Jaume Suau Martínez / Doctor en Comunicación
“La mayoría de la desinformación es de derechas o de extrema derecha”
Elena de Sus 24/12/2024
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Jaume Suau Martínez (Palma, 1982) es doctor en Comunicación y director del grupo de investigación Digilab del Institut Blanquerna de la Universitat Ramón Llull. Es uno de los autores, junto a Irene Cruz y Daniel Ortín, de un estudio sobre medios y desinformación con apoyo de la Fundación La Caixa, que se ha hecho eco de los resultados en su Observatorio Social. En el experimento se presentaron noticias tanto verdaderas como falsas atribuidas a distintos medios de comunicación. Las 2.500 personas participantes debían determinar si se creían estas noticias y si las compartirían. Cuando se les pidió que valoraran la credibilidad que otorgaban a cada uno de los medios presentados, CTXT quedó en último lugar, con una credibilidad de 3 puntos sobre 10, por debajo de Okdiario, que obtuvo 4 sobre 10. Esta es la primera cuestión que comentamos por videollamada. El orden de las cuestiones posteriores se ha alterado para facilitar la lectura.
Somos los últimos, por debajo de Okdiario.
No aparece en el resumen publicado por la Fundación La Caixa, pero en realidad, preguntamos por el nivel de confianza en más de 50 medios de comunicación, no solo en los que utilizamos en el estudio. El que salía peor parado, por debajo de ustedes, era TV3. Que la mayoría de la gente en España no lo ha visto en su vida. No saben lo que es, porque se emite para otra comunidad. Sin embargo, se ha creado el mito en España de que TV3 es lo peor de lo peor.
A mí cuando vi el resultado me hizo bastante gracia, porque yo CTXT lo leo, pero estos resultados dicen más del sesgo de la muestra que de otra cosa. Respondió a la encuesta más gente de centroderecha, y una cosa que ya vimos en otro estudio es que la gente en España está muy polarizada en el consumo mediático y cuando les preguntas dónde leen las fake news siempre señalan a los medios de la ideología contraria. Es decir, si yo soy de una ideología, me creo a los medios que identifico como los míos, y luego los que no conozco o identifico como de otra ideología, esos mienten, esos ya no los considero periodismo.
En España el periodismo se valora por las posiciones políticas. Lo que debería importar a CTXT es la confianza que le otorga la gente que lo conoce y lo sigue, eso es lo interesante.
Por eso introdujimos en el estudio Noticias Hoy, que es un medio inventado. Sirve como baseline, como referencia. Es un medio que como no existe, no tiene haters ni lovers.
Le pusimos la estética de La Repubblica, para darle apariencia de medio serio. Podría ser uno de los muchos periódicos locales o regionales que hay en España, que la gente los lee mucho, pero si no son de tu región no tienes por qué conocerlos. En Mallorca, por ejemplo, la gente lee Última Hora más que El País o El Mundo, que yo digo que en el fondo son medios de Madrid, igual que La Vanguardia es un medio de Barcelona.
Este medio inventado y aséptico, Noticias Hoy, apenas obtiene una confianza superior a Okdiario.
Para mí esa es la gracia, el nivel de confianza es bajo. La gente confía más en los medios que identifican como suyos, pero la confianza en los medios en general es baja.
Según el último Digital News Report del Instituto Reuters, solo el 33% de la población española confía en las noticias, una cifra más baja que las de los países nórdicos, Alemania o Portugal, aunque similar a la de Francia e Italia. ¿Por qué es tan baja la confianza en los medios?
España, desde hace unos años se sitúa en lo que en teoría llamamos el pluralismo polarizado. Es decir, el mapa de los medios representa a todas las ideologías posibles, con Internet es fácil crear un medio de comunicación. El problema son las conexiones entre el poder político y el periodismo. Se ve muy fácil, la gente lo detecta. Hay medios en Catalunya, por ejemplo, que si no tuvieran subvenciones de la Generalitat no podrían sobrevivir y eso lo sabe todo el mundo. Sabemos que este personaje está puesto en esta tertulia porque representa la línea de este partido o porque le interesa a Fulanito. Y esto pasa en todas partes. En TVE ya no es tan descarado como cuando gobernaba el PP hace unos años, pero todos esos debates sobre quién se pone al mando de las corporaciones públicas, la gente los percibe. El sesgo de las influencias políticas está presente en el periodismo. A los periodistas no les gusta hablar de ello, hacen ver que eso no está ahí, pero la gente lo ve.
El sesgo de las influencias políticas está presente en el periodismo
La gente joven confía aún menos en los medios que las generaciones mayores, que siguen teniendo la costumbre de escuchar la radio o de ver el informativo. La gente joven percibe que los medios y los periodistas están influenciados por el poder político y económico y piensa que si de verdad quieres tener información que no esté sesgada, tienes que buscarla en fuentes más alternativas, a través de las redes. Y a veces terminan viendo a gente que es interesante y hace un buen trabajo periodístico pero otras veces escuchan a un streamer que juega a videojuegos y de repente hace un Twitch para hablar de política y expresa posiciones muy extremistas. Normalmente, de extrema derecha.
Señala que la percepción de manipulación partidista es la causa de la desconfianza en los medios, sin embargo, Televisión Española y El País son los que suscitan más confianza.
Sí. Televisión Española en los últimos años ha generado poca polémica. Si hubiéramos hecho la encuesta hace 15 años, en la etapa de Rajoy, por ejemplo, pienso que el resultado hubiera sido bastante distinto.
El País es un medio curioso porque la gente lo define como de izquierdas, pero es casi de centroderecha. Juega mucho con la idea que tienen de él las generaciones de la Transición, que lo perciben como un medio más progresista de lo que es hoy en día.
Una de las principales conclusiones del estudio es que la gente que se considera de derechas cree y está dispuesta a compartir más noticias falsas. ¿A qué piensa que se debe?
Eso es porque la mayoría de la desinformación es de derechas. Sabe mal decirlo, pero es así. Hay desinformación también de izquierda y de extrema izquierda, claro, pero la mayor parte de la desinformación que se distribuye por ahí está más vinculada a posiciones de derecha o de extrema derecha. También lo hemos visto en Estados Unidos. Hay bulos en contra de Donald Trump, pero no tantos ni con tanto alcance como los del otro lado. Eso hace que la gente que en la encuesta se ubique en la derecha o extrema derecha se crea más los bulos.
Porque están más expuestos a ellos.
Claro, es que se mueven en ese entorno.
Otra conclusión es que las personas que declaran altos conocimientos sobre un tema son más proclives a creerse las noticias falsas. Junto a esa desconfianza en los medios, parece que a veces hay una confianza excesiva en nosotros mismos.
Sí, eso está muy investigado y es un tema interesante. Cuanto más pienso que sé de algo, generalmente, menos sé. Hay un documental apasionante, Behind the curve, en el que sale gente que cree que la Tierra es plana. La mayoría no tiene estudios, pero hacen experimentos. Es algo muy americano, lo del do it yourself. Y piensan que ellos saben más que un ingeniero o un tío de la NASA. ¿Por qué? Porque han hecho un experimento y les ha salido así. Entonces lo publican en su canal de Youtube y toda la gente que piensa igual les comenta “eres fantástico”, “eres genial”, “con este vídeo los has destrozado”, “tú sí que eres un científico de verdad, no como esos comprados por el gobierno”. Esto alimenta tu ego y te vas creyendo que sabes más de lo que sabes. No podrías mantener una conversación de cinco minutos con alguien que tuviera un background realmente científico, pero en tu pequeña comunidad, en tu pequeña burbuja de comunicación, eres el rey.
Leía el otro día una reflexión de Ulises Lafuente sobre eso. Si tú planteas una narrativa y tu sociedad la rechaza, lo normal es que la acabes descartando. Pero con internet es mucho más fácil encontrar un grupo que te valide, para lo bueno y para lo malo.
Antes tenías un libro en tu habitación y no encontrabas a nadie que te hiciera caso sobre eso. Ahora te conectas a Internet, hay un foro de gente que cree en eso. Hablas. Puedes estar ahí metido todo el día.
En un estudio anterior sobre narrativas de desinformación, ustedes apuntaban que estas se difundían también a través de la televisión.
Es correcto. Resumimos esas narrativas y le preguntamos a la gente si las había escuchado, si se las creía y dónde las había escuchado. Mucha gente señaló los medios de comunicación.
Cuando alguien dice que ha escuchado narrativas de desinformación en los medios también puede ser porque lo haya dicho un político que sale en ese medio. En los siguientes estudios intentaremos discernir eso mejor.
También sabemos que los medios actúan como altavoces de la desinformación porque quieren publicar mucho y muy rápido. Muchos periodistas no tienen tiempo de verificar lo que publican. Sería genial que todo el mundo tuviera tiempo para hacer las cosas bien, pero sabemos que no es así.
En otra ocasión, planteaban que las redes sociales, lejos de crear cámaras de eco, contribuyen a romperlas, exponiendo a los usuarios a medios de la ideología contraria que antes nunca consultarían.
Es un tema bastante controvertido. Yo he visto estudios con resultados contrapuestos, depende mucho de la metodología que uses. Creo que depende del uso que hagas de las redes sociales. Según a quién sigas, qué hagas, pueden favorecer o romper las cámaras de eco.
Para mucha gente, la política es como lo que aparece en el Hola! La siguen, pero no es lo más importante de su existencia
Si las redes pueden romper las cámaras de eco, ¿eso reduce la polarización?
No, en este momento, la aumenta. A veces la investigación confirma cosas que creo que son evidentes, como que España es un país cada vez más polarizado. El ciudadano medio lo sabe.
También hay que saber que los que estamos involucrados en política, periodismo y tal también vivimos en una burbuja. Tendemos a creer que la gente está siempre pensando en estos temas y no es así. Para mucha gente, la política es como lo que aparece en el Hola! La siguen, pero no es lo más importante de su existencia. Por eso, a mi parecer, la sociedad no está tan polarizada como pensaríamos.
El ejemplo es Catalunya. Durante estos años, si consultabas los medios cada día, parecía que en Catalunya si estabas en un barrio indepe y salías con la bandera española, te lapidaban. O al revés. Y eso no pasa, eso no ha pasado en ningún sitio. El discurso político va polarizándose cada vez más, pero la sociedad no está tan dividida.
Jaume Suau Martínez (Palma, 1982) es doctor en Comunicación y director del grupo de investigación Digilab del Institut Blanquerna de la Universitat Ramón Llull. Es uno de los autores, junto a Irene Cruz y Daniel Ortín, de un estudio sobre medios y desinformación con apoyo de la Fundación La Caixa, que...
Autora >
Elena de Sus
Es periodista, de Huesca, y forma parte de la redacción de CTXT.
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