LA COLCHONERÍA
Giuliano rompe prejuicios
El hijo de Simeone se ha convertido en uno de los nombres más destacados en el Atleti
Ricardo Uribarri 22/11/2024
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A principio de temporada parecía uno de los jugadores con menos posibilidades de jugar y destacar en el Atlético de Madrid. Tenía por delante a casi todos sus compañeros: unos por haber costado mucho dinero; otros por tener un nombre ya hecho en el fútbol y una carrera en el equipo. Por si fuera poco, tenía que hacer frente a los prejuicios de quienes opinaban que le habían regalado su presencia en la plantilla por ser el hijo del entrenador. Sin embargo, apenas tres meses después, Giuliano Simeone se ha convertido en el nombre del momento en el conjunto rojiblanco, y ha pasado a ser uno de los favoritos de los seguidores. ¿Cómo lo ha conseguido?
En cinco de los siete últimos partidos disputados por los colchoneros, Giuliano ha sido clave para que el resultado fuera positivo. Ante el Leganés y con 1-1 en el marcador, luchó para recuperar una pelota que se iba fuera y darle una asistencia a Griezmann; en Vic, en partido de la Copa del Rey y con su equipo incapaz de pasar del empate ante un conjunto de regional, provocó un penalti que encarriló el triunfo a falta de diez minutos para ir a la prórroga; frente a Las Palmas marcó el primer gol; en París, protagonizó la jugada que acabó en el tanto de Nahuel; y en Mallorca corrió por un pase en largo para ganar una disputa que parecía perdida y regalarle el gol de la victoria a Julián. Un rendimiento que le ha valido incluso para ser llamado por la selección argentina absoluta en dos de las últimas tres convocatorias, bien desde el inicio o tras una lesión en el plantel, algo que parecía inimaginable cuando arrancó el curso futbolístico el pasado mes de agosto.
En cualquier ámbito laboral, que un hijo trabaje en la misma empresa en la que su padre es el jefe provoca recelos. Se suele poner por delante las supuestas ventajas que eso genera para esa persona antes que su valor profesional para estar ahí. Una realidad que se agranda en un mundo tan público como el del fútbol, con miles de ojos que examinan cada día su rendimiento, muchos de ellos ávidos de tener argumentos para criticarlo. Pero Giuliano ha conseguido darle la vuelta a la situación al llevar al máximo sus cualidades: ha mostrado entrega, una gran condición física, disputa cada balón como si le fuera la vida en ello, juega con intensidad, tiene carácter y, sobre todo, demuestra una ambición por ganarse el sitio que muchas veces se ha echado en falta en algunos de sus compañeros. A todo ello hay que sumarle su versatilidad: puede jugar de delantero, interior o carrilero.
Giuliano no solo tenía que superar esas suspicacias; incluso se difundió el rumor de que algunos de sus compañeros estaban incómodos por su presencia en el vestuario. Es que, además, si se hace una valoración de las cualidades de los jugadores de la plantilla atlética, hay muchos que, sobre el papel, parecen estar mejor dotados que él. Pero su caso sirve también como ejemplo de que en la vida no vale solo con tener aptitudes, sino que con una buena actitud también se puede llegar a sobresalir y ponerte a la altura o incluso superar a profesionales con más talento para desarrollar una actividad. En cualquier caso, en un deporte de equipo siempre resulta necesario tener jugadores de ambas características. Tan improbable resulta llegar al éxito sin talento como hacerlo sin esfuerzo. Y Giuliano está demostrando cumplir de sobra con uno de esos perfiles, sin que eso suponga que no tenga también sus capacidades técnicas que, en cualquier caso, siempre podrá pulir y mejorar. Recordemos que hablamos de un chico de 21 años.
Puede que si Diego Pablo Simeone no hubiera sido entrenador del Atleti, Giuliano no hubiera llegado a las categorías inferiores del equipo. Nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que desde entonces ha recorrido el mismo camino que cualquier otro canterano, y que se ha tenido que ganar cada paso que ha dado. Con 17 años se incorporó al juvenil colchonero desde el River Plate argentino. Tras año y medio, debutó con el Atleti “B” en enero de 2021, anotando cuatro goles hasta final de campaña. En la temporada 21-22, ya como miembro fijo del primer filial colchonero, marcó 25 goles en 36 partidos, y fue clave en el ascenso a la categoría superior. Entonces se decidió que saliera cedido y se curtiera en Segunda división. De entre las numerosas ofertas que tenía se optó por la del Real Zaragoza, con el que jugó la campaña 22-23. Gracias a sus nueve goles se convirtió en el máximo goleador del equipo.
El equipo maño pretendía que siguiera, pero en el Atleti querían verle ya en un equipo de Primera y por eso se decidió que se fuera cedido al Alavés, no sin antes renovarle hasta 2028. En el camino marcado apareció un duro contratiempo. Una entrada de un jugador del Burgos en un partido amistoso de pretemporada le provocó una fractura de tibia y peroné que le dejó cinco meses fuera de los terrenos de juego. Tras recuperarse, logró jugar 16 partidos, y marcó un gol. El conjunto vitoriano quería contar de nuevo con él en la actual campaña, pero tras su buen rendimiento en la selección olímpica argentina este pasado verano en los Juegos de París, el Cholo y los responsables deportivos de la entidad atlética decidieron que debía tener un hueco en el equipo.
Giuliano aporta también otro valor, que aunque no es indispensable para tener éxito en un equipo, sí tiene su importancia. Hablamos de la identificación con los colores, algo siempre bien valorado por los aficionados. De él recordamos su foto, con apenas dos años, en brazos de su padre, con una camiseta del Atleti puesta el día que el Cholo se despedía como jugador en su segunda etapa en el club, a finales de 2004. O cuando diez años después, mientras ejercía de recogepelotas en el Calderón, corría a abrazar a su padre tras un gol en un derbi de Copa. Y también celebrando de manera efusiva, ya más mayor, algún triunfo visto por televisión con su hermano o con amigos. Ha mamado desde pequeño el Atleti y ahora vive lo que tantas veces deseó. Así lo reconoció tras el partido frente a Las Palmas: “Es un sueño cada día que me despierto entrenar en el Atleti, jugar en el Atleti, estar en este estadio. Para mí es algo maravilloso”.
Habrá quien piense que Simeone padre no va a juzgar de la misma manera a su hijo que al resto de los jugadores. Debería bastar con leer sus declaraciones para saber que eso no va a suceder: “A Giuliano lo veo todo el tiempo como un jugador de fútbol. Y desde el primer momento que decidí que se quede con nosotros, fue la misma decisión que tuve con cualquier otro jugador que se ha quedado en la plantilla, por una situación de que nos puede ayudar. Yo lo único que pienso es en el equipo. No pienso en nadie ni en nada, no me relaciona aunque sea mi hijo una situación diferente de como futbolista” (…). “Como jugador del Atlético, Giuliano tiene una exigencia y una responsabilidad. No tiene nombre. Es un futbolista más. No quiero ni veo películas en ese sentido. En el Atlético, quienes corren juegan y quienes no, juegan menos”.
Los dos eran conscientes de que no sería fácil, que habría comentarios, que a la primera posibilidad utilizarían al hijo para arremeter contra el padre. Y ambos saben que el campo da y quita razones. Giuliano parece que va a tener la ingrata labor de tener que demostrar más que los demás para evitar las críticas hacia su padre. Y hará buenos partidos, regulares y malos, como todos los demás. Solo el tiempo dirá si Giuliano se gana tener una carrera larga en el equipo o no. Pero tan injusto sería que jugara sin merecerlo, cosa que no va a pasar, como juzgarlo y exigirle de distinta manera por ser quien es. Lleva toda la vida oyendo en su casa que ‘el trabajo, paga’. Y así debe ser. Para todos.
A principio de temporada parecía uno de los jugadores con menos posibilidades de jugar y destacar en el Atlético de Madrid. Tenía por delante a casi todos sus compañeros: unos por haber costado mucho dinero; otros por tener un nombre ya hecho en el fútbol y una carrera en el equipo. Por si fuera poco, tenía que...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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