En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Esta pieza forma parte del libro CTXT, una utopía en marcha, en el que sesenta y siete firmas hablan sobre los primeros diez años de funcionamiento de la revista y su contexto político. Se puede comprar aquí.
-------------------
En octubre de 2015, Miguel Mora me llamó para que asistiera al Círculo de Bellas Artes a la presentación de la revista que había fundado con un grupo de periodistas en enero de 2015. Desde el primer número de CTXT, Miguel me enviaba enlaces de artículos que publicaban y yo los compartía con amigos.
En esas fechas, mi socio y yo estábamos con el cierre del estudio de arquitectura del que tanto habíamos disfrutado y sufrido durante más de treinta años. La crisis nos arrasó, así que era un buen momento para relajarse, ver a buenos amigos y amigas y apoyar el nacimiento de un proyecto ilusionante desde las ruinas de otro que lo fue.
Unos meses después, mis queridos contextatarios buscaban a alguien que se encargase de la gestión administrativa de CTXT, y a Antonio Tena se le ocurrió que, si yo había sabido cerrar una empresa, cómo no iba a poder ayudar a levantar otra. La premisa, siguiendo el espíritu fundacional, debió de tentar a los Ctxteros, y a los pocos días allí estaba hablando con Mónica, Vanesa y Miguel, en el saloncito de Doctor Arce, sobre lo que esperaban de mí y qué quería yo. La conversación duró poco, queríamos que CTXT saliese adelante y trabajar duro y sin condiciones, como ellos llevaban un año largo haciendo.
Era plenamente consciente de que había miles de personas más capaces y preparadas que yo para acometer este trabajo y que mi único mérito era la confianza que depositaban en mí Mónica, Vanesa, Miguel, la gran Magdalena Mora, Antonio y el resto de consejeras.
Incorporarme a CTXT cambió mi vida. Pasar del sector de la arquitectura al del periodismo, a los 62 años, era un reto enorme. Mucho que aprender y mucho que olvidar.
Desde el principio todo fluyó, bueno, quizás fluir, que es algo suave y relajante, no sea lo más descriptivo. Aquello era una riada. Decisiones inmediatas, proyectos que emergían y desaparecían a la misma velocidad, búsqueda de ingresos –suscripciones, patrocinios, presentaciones, donaciones–, lo que fuese, sin comprometer la independencia de la revista y con la premisa de no deber nada a nadie.
Tenía que ir adaptándome al nuevo ritmo de trabajo y de vida. No fue fácil. Cientos de whatsapps y correos diarios, pagos, cobros, contabilidad con sus cierres trimestrales y anuales, la publicidad con la que se peleaba nuestra querida Pilar Garrido –qué tortura tratar con las agencias–. Como ya he dicho, los proyectos emergían, pero no todos desaparecían. Aquí van algunos de los más relevantes.
El Dobladillo, nuestra revista en papel, con un formato precioso. El primer número lo sacamos coincidiendo con Vistalegre II, así que allí estábamos con nuestros jóvenes vendiéndolo, como salidos de una película ambientada en la primera mitad del siglo XX –en vez de gorrilla llevaban impermeables porque diluviaba– y teniendo, como base y almacén ambulante, la “fragoneta”.
Luego vino nuestro primer sello editorial, otro mundo casi tan incomprensible como la publicidad. De ahí a la creación de nuestra propia editorial. Todo más fácil, puesto que podíamos controlarlo con nuestros excels. ¡Madre mía! Los excels merecen un libro entero en la vida de CTXT. ¡Cuántas noches de insomnio hemos pasado Miguel y yo cuadrando, cotejando, discutiendo, riendo, inventando y creando excels!
Los congresos de Zaragoza y Sigüenza, de los que otros contarán mucho mejor todo lo que supuso.
Los Fuera de Contexto en el Teatro del Barrio, donde realizábamos entrevistas a políticos y personajes del mundo de la cultura, además de ser un punto de encuentro de la comunidad contextataria. Esas noches, cuando ya se había ido todo el mundo, Mónica, Vanesa, Miguel y yo emprendíamos la dura cuesta de la calle Zurita, cargados con los roller de CTXT, los dobladillos, los libros, camisetas y todo lo que tuviésemos de merchandising, camino de la “fragoneta”. Recuerdo que un día un conocido político nos vio irnos y nos dijo que parecíamos titiriteros ambulantes. No recuerdo la genial contestación de Vanesa, pero sí que nos costó mucho más subir la cuesta por la risa.
Muy cerca del teatro, en la Sala Juglar, patrocinábamos todas las semanas una Jam Session de la Zed Blues Band. Otra vez cuestecita y “fragoneta”.
Y para dejar de deambular llegó El Taller de CTXT. Dejamos la oficina de Príncipe de Vergara y nos trasladamos a un precioso local multiusos. Redacción, salón de actos y exposiciones, librería y bar; ¡sí, bar! Era perfecto para casi todo, pero llegó la pandemia y lo cambió todo.
Tuvimos que dejar el Taller, volver a teletrabajar, y había que suplir la falta de ingresos por los eventos, presentaciones, eventos, ventas directas de libros y merchandising, pero como siempre nos reinventamos y así hemos llegado al décimo aniversario de CTXT.
Como le gusta decir a Miguel, citando al maestro Enrique Morente: “Estamos vivos de milagro”. Pero este milagro tiene nombres, muchos miles: las y los lectores, suscriptores, donantes y todas las personas que de una forma u otra nos leen o nos apoyan. Y por supuesto todo el equipo de CTXT, y las colaboradoras y copartícipes –desde el primer número hasta hoy–, que forman una gran familia de la que personalmente estoy orgulloso y agradecido. He conocido a muchas de ellas de las que he recibido su cariño y de otras su amistad. Difícil vivir esto fuera de Contexto. Así es CTXT.
---------------
Jaime Fernández es el gerente y secretario del Consejo de Administración de CTXT.
Esta pieza forma parte del libro CTXT, una utopía en marcha, en el que sesenta y siete firmas hablan sobre los primeros diez años de funcionamiento de la revista y su contexto político. Se puede comprar aquí.
...Autor >
Jaime Fernández
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí