URBANISMO y agitación
Un plan C para salir del 'Teofilato'
Un centenar de profesionales ha configurado una propuesta de acción para la ciudad "inclusiva, empática y sostenible”
Paco Cano Cádiz , 5/02/2015
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Dice un amigo que veinte años no es nada a menos que vivas en Cádiz. Allí, y en las últimas dos décadas, a las que los gaditanos llaman el Teofilato, ha pasado mucho y poco bueno: se han perdido 30.000 habitantes, la población de menores de treinta años se ha reducido a menos de la mitad, ha crecido el desempleo hasta el 42% y se sufre un fracaso escolar que roza el 39%. Eso desde la dura tragedia cotidiana. Desde lo más o menos anecdótico, se ha hundido el vaporcito –un símbolo popular-, ha muerto un drago bicentenario y el Cádiz C.F. no ha pisado primera división desde que llegó Teófila Martínez, regidora cuasiperpetua de la ciudad. Puro drama y puro gafe.
Es en este decadente panorama en el que han surgido diversas iniciativas ciudadanas, con intenciones electoralistas o no. Una de estas últimas es Plan C. Pero, ¿qué es y por qué ha tenido tan buena recepción el Plan C entre los ciudadanos de Cádiz y su área metropolitana?
Plan C es un proyecto de inteligencia colectiva: la unión de casi cien profesionales gaditanos –y va en aumento- que se han asociado de manera altruista para diseñar un de Plan Estratégico Integral de ciudad configurado mediante propuestas ciudadanas. Solo se recuerda un antecedente similar en San Francisco durante los años setenta del pasado siglo.
Basado en conceptos tomados de Habermas, de Richard Florida, de Amartya Sen y de las propuestas artísticas socializadoras de Joseph Beuys, entre otros, y observando experiencias previas como Medellín, Barcelona, Lille o Bilbao, Plan C se distingue porque elude, en su primera fase, a las instituciones y a los partidos políticos. Se pretende así una visión plural e independiente de lo que deben ser Cádiz y su entorno como sociedad que encaje en un mundo cada vez más interconectado.
La visión que el Plan C tiene para Cádiz es la de un territorio configurado por una ciudadanía tolerante y solidaria; una ciudadanía capaz de participar en la toma de decisiones políticas que le incumben; “Cádiz será una ciudad inclusiva, empática y sostenible”, proponen. Todo un reto, partiendo de la realidad actual.
Pero si ese plan estratégico es el objetivo final, Plan C también se presenta como uno de esos ejercicios que son proceso-producto. El producto, las propuestas ciudadanas que configuren el plan; el proceso, una plataforma de debate y reflexión sobre la ciudad y la configuración de un think tank, un grupo de presión que reclame la posibilidad de acción para la sociedad civil gaditana durante los procesos legislativos. Democracia participativa, en definitiva.
Plan C se ha convertido, además, en el aglutinante de muchas iniciativas que, aunque trabajaban en una misma línea de construcción de ciudad, estaban aisladas o dispersas. Sorprende que la sociedad civil gaditana se rearticule, en un territorio donde la laxitud y la falta de ilusión colaborativa han sido fomentadas por las propias instituciones gestoras de la ciudad.
La propuesta ha resultado ilusionante y, para llevarla a cabo, la Cátedra de Emprendedores de la Universidad de Cádiz ha desarrollado una novedosa metodología de trabajo alrededor de ocho mesas sectoriales que se reúnen periódicamente; está configurándose una novena mesa con gente muy joven que también quiere aportar su visión de ciudad. Además, se ha puesto en marcha una plataforma de participación ciudadana abierta desde su web y desde sus perfiles en las redes sociales. Ideológicamente se ha basado la construcción de ciudad en tres conceptos principales: ciudad, conocimiento y contemporaneidad. Todo con C.
Ciudad y ciudadanía
Desde Plan C se propone una ciudad donde la gobernanza local sea responsabilidad conjunta de las instituciones y de la sociedad civil. Para formar a esta ciudadanía, surge la necesidad de sacar la educación a las calles, a los espacios públicos. Igualmente se apuesta por potenciar el transporte ecológico y público, la supresión de barreras físicas, el respeto al medio ambiente y al paisaje visual. La ciudad, dicen, debe socializar al ciudadano y éste debe humanizar la ciudad. Para ello, cuentan con urbanistas de prestigio y socialmente comprometidos.
Conocimiento
Plan C plantea la centralidad del conocimiento, la cultura y la educación en el desarrollo social y económico de la ciudad. En esta construcción se le quiere adjudicar un papel principal a las instituciones del conocimiento, como la Universidad de Cádiz, institutos, colegios, etc., con atención prioritaria a la formación de niños y jóvenes. No se deja de lado el parque empresarial y apuestan por la llegada de empresas responsables basadas en una economía del bien común, economía social y sostenible. De momento, ya han organizado un grupo de pedagogos sociales y la Universidad de Cádiz, a través de su Consejo Social, es colaboradora activa del proyecto.
Contemporaneidad
Para Plan C, una ciudad contemporánea debe construirse desde la pluralidad y debe promover condiciones de plena igualdad, con el fin de que todos los ciudadanos y ciudadanas se sientan respetados y entiendan el diálogo y la coeducación como agentes de desarrollo. El proyecto defiende la democracia participativa, la inclusión social, la inserción laboral de discapacitados, el derecho a la educación y a la información, la diversidad y la igualdad de todo tipo. También pretende poner al servicio de la ciudadanía desarrollos tecnológicos como el conocimiento libre, el software libre, las copyleft, las licencias creative commons y, sobre todo, los conceptos de transparencia a través de los datos abiertos y el ejercicio del llamado open government. En esta línea, Plan C trabaja con organizaciones como openkratio.org y desarrolla plataformas de participación y votación en línea. Sus referentes, en este aspecto, los encuentran en los países nórdicos y Latinoamérica: Argentina, México y Ecuador principalmente.
Agenda 21
Y les está funcionando. Plan C ha sido acogido como socio de la Agenda 21 de la UNESCO por compartir objetivos, principios y valores con esta propuesta internacional. Además, una de sus primeras acciones está siendo reclamar a la Junta de Andalucía, a la Diputación Provincial y a los ayuntamientos de Cádiz y Puerto Real que consigan, para ambas localidades, el 1,5% del presupuesto de la construcción del segundo puente sobre la Bahía que les corresponde según la Ley De Patrimonio Histórico. Los gaditanos desconocían esta ley. Una vez conseguido, se pedirá a los habitantes que participen en un votación abierta para que decidan a qué quieren que se destinen los más de seis millones de euros correspondientes, pues si el presupuesto inicial de dicha obra pública rondaba los doscientos millones de euros, la inversión actual supera ya los quinientos seis millones; y es que lo que el gobierno panameño no permitió que ocurriera con el sobrecoste de la ampliación del Canal, en España se da como hecho consumado con cada obra pública que se emprende. De momento.
Paco Cano es gestor cultural y promotor de Plan Cádiz.
Dice un amigo que veinte años no es nada a menos que vivas en Cádiz. Allí, y en las últimas dos décadas, a las que los gaditanos llaman el Teofilato, ha pasado mucho y poco bueno: se han perdido 30.000 habitantes, la población de menores de treinta años se ha reducido a menos de la mitad, ha crecido el...
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Paco Cano
Mis ciudades: Cádiz, Madrid, NY, Washington DC y, ahora, Barcelona. Mis territorios: las políticas culturales, la articulación ciudadana, los cuidados y el común.
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