¿Sabías que los profesores de historia de setenta años suponemos una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos?

El lunes llegué al aeropuerto de Detroit y el FBI me retuvo para interrogarme durante dos horas, también me confiscaron el móvil. 

Debo decir que los dos hombres del equipo no fueron agresivos ni groseros, ¡pero sus preguntas fueron realmente impresionantes!

¿Soy partidario de Hamás? ¿Considero que las acciones de Israel en Gaza son un genocidio? ¿Cuál es la solución al “conflicto”? (En serio, ¡me preguntaron esto!)

Quiénes son mis amigos árabes o musulmanes en Estados Unidos… desde hace cuánto los conozco, qué tipo de relación tengo con ellos.

En algunos casos les remití a mis libros, y en otros respondí con un lacónico sí o no… (estaba bastante agotado después de un vuelo de ocho horas, pero con eso contaban).

Los dos hombres mantuvieron una larga conversación telefónica con alguien, ¿los israelíes? y, después de hacer una copia de mi teléfono, me dejaron entrar.

Sé que muchos de vosotros habéis tenido experiencias mucho peores, pero después de que Francia y Alemania le denegaran la entrada al rector de la Universidad de Glasgow por ser palestino… sólo Dios sabe qué será lo siguiente. 

La buena noticia es que este tipo de acciones llevadas a cabo por Estados Unidos o países europeos bajo la presión del lobby proisraelí o el propio Israel huelen a puro pánico y desesperación como respuesta a la pronta transformación de Israel en un Estado paria, con todas las implicaciones que eso conlleva.