No había muchas ganas de jugar en unos y en otros. Cuesta que la cabeza no se vaya a la tragedia que se vive en la Comunidad Valenciana, pero ya que la patronal obligaba a ello y después de un emotivo minuto de silencio por las víctimas en el Metropolitano, en el que sonó por megafonía el himno valenciano, ambos equipos se pusieron a ello. Y sin mucho brillo, pero con las ganas y la intensidad que faltaron otras veces, el Atleti se llevó de forma justa un triunfo que supone un bálsamo ante un Las Palmas tan aseado en su juego como inofensivo.

En este continuo baile de fichas que realiza Simeone cada partido, Nahuel comenzó como central por la derecha formando una línea defensiva junto a Giménez y Lenglet, dejando los carriles a Giuliano y a Galán, que fueron dos de los más destacados de los rojiblancos, especialmente en el primer tiempo. El hijo del Cholo tiene algo muy importante en un futbolista: hambre. Demuestra lo que es, un joven que quiere hacer méritos en el equipo de su vida y probar que tiene sitio aunque sus cualidades técnicas no sean excelsas. En su caso, además, con doble motivo, para que no digan que está ahí por ser quien es. Su despliegue físico y su intensidad resultan ahora mismo muy necesarias en un equipo que no anda sobrado de ello. Él protagonizó la primera llegada del choque con una internada culminada con un centrochut desde cerca de la línea de fondo que rechazó el portero.

Giuliano, además, contagia a sus compañeros, que empezaron dispuestos a remangarse. Lo mostraron Griezmann y Julián luchando por recuperar un balón en la salida del ataque canario que acabó en las botas de Barrios cuyo disparo lo rechazó el portero Cillessen. Galán, otro de los que juega con revoluciones altas, percutía una y otra vez por la izquierda, pero sus centros no encontraban rematador. Lo que sí encontró un centro de Griezmann fue la mano separada, aunque baja, de McKenna en el área. El VAR avisó a De Burgos Bengoetxea para que fuera a ver la acción al monitor, pero el árbitro entendió que no había motivos para pitar penalti. Justo lo contrario que deciden muchos de sus compañeros en jugadas similares.

Las Palmas intentaba imponer su ritmo de juego, tocando con criterio, pero sin profundidad. Su único tiro en todo el partido llegó sin embargo en una rápida acción de tres pases: saque del portero, prolongación de cabeza de un activo Fabio Silva y pase de primer toque de Sandro al propio Fabio que remató cruzado obligando a Oblak a desviar a córner. El Atleti tenía más tiempo el balón, pero le costaba generar peligro. No lo lograba en jugada ni tampoco a balón parado. Lanzó varios saques de esquina y no logró rematar ninguno. En varios de ellos el rechace de la zaga visitante fue a parar a Barrios, pero todos sus remates se fueron desviados.

Y en la primera ocasión que el Atleti pilló desprevenida y descolocada a la zaga canaria llegó el gol. Con los de Diego Martínez adelantados, el discutido Nahuel lanzó un gran pase a la espalda de la defensa para el desmarque de Giuliano, que tocó de cabeza el balón para hacerlo correr y a la altura del pico del área pequeña cruzó la pelota ante Cillessen para colocar el primero. Lo celebró como se merecía su primer tanto con el equipo y también de la manera que tocaba: junto a Koke, con una camiseta levantada en la que se leía “Força i Ánims”, en homenaje al pueblo valenciano.

La ventaja pudo duplicarse justo antes del descanso, ya que Griezmann estuvo a punto de hacer el segundo al mandar al travesaño con su zurda en el área pequeña un pase de Barrios desde la banda derecha.

Simeone quitó en el descanso a Lino y Barrios, que reaparecía tras lesión, y dio entrada a Gallagher y a otro discutido por la grada, De Paul, que recibió algunos pitos en sus primeras intervenciones. Seguramente sabedor de lo cuestionado que está entre la parroquia colchonera, el argentino salió con la actitud que otras veces le falta. Y cuando está con ganas, suele mostrar el fútbol que lleva dentro. Empezó su destacada segunda mitad filtrando un pase a Nahuel que un mal control del lateral echó a perder, en una acción en la que acabó dando un golpe evitable en la cabeza a Cillessen. El portero tuvo que dejar el partido y fue sustituido por Horkas, lo que permitió que hubiera seis cambios por equipo.

Entre golpes, faltas y cambios, el partido tuvo muy poca continuidad y ritmo en la segunda mitad. Apenas pasaron cosas. El Atleti daba la sensación de tenerlo controlado, pero con la ventaja por la mínima no podía estar tranquilo, aunque Las Palmas no amenazara. Simeone quiso reactivar su ataque y quitó a Julián y Griezmann para meter a Correa y Sorloth. En el bando visitante, Diego Martínez retiró a Sandro y Campaña por Muñoz y Mc Burnie.

Hubo que esperar al minuto 83 para que se definiera el choque. Otro gran pase de De Paul desde campo propio encontró una fisura en la defensa amarilla y el desmarque de Sorloth, que encaró portería y en el mano a mano esta vez no falló, logrando el segundo con un buen disparo a media altura. Pese a no estar brillante en la definición en su etapa rojiblanca, el noruego ya es el máximo realizador del equipo en la Liga con cuatro tantos.

Y con nueve minutos de añadido acabó un encuentro en el que el Atleti recuperó algunas de sus señas de identidad. Ahora le vienen dos exámenes de nivel, París y Mallorca, en la asignatura que más le cuesta, los partidos a domicilio. Veremos si confirma sensaciones o vuelve a las andadas.