Récord
Kilian Jornet: en busca de los límites humanos
El montañero catalán ha conseguido recorrer las cimas de las 82 montañas de más de cuatro mil metros de los Alpes en apenas 19 días, 41 menos que la anterior marca
Ricardo Uribarri 26/09/2024
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Referencia a nivel mundial en los deportes de montaña, Kilian Jornet se ha caracterizado toda su vida por buscar sus límites físicos y mentales a través de las pruebas deportivas más duras o de retos personales que se salen de lo habitual. En este último parámetro se puede enmarcar el desafío que acaba de completar, uno de los más importantes de su prolífica y brillante trayectoria, en el que, mezclando carrera a pie, alpinismo, escalada y ciclismo ha conseguido coronar las 82 montañas de más de cuatro mil metros de los Alpes en apenas 19 días, en un proyecto denominado ‘Alpine Connections’. Las personas que menos tiempo habían empleado hasta entonces para hacer ese recorrido necesitaron 60 días.
El alpinista de 36 años nacido en Sabadell, y que reside actualmente en Noruega, inició su aventura en la localidad suiza de Saint Moritz el pasado 13 de agosto; el Piz Bernina fue el primer pico que ascendió, y terminó la hazaña el 1 de septiembre en el Barre des Ecrins, en Francia. Entre medias, recorrió las cimas de montañas míticas, como Mont Blanc, Monte Rosa, Monte Cervino, Aiguille Verte, Weisshorn o los Grandes Jorasses en 16 etapas desarrolladas en 19 días, de los que 18 fueron de actividad y uno solo de descanso. En total completó 1.207 kilómetros, de los que el 87% los hizo a pie y el 13% en bicicleta, superando un total de 75.344 metros de desnivel. Realizar las etapas le llevó desde un mínimo de tres horas y 45 minutos de duración hasta un máximo de 34 horas, con una media de 17 horas. En la tercera etapa, por ejemplo, hizo 99 kilómetros a pie en 32 horas con casi 8.000 metros de desnivel.
Completó 1.207 kilómetros en 19 días, de los que el 87% los hizo a pie y el 13% en bicicleta, superando un total de 75.344 metros de desnivel
Para ganar tiempo, decidió llegar a las cimas a través del camino más corto, uniendo aristas y crestas siempre que fuera posible, a pesar de la dificultad que suponía. Además, no bajaba a ningún campo base a descansar, sino que lo hacía en refugios de la misma montaña para ahorrarse viajes, durmiendo una media de cinco horas y 17 minutos al día, una hora y 19 minutos menos que la media en su vida diaria normal. De esa forma pulverizó las anteriores marcas registradas, como la de los italianos Diego Giovannini y Franco Nicolini, que en 2008 tardaron 60 días. Siete años más tarde lo hizo el suizo Ueli Steck, que empleó 62 días. El primero que lo completó fue el esloveno Miha Valic, en 104 días. El francés Patrick Berhault falleció en 2004 cuando intentaba realizar ese mismo recorrido. Una de las cosas más llamativas es que Kilian no utilizó botas de alpinista para ahorrar peso, sino zapatillas, que es con lo que está acostumbrado a correr en la montaña, a las que ajustó unos crampones para no tener problemas en el hielo.
Es destacable la capacidad de recuperación que ha demostrado Jornet tras el desgaste físico de cada día, a la que ha unido una resistencia mental asombrosa. Algo que solo se entiende, según señaló en La Vanguardia el doctor en Fisiología y Biomedicina, Jesús Álvarez-Herms, que trabaja habitualmente con Kilian, “gracias a una genética prodigiosa”. Empezó el recorrido con 57 kilos y lo terminó con el mismo peso, lo que resulta sorprendente teniendo en cuenta que hace un año, durante la realización del reto de pisar las cimas de los 177 tresmiles que hay en los Pirineos, perdió siete kilos. Su frecuencia cardiaca llegó a ser en momentos puntuales de 160 ó 170 pulsaciones por minuto, mientras que en otros, cuando el esfuerzo era menor, bajaba a 110 pulsaciones por minuto. La frecuencia normal en reposo en una persona adulta oscila entre las 60 y las 100 ppm.
Jornet empleó la tecnología para controlar el seguimiento del sueño, los datos de saturación del oxígeno para ver su recuperación y, especialmente, la navegación, ya que en algunos tramos se fiaba de la función de retorno de su dispositivo para recorrer el mismo camino por el que había subido para evitar los desprendimientos de rocas o las grietas.
Kilian, que durante algunos pasajes del recorrido tuvo la compañía de alpinistas que quisieron estar con él, confiesa que “esta es, sin lugar a dudas, la cosa más desafiante que he hecho en mi vida, mental, física y técnicamente. Pero quizá también la más bonita. Es difícil procesar todas mis emociones en estos momentos, pero este es un viaje que nunca olvidaré”. A pesar de completar la misión y de no haber sufrido graves contratiempos durante su desarrollo, el montañero también ha confesado que ha asumido riesgos de los que no está orgulloso. Especialmente, en dos travesías del Mont Blanc en las que, según confesó en El País, “las condiciones del terreno eran tan pésimas que hacían que el lugar resultase muy peligroso. Decidí ir, pero ahora debo pensar si hice o no lo correcto”. Por situaciones así, Kilian siempre ha dicho que no pretende ser un ejemplo para nadie.
Las pruebas físicas realizadas al deportista, tanto antes, como durante y después de la aventura serán publicadas en una revista científica
La gesta de Kilian va a tener su traslación en los resultados obtenidos por las pruebas físicas realizadas al deportista, tanto antes, como durante y después de la aventura, para sacar conclusiones sobre la tolerancia del ser humano en una situación de actividad extrema y que serán publicadas dentro de un tiempo en una revista científica. Al contrario que otros deportistas, que son más recelosos, Kilian no tiene ningún problema en compartir la información sobre datos concretos físicos y de rendimiento que puedan ayudar de alguna manera a la ciencia.
Con un padre que era guía de montaña y guarda del refugio de Cap de Rec en los pirineos ilerdenses y una madre que es profesora de deportes de montaña y responsable del centro de tecnificación de esquí de Catalunya, parecía inevitable que Kilian centrara su vida en actividades relacionadas con la montaña. Con tres años subió su primer tres mil, con cuatro ascendió el Aneto y con seis coronó un cuatro mil en los Alpes. Desde entonces no ha parado de añadir logros a su currículum, convirtiéndose para muchos en el mejor corredor de montaña de la historia, como demuestran sus victorias en pruebas míticas de trail running, como las cuatro conseguidas en el Ultra Trail del Montblanc, las cinco en el Hardrock, las 11 en el Zegama Aizkorri o las 10 en la Sierre-Zinal.
También ha ganado 14 medallas en el Mundial de Esquí de Montaña (modalidad a medio camino entre el alpinismo y el esquí) y ocho en el Europeo; cuatro metales en el Mundial de Skyrunning (carreras de montaña por encima de 2.000 metros) y otras cuatro en el Europeo de la misma especialidad. Asimismo posee varios récords de menor tiempo en ascender y descender varias montañas míticas, como la doble subida que hizo al Everest en una semana en 2017, subiendo desde el campo base y bajando en 26 horas y haciéndolo en 17 horas desde el campo base avanzado.
Kilian ha seguido una máxima desde que empezó a realizar actividades en la montaña: la necesidad de hacer lo máximo para preservarla y protegerla, labor que fomenta desde su fundación. De ahí su preocupación al ver cómo está afectando el cambio climático a elementos vitales del entorno alpino, como los glaciares, el permafrost (capa de suelo congelado permanentemente) y la biodiversidad, especialmente en zonas que él conoció hace años en otra situación, como ha podido comprobar en el Mont Blanc. De ahí la dolorosa conclusión que ha sacado de este proyecto: “Mientras supero mis límites en los Alpes, soy testigo de cómo esos ecosistemas también están llegando a sus límites”.
Referencia a nivel mundial en los deportes de montaña, Kilian Jornet se ha caracterizado toda su vida por buscar sus límites físicos y mentales a través de las pruebas deportivas más duras o de retos personales que se salen de lo habitual. En este último parámetro se puede enmarcar el desafío que acaba de...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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