segundo premio
Una temporada en la arquitectura española
Una historia parcial de la arquitectura española reciente hilada a través de los títulos de las canciones de Los Planetas
David García-Asenjo 15/09/2024
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Toda historia es una ficción de los hechos narrados. Es parcial, tiene en cuenta solo una parte de lo ocurrido y está afectada por el punto de vista desde el que se cuenta.
Segundo premio (Isaki Lacuesta, 2024) no es una película sobre Los Planetas. Lacuesta aprovecha el proceso de grabación de Una semana en el motor de un autobús para contar una historia sobre relaciones personales, procesos de creación artística y el paso a la madurez. Con esta excusa vamos a narrar una historia parcial de la arquitectura española reciente. Los estupendos títulos de las canciones nos servirán para trazar un hilo, verdadero como lo que se ve en la pantalla en Segundo premio, pero tan parcial, falso y trucado como la historia contada desde un punto de vista.
Este artículo parte de un hilo de Twitter que celebraba el 25º aniversario de la publicación del disco. Comenzaba con una referencia visual a la portada del disco, diseñada por Javier Aramburu, autor de la imagen de Los Planetas y referente en el diseño gráfico del pop independiente español. La X que sirve como advertencia del peligro de los productos tóxicos se relaciona con la propuesta de Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla para el concurso para diseñar un edificio polivalente en Teruel en 2001. La abstracción de la forma planteada por los arquitectos y el cuidado que ponían en la representación gráfica de sus proyectos en esa etapa de su carrera encaja a la perfección con la rotundidad de la cubierta de Aramburu.
En otras imágenes del proyecto la X se convertía en la señal que nos dice: “Usted está aquí”. Y eso tratamos de hacer, ubicarnos en el mapa.
Segundo premio
Propuesta para la ampliación del Banco de España. José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún
El proyecto ganador de Rafael Moneo no finalizó hasta varias décadas después, y fue una aparente anomalía en la arquitectura moderna española, ya que completó la manzana del Banco de España con un lenguaje mimético del existente. Una apuesta arriesgada, pero que una vez construida ha mostrado su acierto. Esta propuesta de Corrales y Molezún, que quedó en segundo lugar (y que es una segunda versión del proyecto), es una muestra interesante de las arquitecturas que se producen en los concursos y que nunca verán la luz, bien por no salir ganadoras, o bien porque las administraciones no aprovechan el esfuerzo realizado para sacar adelante las intervenciones propuestas.
El sistema de concursos es un pozo de energía y recursos desperdiciados
El sistema de concursos es el que se utiliza habitualmente para encargar edificios públicos o institucionales. En teoría son una oportunidad para que los profesionales puedan acceder a encargos sin necesidad de tener una red de contactos. Pero en la práctica resultan ser un pozo de energía y recursos desperdiciados. Arquitectos trabajando durante semanas sin recompensa alguna. Y en muchas ocasiones en situaciones de desigualdad frente a profesionales que cuentan con mano de obra barata (o directamente gratis) por su relación con la docencia y el prestigio asociado que conlleva.
Además, se han dado casos importantes en los que una propuesta ganadora de un estudio emergente se queda en el limbo para finalmente ser construida por un arquitecto de reconocido prestigio.
Desaparecer
Rascainfiernos. Fernando Higueras
Fernando Higueras realizó esta singular obra en el patio trasero de su casa, con la que comenzaba a desaparecer de la vida pública tras una década de éxitos y obras muy significativas. Una vivienda especial, en la que sorprende lo luminosa que puede resultar una vivienda enterrada, con las ventajas de mantener una temperatura confortable a lo largo de todo el año. Es también una metáfora del descenso de Higueras a situaciones que lo apartaron de la primera línea de la arquitectura.
Higueras no fue el único arquitecto que sufrió este ostracismo, aunque otros casos no estuvieron vinculados a sus excesos, sino al cambio de régimen, coincidente con la crisis del petróleo de 1973. Un importante vuelco a la situación sociopolítica española que tuvo sus consecuencias en la arquitectura, donde muchos profesionales que habían sido muy relevantes en la incorporación de España a la modernidad perdieron el favor de la sociedad (de los promotores privados y de los públicos, en realidad). Dejaron así paso a nuevas generaciones o a compañeros que supieron surfear mejor la ola de los cambios (y que supieron estar junto al poder económico, que no había visto muy alterada su posición de privilegio).
La playa
La Roiba. Ramón Vázquez Molezún
La transformación de una antigua planta de salazones se convierte en una de las intervenciones más delicadas junto a la costa. Las actuaciones en el litoral, producto del cambio de modelo económico a partir de los años sesenta, modificaron la imagen del país y alteraron su paisaje. Aun así, se proyectaron edificios de un alto interés arquitectónico y con un respeto por el lugar en el que se insertaban. Posiblemente La Roiba sea uno de los casos más especiales de esta forma de actuar. Molezún, un arquitecto que había diseñado grandes edificios, se limita en esta obra a plantear los elementos mínimos para su propio lugar de refugio, como si fuera uno de los barcos a los que era tan aficionado. La metáfora del barco se aplica a la búsqueda de lo esencial, de la conexión entre el tripulante y el mar. Una de las obras pioneras de la arquitectura moderna en España sí tomaba la referencia a lo naval desde lo formal. El Club Náutico de Donostia de Aizpurua y Labayen se construyó como un envoltorio de líneas curvas a un barco varado junto a la playa de la Concha y continúa allí, cerca ya de cumplir su centenario.
Parte de lo que me debes
Conflicto entre Santiago Calatrava y el ayuntamiento de Bilbao
La última década del siglo XX y la primera del XXI fueron testigos de una enorme transformación de muchas ciudades españolas. Se contrató a las figuras más destacadas de la arquitectura mundial, para que cada una dejara una muestra de su trabajo y de este modo se situara a la localidad en el mapa.
En la década siguiente se pusieron en cuestión estas prácticas, y la figura de Santiago Calatrava concentró gran parte de las críticas de la prensa. Su modo de defender la arquitectura como una manifestación artística, con una serie de privilegios asociados a esa posición, le hizo reclamar por lo que entendía que era una alteración de su obra. Frente a una idea de arquitectura que evoluciona en el tiempo y gracias a su uso, Calatrava mantenía una posición que impedía que se alterara su integridad como obra singular. Esto le llevó a reclamar al ayuntamiento de Bilbao por modificar la pasarela Zubizuri para que pudiera conectarse con otra intervención de otro arquitecto de renombre. En la primera década de los 2000 esto no era un problema para conceder el Premio Nacional de Arquitectura. Quizá ahora duele más que Calatrava lo ganara ante una pionera como Matilde Ucelay y un destacado defensor de la arquitectura y el urbanismo como un servicio a la sociedad, Oriol Bohigas.
El personalismo ha sido uno de los grandes problemas de la profesión
El personalismo ha sido uno de los grandes problemas de la profesión, ya que, entre otras cosas, ha impedido reconocer el trabajo de los equipos que hay detrás de cada gran figura. Un proyecto no es posible sin la intervención de un gran grupo de profesionales, pero los reconocimientos se los lleva una sola persona. Un genio que piensa, dibuja, calcula, dirige y publicita la obra sin la ayuda de nadie.
Un mundo de gente incompleta
Mercado de Santa Caterina. Enric Miralles y Benedetta Tagliabue
La muerte prematura de Enric Miralles fue una pérdida importante para la arquitectura española. Uno de sus mayores talentos, con una forma muy personal de proyectar y de entender la arquitectura. Sobre los hombros de Benedetta Tagliabue se cargaba la responsabilidad de finalizar las obras que estaban sobre el tablero. La escala y relevancia de estos proyectos suponían la consolidación internacional del estudio EMBT.
Benedetta no solo consiguió completar los edificios, sino que además aportó soluciones que añadían nuevas capas de significado a lo proyectado originalmente por Miralles. El revestimiento de cerámica coloreada de la cubierta del mercado conseguía generar una imagen urbana con los productos que se venden en su interior.
Tagliabue pudo ser reconocida (aunque no completamente), pero esto no ocurrió con arquitectas de generaciones anteriores, cuyo trabajo se vio silenciado. Las historias de la arquitectura española siguen siendo incompletas sin su presencia, aunque existan iniciativas y estudios que las están rescatando. Pero es una tarea que se está encontrando con resistencias, reflejo de un momento social en el que muchos avances están en clara regresión. Aquellos que tienen privilegios justificarán con argumentos aparentemente académicos que la historia no sea cada vez más rica e inclusiva.
Ciencia Ficción
Estación de comunicaciones por satélite de la Compañía Telefónica. Julio Cano Lasso
El despegue tecnológico de la sociedad española vino acompañado de una arquitectura de gran calidad, que conseguía aunar desarrollo técnico y constructivo con una reinterpretación de la tradición. La arquitectura española tomó un camino que aunaba un lenguaje depurado con soluciones constructivas que se alejaban (en los inicios por privación económica) de la ortodoxia del movimiento moderno y la emparentaban con arquitecturas de la periferia de la modernidad, principalmente nórdicas. Cano Lasso logró crear edificios que protegían en su interior una tecnología puntera, pero con una arquitectura que insertaba con sensibilidad los edificios en su entorno y en el paisaje. Al proponer este ejemplo, estaba pensando en la estación de seguimiento de satélites de Fresnedilla de la Oliva, una de las tres que siguieron la llegada del hombre a la Luna, pero la realidad nos ha estropeado el relato.
La arquitectura que construyó Telefónica para alojar sus centralitas tuvo cuidado de integrarse en los entornos urbanos
En todo caso, la arquitectura que construyó la empresa Telefónica para alojar sus centralitas tuvo el mismo cuidado para integrarse en los entornos urbanos. Sería un buen ejemplo para el diseño de los edificios que alojan los servidores en los que se almacena la nube. Elementos que interfieren en el territorio por su consumo de energía y de medios naturales, pero de los que apenas tenemos noticia.
Montañas de basura
Planta de reciclaje de residuos urbanos. Iñaki Ábalos y Juan Herreros
Se quiere llamar la atención sobre el diseño y planificación de estas infraestructuras, de las que la arquitectura (o más bien los arquitectos) se han mantenido al margen últimamente. Son vitales para poder diseñar correctamente tanto el territorio como los edificios que producen y tratan los alimentos. Hay edificios muy interesantes que acogen granjas o invernaderos, pero también hay intervenciones estupendas en el proceso de tratamiento de los residuos, grandes espacios que ayudan a ordenar un territorio como el que puede ser un vertedero, y que pueden integrarse en el lugar en el que se asientan. A lo largo de su carrera, Ábalos y Herreros han tratado las cuestiones técnicas de la arquitectura, prestando atención a la resolución de los edificios desde sus componentes tecnológicos y constructivos.
En este caso crearon un imponente contenedor para el tratamiento de los residuos de la ciudad de Madrid, visibilizando una cuestión que suele quedar oculta y diseñando una solución que muestra los procesos que se siguen en su interior. Una arquitectura lógica, como la que buscaba uno de sus principales referentes, Alejandro de la Sota.
Cumpleaños total
Anuncio de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes a Rafael Moneo
En su 75º cumpleaños, Rafael Moneo recibió la noticia de que se le había concedido la última de las grandes distinciones que le quedaba por recibir.
Moneo ha sido el maestro de toda una generación y ha influido en las escuelas de Madrid y Barcelona
Era un buen momento para recapitular sobre su obra, y comenzaron a publicarse retrospectivas que analizaban su carrera en todas sus facetas. Porque su legado como proyectista y constructor, como docente y como teórico han redefinido la práctica de la arquitectura en España. El Museo de Arte Romano de Mérida, el Kursaal en Donostia o la sede de Bankinter en Madrid son edificios a la altura de los mejores del mundo, y vienen acompañados de un aparato teórico muy lúcido y certero. Moneo ha sido el maestro de toda una generación y ha influido en las escuelas de Madrid y Barcelona. Pero también ha impedido en ocasiones que esos discípulos hayan tenido oportunidades para despuntar en su carrera. Moneo ha tenido una carrera particularmente larga, poco habitual entre los maestros de la arquitectura española, cuyas etapas más interesantes pocas veces abarcaban más de dos décadas. Las obras interesantes del arquitecto nacido en Tudela se extienden desde finales de los sesenta hasta casi 2020, cinco décadas trufadas de edificios con un alto nivel medio. El reconocimiento a su figura, por el nivel alcanzado por sus mejores obras, hizo que pasara en cierto modo a ser el arquitecto institucional, al que confiar grandes encargos para garantizar que llegaran a buen puerto, o al menos un consenso que redujera la polémica alrededor de ellos. Ejemplo de esto fue la ampliación del Museo del Prado, cuyo concurso sufrió varios vaivenes hasta que se eligió a Moneo para el proyecto definitivo en lugar de a los jóvenes Beatriz Matos y Alberto Castillo.
Laboratorio mágico
Desaparición de los laboratorios Jorba
La arquitectura industrial fue fundamental en el desarrollo de la modernidad en España. Las factorías no eran solo espacios de trabajo, sino que también representaban la imagen de la empresa ante la sociedad que consumía sus productos.
El derribo de los laboratorios Jorba puso de relieve la necesidad de proteger el patrimonio contemporáneo
El derribo de los laboratorios Jorba, la célebre Pagoda de Miguel Fisac, y su sustitución por una arquitectura anodina, pusieron de relieve la necesidad de proteger el patrimonio contemporáneo, también el industrial. Porque guardan la memoria de la gente que trabajó allí y de la sociedad que creó esa arquitectura. A lo largo de las últimas décadas se ha conseguido rehabilitar una parte importante de ese patrimonio industrial, pero no está fuera de peligro, como demuestra la reciente actuación en la fábrica de la central lechera Clesa, obra de Alejandro de la Sota.
Toxicosmos
Fábrica Martini Rossi. Jaime de Ferrater
De nuevo una instalación industrial, esta vez dedicada a la producción de bebidas alcohólicas. La alteración de los estados mentales forma parte del relato de Una semana en el motor de un autobús. Esta fábrica es relevante por su arquitectura, pero también por la importancia de los reportajes fotográficos de la época, que incluían en muchas ocasiones imágenes nocturnas que cambian la percepción que se tiene de los espacios y modifica las relaciones entre los interiores y los exteriores de los edificios.
Sería interesante analizar las drogas que se han consumido en las oficinas de arquitectura
Por otra parte, sería interesante analizar las drogas que se han consumido a lo largo de las últimas décadas en las oficinas de arquitectura. Si en las décadas cincuenta y sesenta el alcohol era un ingrediente que acompañaba las tardes de dibujo y las reuniones sociales, a finales de los setenta la productividad se vio favorecida por las anfetaminas (con los estudiantes intentando seguir el ritmo). Posiblemente otras sustancias más glamurosas acompañaron eventos sociales y noches de entrega, y el estudio de su influencia podría emparentar la disciplina con otras manifestaciones artísticas. De este contacto entre arquitectos y artistas fueron fiel reflejo la revista Arquitecturas Bis o algunas etapas de la revista Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Madrid.
Línea 1
Ampliación de la Estación de Atocha. Rafael Moneo
La referencia está muy apegada a Madrid, ya que la línea 1 del Metro es la que pasa por Atocha, pero aquí se quería destacar la importancia que tuvo el primer trazado de Alta Velocidad en España, con origen en Atocha y final en Sevilla. Dos infraestructuras ferroviarias muy destacables, una como integradora de la arquitectura del pasado y la contemporánea en un importante nudo de comunicaciones e intercambio de viajeros entre cuatro medios de transporte, y la otra como una actualización a un lenguaje contemporáneo de una estación de destino. Dos generaciones, el maestro Rafael Moneo y los discípulos, Antonio Cruz y Antonio Ortiz, conectados por el trazado de la vía férrea.
Supuso el inicio de una nueva etapa en la creación de infraestructuras de transporte en toda España. Con piezas rotundas como la Terminal 4 de Barajas, de Antonio Lamela y Richard Rodgers, y algunos casos sobredimensionados o innecesarios, como alguno de los aeropuertos inutilizados antes de acoger un solo vuelo.
La Copa de Europa
Pabellón de Bruselas. José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún
La arquitectura española tuvo un impulso gracias al reconocimiento que obtuvo el pabellón en la Exposición Universal de Bruselas de 1958. Una arquitectura luminosa, realizada con muy pocos medios y en unas condiciones precarias, que mostró la capacidad de los arquitectos españoles para integrar nuevas técnicas, adaptación al lugar y un relato basado en unas buenas fotografías para resaltar las virtudes del edificio. Pese a que la leyenda cuenta que fue elegido el mejor pabellón de la feria, no existió ese galardón oficial, aunque sí consiguió elogios por parte de la prensa especializada. Ese éxito se repitió en la Feria Internacional de Nueva York de 1964, donde el pabellón diseñado por Javier Carvajal obtuvo la Medalla de Oro de la muestra y el premio a la mejor arquitectura extranjera de la AIA, además de reseñas críticas muy positivas. Como señala Ana Fernández Cebrián, para esta feria España había trazado un plan para “promocionar la nueva posición de la nación en la industria global del ocio”, coincidente con la celebración de la campaña franquista XXV años de Paz. La arquitectura moderna se convertía así en un instrumento eficaz de propaganda, asociado a la implantación y consolidación de un modelo económico. La sociedad ha evolucionado, se ha destruido parte del paisaje, ha mejorado la vida en las ciudades y se ha comenzado a derribar un frágil Estado de bienestar. El sistema defiende que el futuro no será peor de lo que era.
Toda historia es una ficción de los hechos narrados. Es parcial, tiene en cuenta solo una parte de lo ocurrido y está afectada por el punto de vista desde el que se cuenta.
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David García-Asenjo
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