1- Aquí, esperando las votaciones para la Mesa en el Parlament. No se sabe nada del asunto, salvo que nada será claro. El procesismo, en fin, no ha muerto, pero ha pasado a la siguiente fase, donde es un cadáver: el autonomismoZzzzz. Como también nos tenemos que divertir, les voy a retransmitir lo del Parlament, de manera que, cuando la cosa se ponga en modo ratos-muertos, les iré soltando una valoración I+D de los resultados de ayer. 

2- Resultados en Europa. (Lo que queda de) El centro-derecha –una tradición cada vez más próxima a la extrema derecha; como todo el mundo– paró y superó de alguna forma, a la extrema derecha. Es reeditable, por tanto, una Comisión avalada por PPE, Socialdemócratas y Liberales. Es decir, esta maravilla que vivimos. Por lo mismo, es previsible que esa futura Comisión renueve su alianza con el gobierno de coalición Esp, cuyo programa es, más aún tras los Next Generation, el de la Comisión. Y, en ocasiones, incluso, menos que el margen dado por la comisión, como sucedió con la reforma laboral, que Sánchez paró antes de agotar el vaso. Si usted votó, como yo, para detener a la extrema derecha, sepa que ha ganado. Y sepa que la extrema derecha llegará más pronto que tarde, si una Comisión conservadora es lo único que se le interpone para acceder a la pomada en Europa, ese continente históricamente psicópata. 

3- En Francia –coincidiendo con el próximo 80 aniversario del fin de la II GM, Francia, siempre fiel a sus tradiciones, ha vuelto a protagonizar otro nos-rrrrrendimos–, Italia y Austria, la extrema derecha ha ganado por KO. En Alemania es es la segunda fuerza, no siendo la izquierda la primera. Lo que todo junto supone que la extrema derecha se ha normalizado. Esto es, no escandaliza, como no escandaliza casi nada en el neoliberalismo, esa imposibilidad para el escándalo. El colapso –el colapso político, ecológico, energético, social– se está produciendo, si bien a la velocidad de la pérdida del sentido del escándalo. Una velocidad lenta, con idas y vueltas, pero con una dirección constante e imperceptible. O, como dice Isidro López –en casa somos muy de Isidro López, nuestro economista de cabecera–: “El colapso será muy aburrido”. 

La Mesa de Edat aceptará los votos delegados de los exiliados Puigdemont y Puig. Con esto contraviene lo dispuesto por el TC la semana pasada 

4- Vaya, se constituye la Mesa de Edat en el Parlament. Preside Agustí Colomines. profe de Historia en la UB, expresi de la Fundació CatDem –la fundación de la antigua CDC– y exdirector de la Escola d’Adminsitració Pública de Catalunya. Un intelectual orgánico, influyente en el tránsito que condujo a la CDC de 2007 a ser la CDC de hoy. Un viaje para el que no eran necesarias alforjas, pero sí amnistías. Se trata de un intelectual determinante en la derechización del proyecto, hasta adquirir sus actuales, y definitivos, me temo, sesgos trumpistas. El presi de edat de la Mesa se arranca con un discurso. Repleto de citas –lo que me lleva a Jardiel: “Saber muchas citas suele suponer no haber tenido ninguna en mucho tiempo”–. Va hilvanando nombres propios de la politología, sin criterio aparente, hasta llegar al punto deseado, o momento zas. Supongo que ese momento llega, zas, cuando, entre los conceptos a) “democracia” y b) “Estado de Derecho”, considera superior el a). Si te fijas, puedes estar de acuerdo. Pero el emisor del mensaje no es izquierda, es trumpismo, otra tradición. Y una derecha que nos adelanta por la izquierda tocando el claxon a toda leche, para que solo pienses en el claxon, y no en que se acaban de pelar, como ha sido el caso, el Estado de Derecho. 

5- En otro orden de cosas, la Mesa de Edat aceptará los votos delegados de los exiliados Puigdemont y Puig. Con esto contraviene lo dispuesto por el TC la semana pasada. El TC asume que se pueda determinar la delegación de voto en diversos supuestos –como enfermedad o embarazo–, pero no en otros. El TC –progresista, ojo, lo que es un indicio de decisiones futuras– ha optado por el exceso de celo. Es decir, ha sido excesivo. ¿Qué va a pasar? Recordemos que a) lo dispuesto por el TC hace 7 días fue una respuesta a un caso de hace 4 años. Vamos, que ha tardado cuatro años en contestar a una desobediencia. Lo que pase –y pase lo que pase, no parece que pasará la anulación de una votación– pasará, por tanto, a) dentro de cuatro años. O, como sucedió desde 2015 a 2017, b) irá pasando progresivamente, si va aumentando su frecuencia, a través de medidas cada vez más duras por parte del TC, como recordarán. Sería deseable a). Total, esto es autonomismo con desobediencias canallas y anecdóticas. No es preciso el cachete. Te tienes que reír, incluso, como sucede en las parodias.

6- Los resultados del 9J en España. El PP volvió a ganar. Como el General Lee, no para de encadenar victorias. Feijóo está ya a una victoria de Gettysburg/ Moreno Bonilla quitándole del culo a Traveller, el legendario caballo del general invicto. El PSOE –con el 30% de los votos– se aleja de la crisis gubernamental. Y lo que es más importante aún: emitiendo en campaña medidas sentimentales –no políticas, no efectivas– ante la cosa Palestina y la cosa prevaricación judicial. El PSOE, en fin, no puede pedir más. Vox sube moderadamente, pues Alvise le quita la cartera/ 3 diputados. En modo Ruiz Mateos, sin futuro alguno en otro tipo de elecciones que no sean por circunscripción única. Lo que orienta a que Alvise y Vox podrían entenderse por un precio módico. Los resultados más determinantes se produjeron en la izquierda: a) Sumar consiguió 3 escaños, y b) Podemos 2. ¿Qué significa eso? Se lo pregunto a Jaime Miquel –en caso somos muy de etc.–. Piticlín, piticlín. “Significa que el espacio está destruido. En elecciones generales Sumar tendría menos de 15 escaños. Y Podemos solo 2. Los resultados europeos, que tanto alegran a Podemos, son un espejismo para Podemos, pero han destruido el espacio”. Vamos, que como les apuntaba hace unos días, el futuro del espacio a la izquierda del PSOE, y la posibilidad de otro gobierno de coalición, quedan seriamente negados. Sumar, además, tiene un marrón importante con IU, que se ha quedado compuesta y sin diputado. En Sumar ya han empezado las reacciones. Yolanda Díaz ya ha dimitido. Lo que, por aquí abajo, no es un mero trámite. En este preciso instante, diría, no hay proyecto Sumar. En Podemos, las reacciones y la búsqueda de una posible solución empezarán cuando vean que también han perdido. Es decir, pueden no empezar nunca. De no haber cambios y solución, la izquierda española, una vez dilapidado oficialmente el subidón del 15M, puede volver a su nicho habitual y constante. Los años 80 y sus núcleos irradiadoreZzzzzz. 

7- Vaya, primera votación en el Parlament. Para presi de la Mesa. Son esas votaciones en analógico, con papelito. No hay mayoría. Los dos candidatos más votados –PSC y Junts– pasan a la segunda vuelta, que será por mayoría simple. Esta mañana se descolgaba la posibilidad de un pacto entre Junts, ERC y CUP para darle la Presidència de la Mesa a Junts/Rull. Al invento que otorgaría la Presidència del Parlament a un partido reaccionario se le llamaría –por lo visto a petición de la CUP, agrupación muy dada a la lírica– Mesa Antirepressiva. Y no Mesa Antiespinilles i Punts Negres, como hubiera sido igualmente pertinente. Bajo el epígrafe de antirepressiu se le quitaría la presidencia de la mesa, así, al PSC, el partido clave para la amnistía. Se dice rápido. Debo confesar que este giro de los actos me sorprende hasta a mí. Y más, teniendo en cuenta los resultados del 9J en Cat. 

El presi es el candidato de Junts, lo que explica la debilidad de ERC. Es decir, no tiene fuerza/ Junts no ha llegado a creer que votaría a Illa

8- Catalunya, resultados. Victoria PSC, a lo bestia, que se come, se supone aparte de Sumar –732.000 votos totales–. Subidón PP –sube 152.000 votos–. Subida Vox –79.000–. Aparición de Alvise –67.000–. Tomen nota de la subida de esa derecha esp, esencialista, y antes penalizada, reflejo y respuesta a la subida de otras derechas meramente esencialistas. Y, agárrense, bajuna del procesismo –Junts ha perdido 430.000 votos, y ERC 372.000–. Y, en otro orden de cosas, bajón de Sumar, al punto de ser superado, por décimas, por Podem. Sobre la bajada del procesismo: es lo que hay. Pasó su momento. Es el momento del castigo. Ya llegará el de su perdón por parte de los votantes. Pero no ahora. Cuando llegue, no costará mucho. Bastará una nueva emisión de fakes y nuevos personajes. Y no repetir errores, como poner fechas en vez de poner zanahorias. Sobre la bajuna de Sumar: es posible que se deba a su candidato –Jaume Asens, un emisor, no el único, de lenguaje procesista; un partido debe evitar esos fallos de léxico; esos fallos de léxico le han supuesto a Comuns dejar de ser el partido más votado en las generales, y un partido a tener en cuenta en Cat; y, claro, la posibilidad de modular otro catalanismo, que no fuera el modulado por una de las derechas más reaccionarias del Estado–. Entendiendo, claro, que el candidato no es el responsable de la ruina, sino que el responsable es el sistema vertical, desinformado, de elección de candidatos, por parte de una élite que, visto lo visto, no suele hablar con nadie de fuera de Telegram. 

9- Segunda votación para presi del Parlament. Hay acuerdo –inopinado, no argumentable ni analizable a través de la política– entre Junts, ERC y CUP –las izquierdas esp y cat, cada cual por su propia vía, avanzan con paso firme hacia la irrelevancia italiana; ojo–. El presi es el candidato de Junts, lo que, ojo, explica la debilidad de ERC, que no ha impuesto ningún candidato. Es decir, no tiene fuerza/ Junts no ha llegado a creer que votaría a Illa. Es presi Josep Rull, hombre de posibles, ni guapo ni feo, católico y sentimental. Hace un discurso repleto de frases hechas e historias sabidas, comunes, un indicio general de carencia de ideas propias. Lo que es una metáfora del catalanismo conservador. Como me dijo un día un líder catalanista, “el catalanismo conservador tiene dos características. Una es no tener no más de 10 ideas. Y la otra es que para que entre en el pack una idea nueva –un proceso muy costoso– debe salir otra”. Las últimas en entrar fueron la indepe sin indepe, y la inmigració, es decir, el hecho de que no todos los cats seamos cats. Tardarán en salir.

Lo lógico es que el presi del Parlament no proponga a Illa. Sino a Puigdemont. Y que pierda la investidura por los votos de ERC

10- ¿Dónde estamos? Donde siempre, pero no tanto. Seguimos en la teatralizacíón de la política. Algo que ya ha sido exportado a Esp –epístolas de Pedro a los efesios, la cosa participar en la demanda de Sudáfrica sin participar en ella, los fakesdel PP, su creación de polarización para luego hacer plebiscitos con elecciones–. Algo que confirma lo que será la política, la democracia, hasta el colapso, ese aburrimiento lento y lejano. Esta vez, en Cat, la teatralización llega con cierto cálculo, con cierto ánimo de que la sangre no llegue al río, y si llega, que sea salsa de tomate.

11- Lo lógico es que el presi del Parlament, que tiene el rol del Rey en la nominación de un candidato a Presi, no proponga, por la gloria de su madre, a Illa. Sino a Puigdemont. Que Puigdemont emita, en directo o por Zoom, un discurso de investidura. Y que pierda la investidura por los votos de ERC. Porque lo lógico es que ERC vote en contra. Si bien lo lógico era que hoy ERC no hubiera votado a Junts. La política cat es tan manierista, simbólica, católica y repleta de ceremonias –por lo general de clase; alta–, que es difícil predecirla, pues en ocasiones conduce a lo más imprevisto: la propia muerte. Tras ello, se propondría a Illa. O no, pues el presi del Parlament puede pasar de peluquín. Lo haría, además, en nombre de la antirepressió. O, si esa semana entra una nueva idea en el pack de ideas, pues ese otro palabro. Igual es “quinoa”. 

Que la Gene haya sido uno de los gobiernos que hizo papelitos para negar la sanidad a ciudadanos explica el despelote alcanzado durante el no-autogobierno

12- La crisis cat es muy amplia e intensa. Consta de tres artículos 155, tres imposibilidades del autogobierno, ese consenso antiguo, del XIX, en Cat. Uno fue el 155 ad hoc, emitido por Rajoy. Un 155 raruno, en tanto se parecía más a la propuesta de artículo 155 del ponente Fraga que al 155 que quedó en la CE78. El otro sucedió en 2011. Fueron los recortes de Mas. Que dejaron el autogobierno sin sentido, en tanto que su sentido era la ejecución del Bienestar, missing. El otro es más dilatado y constante. Es el no autogobierno de los recortes, solapado al no autogobierno del procesismo, más de 10 años en los que el no autogobierno se solapó de coches aparatosos, tocando el claxon, que te adelantaban por la izquierda, mientras se producían, únicamente, fantasías reaccionarias. El hecho de que la Gene haya sido, en ese periodo, uno de los dos gobiernos europeos que hizo papelitos para negar la sanidad a grupos de ciudadanos en pandemia –o, con otra palabra, para proclamar la eugenesia– explica el despelote alcanzado durante el no-autogobierno. Que desea proseguir. Que igual lo consigue.