1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

acampadas

¿Qué hizo tu universidad para detener el genocidio palestino?

Mientras la Universidad del País Vasco, la de Barcelona o la de Jaén han respondido a las demandas de los estudiantes, los rectorados de los centros públicos madrileños no se han manifestado todavía

Víctor Alonso Rocafort / Concha Mateos 20/05/2024

<p>Acampadas estudiantiles en protesta por el genocidio de Gaza en la Universidad Complutense de Madrid. / <em><strong>El País</strong></em></p>

Acampadas estudiantiles en protesta por el genocidio de Gaza en la Universidad Complutense de Madrid. / El País

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

¿Qué hizo tu universidad para detener el genocidio palestino? 

Son las 21:24 del día 18 de mayo de 2024. Acaba de terminar la asamblea de la acampada de estudiantes en el campus de la Universidad Complutense. La asamblea empezó a las cinco de la tarde. La acampada empezó hace doce días. Los cuerpos de las personas acampadas están cansados. Su compromiso está intacto. La pregunta flota en nuestra conversación. ¿Qué hizo tu universidad para detener el genocidio palestino? ¿Hasta dónde fue cómplice con la barbarie?

¿Qué diremos? Estamos hablando por teléfono. Incluso sin quedarnos a dormir, seguir el ritmo del campamento nos ocupa las horas. Cuando uno no ha podido ir, nos contamos a distancia cómo evoluciona la acampada. Y nos quema el silencio de los rectorados madrileños. ¿Por qué no dicen nada?  

El asesinato inmisericorde de vidas palestinas prosigue cada día en Gaza. Hoy las víctimas mortales oficiales superan las 34.000 personas. Las cifras de niñas y niños asesinados oscilan, según las fuentes, entre los cerca de 8.000 a más de 14.000. Podemos imaginar y llegar a concebir la tristeza infinita de la muerte de 20 menores en una escuela. Pero el genocidio puesto en marcha por el Gobierno de Netanyahu nos obliga a multiplicar esa escuela al menos por 400. En promedio, cada hora se mata a dos mujeres y cuatro niños

No estamos preparados para imaginar ese horror, el daño es tan inmenso que resulta inconcebible. Hemos alcanzado un nivel de racionalidad técnica suficiente para fabricar bombas que imitan el poder de las estrellas, decía Günther Anders, pero nuestra sensibilidad e imaginación para comprender sus consecuencias se quedan muy atrás. Para poder equilibrar lo que este autor denominaba desnivel prometeico, habríamos de pasar varias vidas llorando por la violencia desplegada en Gaza. 

Nadie puede matar a más de 34.000 personas sin colaboración

Nadie puede matar a más de 34.000 personas sin colaboración. Del consentimiento internacional. De tantos gobiernos. De las empresas tecnológicas y mediáticas, del transporte marítimo y de la banca. De las Universidades. 

La Universidad Complutense de Madrid (UCM), como otras universidades madrileñas y españolas, mantiene un vínculo estrecho con el Banco Santander. Esta entidad aparece en un informe recientemente publicado como financiadora de empresas armamentísticas que surten de cazas, helicópteros y drones al ejército de Israel. Otros bancos como el BBVA tampoco salen bien parados de este informe, tal y como sucede con la financiación que están realizando ambas en la industria fósil global. Otras empresas con quienes la UCM mantiene relaciones, como Indra, han sido denunciadas por obtener contratos de millones de euros por la instalación de peajes en territorio palestino ocupado o por vincularse a Israel Aerospace Industries, pionera en drones. Así se denunció también en una acción que llevaron a cabo desde la acampada de la Universidad de Castilla la Mancha en las instalaciones de Indra en el campus de Ciudad Real.

La UCM, como el resto de las universidades públicas madrileñas, mantiene además diversos convenios y proyectos con universidades israelíes, así como otros vínculos con distintas empresas cuya relación con la ocupación militar israelí, las políticas de apartheid y el genocidio debiera revisarse y, en su caso, suspenderse. Esto es parte fundamental de lo que pide el estudiantado al acampar, y esto es por lo que clamamos también buena parte del profesorado y otros trabajadoras/es de la universidad. 

¿Qué diremos?

No queremos tener ninguna responsabilidad con la barbarie en curso. Queremos sentir orgullo de nuestras instituciones, queremos ver a quienes las representan defender la paz y los derechos humanos en los momentos en que se requiere, rompiendo el silencio, la mirada hacia otro lado y el colaboracionismo. Y lo que más deseamos es que, con sus decisiones, ayuden a detener la limpieza étnica que en la actualidad acorrala en Rafah a la población gazatí, tal y como está reclamando Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia. Necesitamos detener las matanzas en curso y así lo estamos expresando por cuantos medios de participación política tenemos a nuestro alcance: desde el apoyo a las acampadas y acciones pacíficas del estudiantado, hasta la entrega de hojas de firmas con peticiones concretas a nuestros rectorados. 

Naciones Unidas cifra en un 80% las instituciones educativas gazatíes destruidas o seriamente dañadas con más de 5.000 estudiantes y más de 250 profesores/as asesinados a fecha del pasado mes de abril. Las principales universidades palestinas han sido destruidas, y ya se reporta que el ejército israelí habría matado hoy a más de 100 docentes e investigadores/as universitarios/as. El campus de la Universidad Islámica de Gaza, que acogía a 17.000 estudiantes, fue destruido el 10 de octubre, mientras quien fuera su rector, Sufyan Tayeh, fue asesinado junto a su familia a inicios de diciembre en un ataque aéreo israelí. El edificio principal de la Universidad Al-Israa fue reducido a escombros por explosivos colocados por el ejército israelí tras ocuparlo 70 días. La Universidad de Al-Aqsa, con más de 26.000 estudiantes matriculados, se convirtió en refugio para la población civil, pero esto no evitó que fuera duramente bombardeada y reducida a escombros el pasado 22 de enero. A la Universidad de Gaza un ataque aéreo también la borró del mapa. Otras instituciones de educación superior han seguido la misma suerte. Se trata de una ofensiva cruel y sistemática contra los fundamentos educativos de la sociedad palestina. Del mismo modo, solo 2 de los 36 hospitales de la Franja siguen activos, y no a pleno rendimiento. 

¿Cómo se solidarizó tu universidad durante el academicidio de Gaza? ¿Cuál fue su grado de complicidad con la destrucción de las universidades palestinas? Son preguntas que nos hacemos hoy pero que volverán, que se formularán en el futuro y que seguramente acompañen no solo la conciencia, sino también la carrera institucional de muchos/as responsables universitarios/as. ¿Qué diremos? 

Se acaba el 18 de mayo. Seguimos hablando. En la acampada de estudiantes de Madrid se empieza a servir la cena. El eco de sus voces distendidas se nos filtra por el teléfono. Comentamos una vez más el buen hacer de sus comisiones de comida o de limpieza, cómo han sabido organizarse en lo cotidiano. A esta hora se estará haciendo lo mismo en tantas otras acampadas en el resto del país y del mundo. 

En alguna mesa de un despacho del Rectorado de la UCM reposa la carta con la petición pública que el día 26 de abril enviamos para suspender la cuenta de esta universidad con el Banco Santander. La imaginamos sobre la mesa, o quizá todavía sin imprimir, en alguna bandeja de entrada perdida entre tantos correos. No queremos pensarla en la papelera. No hemos obtenido ninguna respuesta. Tampoco hemos recibido respuesta a los dos documentos entregados en mano por miembros de la Red complutense por Palestina el pasado 10 de mayo en la sede del Rectorado de la UCM, que iban acompañados con más de 300 firmas del profesorado y otros/as trabajadores/as con la petición expresa de reunirnos con el rector, Joaquín Goyache. 

El rector de la URJC, Javier Ramos, también recibió de un grupo de profesoras y profesores el día 10 de mayo la petición de acabar con el silencio y suspender relaciones con las entidades que no se oponen a esa acción genocida. Y lo mismo en otros rectorados madrileños. 

La Universidad del País Vasco fue de las primeras. El 24 de abril, se comprometió a revisar las relaciones comerciales y académicas con quienes atacan los derechos humanos

La Universidad del País Vasco fue de las primeras en empezar a actuar. El 24 de abril, se comprometió a revisar las relaciones comerciales y académicas con quienes atacan los derechos humanos, mencionando ya entonces expresamente la necesidad de mover la posición de la CRUE. El 8 de mayo, el Claustro de la Universidad de Barcelona exigió a sus órganos de gobierno la ruptura de relaciones con el mundo académico e institucional del Estado de Israel, así como la creación de “una comisión de investigación sobre posibles relaciones institucionales entre la Universidad y entidades que no cumplen el derecho internacional humanitario”.  

La Universidad de Jaén, el 17 de mayo, ha respondido a las demandas que su estudiantado sostenía desde una acampada en el Campus de las Lagunillas anunciando que rompe relaciones con universidades y centros de investigación de Israel, concretando exactamente cuáles, así como ofreciendo becas de movilidad para el próximo curso dirigidas a estudiantes procedentes de la Universidad Al-Aqsa. “Las universidades no podemos mirar para otro lado”, ha expresado literalmente su rector, Nicolás Ruiz. La Universidad de Granada también ha suspendido cualquier colaboración científico-técnica con universidades e instituciones israelíes, detallando en hasta seis puntos medidas que afectan también a los acuerdos de movilidad, cursos de verano, proyectos de investigación y otros convenios. 

Nuestras peticiones están cursadas. La voluntad de estudiantes, profesorado y resto de trabajadores/as a favor de contribuir a frenar este delirio que arruina nuestra dignidad es firme, es expresa y se apoya en razones monumentales. Y algunas universidades han empezado a responder. 

Pero las universidades públicas madrileñas todavía no se han expresado ni comprometido desde sus rectorados, más allá del apoyo conjunto al  comunicado de la CRUE del 9 de mayo. Este acuerdo, criticado por un Gobierno de la Comunidad de Madrid cada vez más salvaje, dejaba sin embargo en el aire al menos cuatro asuntos centrales reclamados en las distintas movilizaciones universitarias del Estado: la concreción de los convenios y proyectos a suspender; la ruptura de los vínculos con empresas implicadas en la ocupación, el apartheid y/o el genocidio de Israel; los programas de acogida y solidaridad con la comunidad universitaria palestina; la ruptura total de las relaciones con Israel. 

Ante esto, ¿qué podremos decir desde Madrid? 

De momento, que estamos aprendiendo en las acampadas universitarias cómo se organiza y expresa la actual generación de estudiantes. Que no han elegido dejar de atender a la actualidad para vivir más tranquilas. Aprendemos así de su fuerte impaciencia por lo concreto. También de su tenaz empeño por construir una acción conjunta, radicalmente democrática, por encima de las diferencias ideológicas y estratégicas. Gestionan cada 24 horas –si es preciso en asambleas que duran casi cinco– sus contradicciones y errores, su voluntad de no reproducir la política faltona y banal que se ha convertido en norma en las instituciones de parlamento y gobierno. Ellas toman la palabra igual o más veces que ellos. Las responsabilidades son rotatorias, evitan la feminización de los cuidados, debaten, ajustan. Se trata de un grupo de jóvenes, chicas, chicos y chiques, que bien podrían haber salido de cualquier trayecto del metro en cualquiera de nuestras ciudades. 

Tan lejos, y a la vez tan cerca, el genocidio avanza de la mano del ecocidio, trazando rimas con el neoliberalismo, con los mismos criminales al mando. Se comprueba en el caso de un Banco Santander o un BBVA que han corrido, junto a la CEOE y otras grandes empresas españolas, al encuentro propuesto por Javier Milei en el marco de la internacional fascista reunida estos días en Madrid, adonde acudió también un ministro del actual gobierno israelí. Ha sido “fabulosa”, declaró el mandatario argentino al acabar la reunión. En la foto de familia, a modo de declaración de intenciones, aparecían 17 hombres blancos de corbata. De los que no ves en el metro ni se apuntarán jamás a una comisión de limpieza. Con esta foto nos están diciendo que les empieza a sobrar la democracia. Quieren seguir ganando millones, a cualquier precio. 

¿Qué diremos?

Solo podremos decir lo que hayamos sido capaces de hacer. 

Las acampadas de estudiantes han amanecido el día 19 de mayo. Comprobamos que aquí siguen, desperezándose mientras repasamos este texto el 20 de mayo. Y seguirán mañana. Algunas, o quizá todas, transitarán hacia otras formas políticas de protesta, resistencia y construcción de alternativas, porque la acampada no es un sitio ni una forma de dormir. Es una forma de entender quién eres y cómo participas de un mundo global interdependiente y conectado. A veces, el desarrollo de la asamblea, su pausada deliberación, se interrumpe por el grito. Sí, el grito, no el grito del insulto ni el de la agresión a quien piensa distinto, sino el grito con el que construyes identidad y reconoces tu humilde lugar en este mundo. “Cada niño muerto es un niño nuestro”.  

¿Qué diremos? ¿Diremos que fuimos parte colaboradora y protectora de la normalidad en nuestras imaginarias burbujas? ¿Seguiremos silenciosos, cerrando los ojos a la inquietante realidad que se cuela desde el otro lado del muro, como tan bien ha expresado Jonathan Glazer en La zona de interés? ¿O responderemos al sentido básico de las instituciones en las que trabajamos, que por algo llevan en su nombre la palabra Universidad?

Algunas ya han expresado su elección. Las demás, no tarden, por favor. No hay tiempo.

-------------

Concha Mateos es profesora de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid.

¿Qué hizo tu universidad para detener el genocidio palestino? 

Son las 21:24 del día 18 de mayo de 2024. Acaba de terminar la asamblea de la acampada de estudiantes en el campus de la Universidad Complutense. La asamblea empezó a las cinco de la tarde. La acampada empezó hace doce días. Los cuerpos de las...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Víctor Alonso Rocafort

Profesor de Teoría Política en la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus publicaciones destaca el libro Retórica, democracia y crisis. Un estudio de teoría política (CEPC, Madrid, 2010).

Autor >

Autora >

Concha Mateos

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí