Una dictadura global
La ofensiva productivista de las multinacionales, iniciada desde hace algunas décadas a nivel global, se enfrenta a la resistencia valerosa, en los lugares en que interviene para saquear, de grupos decididos a cuidar sus fuentes de vida. Estos se encuentran dispersos...
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David Roca Basadre
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