SI BREVE
Amnistía y no-amnistía a la vez en todas partes
Como los jueces, esos políticos, que ejercieron el exceso en lo que pudieron –pudieron mucho menos que un juez–, entorpecerán las posibilidades de la ley, su capacidad de ‘aggiornamento’, de que la sociedad se mire a la cara y se hable
Guillem Martínez 31/05/2024
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
1- Como sabrán si miran al suelo y lo ven resquebrajado, signo evidente de que Esp se resquebraja, se ha aprobado, hace un plis-plas, la ley de amnistía. El presente articulete explicará lo que la amnistía es –punto 11–, pero, más aún, lo que no es, todo aquello que puede evitar que la amnistía sea, que llegue a existir como un objeto funcional y efectivo. Pero, como dijeron los privatizadores de la sanidad, vayamos por partes. ¿Qué va a suceder ahora? Lo primero es que la ley se promulgará, y en ese momento se empezará a producir un itinerario, al que denominaremos, en un arranque creativo, itinerario a).
2- El hecho, ahora que lo pienso, de que les hable, en vez de lo que pasará, de lo que podría pasar, de itinerarios, de aproximaciones, explica lo que está pasando. Brutalmente y en su desmesura. Está pasando que la justicia, cuando no es aburrida y predecible, se convierte en otro negociado. Sumamente turbador e incalculable, en modo VAR cuando el Real Madrid pierde por 8 –vaya, me he venido arriba; quiten el 8, pongan 4–. Ahora sí, el itinerario a).
3- El itinerario a) es el deseado por el legislador. Consiste en que los abogados de las personas sensibles de ser amnistiadas pidan a los jueces que llevan esas causas, que apliquen la nueva ley. Y que el juez, de acuerdo con el fiscal, observe que, en efecto, se trata de una ley de amnistía que afecta a los casos que tienen entre manos, de manera que los jueces, de acuerdo con los fiscales, procedan a sobreseer, cerrar y olvidar las causas. Lo que supondría un momento punto y pelota, el fin del asunto. Y a otra cosa, mariposa. Luego, claro, tenemos el itinerario b).
4- El itinerario b) es el deseado por, me temo, un sector de los jueces implicados, según se sube la instancia judicial a la derecha. Consiste en que, tras la petición de los abogados, el juez, o/y el fiscal, no lo vea claro. De manera que el juez emitirá una cuestión prejudicial al TJUE y/o un recurso de inconstitucionalidad al TC. Lo que supondría la paralización, la suspensión momentánea de todas las causas. Hasta que el TJUE abra la boca de la cara –pueden ser, me dicen, dos añitos–, o lo haga el TC –pueden ser varias épocas geológicas; su veredicto puede darse, incluso, después del Taylorswiftsico–. ¿Qué sucedería hasta entonces? Una suerte de limbo. Es decir, vete a saber, pues los limbos no existen, que son los padres. Sí, la ley de amnistía prevé que, durante ese tiempo de suspensión de la ley –años, poca coña–, se suspendan también las cautelares –por ejemplo, las órdenes de búsqueda y captura–, y toda actividad en las causas. Pero todo esto reposa en un convencionalismo: que la ley aprobada sea interpretada por los jueces como si fuera, tal y como su nombre indica, una ley. Y aquí es donde empieza el pitote. No es un pitote anecdótico, sino que afecta, a lo bestia, a conceptos importantes, como el de seguridad jurídica.
5- Llegados aquí, un spoiler. Al parecer, lo que pasará finalmente, diría, será una mezcla del itinerario a) y el itinerario b). El itinerario a) sucederá, con cierta seguridad, en algunos casos. Como, por ejemplo, en las causas contra policías y beneméritos. Que, con poco margen de dudas, serán amnistiados en 3, 2, 1. También sucederá en algunos casos, discretos, sin mucha chicha, sangrantes, de algunos ciudadanos procesados. La amnistía beneficiaría a 300 y poco ciudadanos, la mayoría encausados en instancias funcionales, alejadas del TS y la AN. Por lo que es posible suponer que un número alto, o menos alto, pasarían por el itinerario a). Pero, parece ser que eso no sucederá a partir del grado de oficial. Los dirigentes procesistas –todo apunta a ello– lo tendrían más crudo y en modo itinerario b). Al punto que se podría hablar, incluso, de un itinerario c).
6- El itinerario c) empieza a ser ya Justicia netamente I+D. El mismo día que se aprobaba la ley, los fiscales del TS destacados, en modo comando Navy Seal, en el juicio al procesismo, se entrevistaban con el fiscal general del Estado –pendiente de algo parecido a un juicio en el TS, que puede expulsarle de su cargo; esto es la guerra, amigos; las guerras, como ya sabrán por la tele, son a muerte; hasta la fecha, y en este tema, parece estar perdiendo el fiscal general–. De esa reunión trascendió que esos fiscales TS entienden que, al menos en los casos en los que participaron, ven viable amnistiar algunas figuras –como desobediencia y desórdenes–, pero no otras –como malversación–. Lo que explicaría el itinerario c). Un juez podría mantener viva la causa, a tenor de que considere que uno o varios posibles delitos, contemplados en la causa, no entren en la ley de amnistía. Yehehei. Lo que nos llevaría al itinerario d). Aparten a los niños.
7- El itinerario d) es tan creativo que podría competir en la siempre fresca y descarada sección Des Petits Psychopathes, del Festival de Cannes. Consiste en que algunos jueces de estas causas vivas les den aún más vidilla, y aporten nuevos delitos, o recalifiquen delitos ya presentes, de manera que los nuevos delitos no estén contemplados en la amnistía. Eso está pasando. Por ejemplo, en la AN, donde un juez de la escuela Copperfield no hizo aparecer de un sumario un Boeing 747, sino la figura más pesada y voluminosa del delito de terrorismo. El mismo juez que, la semana pasada, hacía aparecer, zas, la figura del delito electoral. El itinerario d) es importante, por lo que demuestra el punto 8). Pero, agárrense, también puede pasar lo que ya ha pasado en un juzgado de primera instancia de la provincia de Girona. Que se considere que un delito –ok, vale, está bien– esté contemplado en la amnistía, pero que no se le pueda aplicar esa amnistía porque el caballero juzgado no se manifestaba, cuando fue detenido, por una Cat indepe, como dice la amnistía, sino que se manifestaba contra la monarquía, un objetivo no contemplado en la amnistía.
8- Las decisiones de los jueces ante la amnistía pueden ser, como se observa en el itinerario d), sumamente abiertas e incalculables. Puro rock and roll, ese mundo incalculable y de excesos. Los jueces, como los Kiss, pueden ser absolutamente kitsch, si bien imprevisibles, y no precisar para sus composiciones de la realidad, ese estorbo para los soñadores idealistas. Más si van hasta el culo de una sustancia sumamente adictiva y peligrosa: el patriotismo. El itinerario d) posee, además, un as en la manga: hacer que todo sea posible.
9- Por ejemplo, extradiciones. Si la malversación no entra en la amnistía, o si hay nuevos delitos planteados, no observados en la amnistía, los jueces pueden recurrir no solo a una euroorden, sino a una euroorden automática, sin el filtro de otro juez, como sucede en la UE para una treintena de delitos. Uno de ellos, malversación. Y otro, terrorismo. Veremos.
10- Luego, claro, está el itinerario e). Consiste en las escenografías que los altos cuerpos de la Justicia y la Peperidad –no son lo mismo/no trabajan juntas– elijan para demostrar, en campaña electoral para las europeas, su estupor y temblores ante la amnistía. Se sabe que las CC.AA. PP emitirán recursos de inconstitucionalidad. Se supone que también lo hará el Senado. O hasta el gato, si el gato es del PP. Todo esto, por otra parte, no será importante. Será pura coreografía, preciosismos. No se sabe por cuál coreografía optará el TS. Tal vez se ponga de perfil, si las coreografías más agresivas suceden en otro lado. En todo caso, no es descartable la desmesura, pues la desmesura es el rasgo más importante de la judicialización de todo este asunto, iniciado oficialmente el 3-O de 2017, con la orden televisada del rey, que pedía aportar todos los recursos. Se aportaron. Se combatieron moscas a cañonazos. Se sigue haciendo. No tiene por qué parar.
11- La amnistía, a su vez, es lo que es. Un trámite para la consecución de una investidura. Carece de dimensión ética, esa dimensión inexistente en un procés que culminó en la mayor mentira de todas: una DUI-no-DUI. Es la sociedad cat la que tiene que dotar de sentido ético a todo este esfuerzo –político, para crear un gobierno; poco más–. El olvido, el perdón, la desintoxicación, la descrispación. El reconocimiento de un exceso policial y judicial contra unos conciudadanos que creyeron los excesos propagandísticos de unos políticos que huían de sus propios recortes y, en algunos casos, de su propia corrupción, hasta llegar a otra época. Pues bien, ya estamos en otra época. Como los jueces, esos políticos, que también ejercieron el exceso en lo que pudieron –pudieron mucho menos que un juez–, entorpecerán las posibilidades de la amnistía, su capacidad de aggiornamento, de que la sociedad se mire a la cara y se hable. Como en el chiste de la rana y el escorpión, ese es el carácter de esos políticos. Bueno, su carácter es que, en mitad del río, se piquen a sí mismos. No es descartable. Eso sería el itinerario f), definitivamente menos importante ya que el resto de itinerarios.
1- Como sabrán si miran al suelo y lo ven resquebrajado, signo evidente de que Esp se resquebraja, se ha aprobado, hace un plis-plas, la ley de amnistía. El presente articulete explicará lo que la amnistía es –punto 11–, pero, más aún, lo que no es, todo aquello que puede evitar que la...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí