'Chorizópolis' (I)
El cometa Gürtel
Un homenaje al arrepentido de Majadahonda, que destapó la máquina de "untar y repartir" en el corazón del PP
David M. Moreno Madrid , 19/02/2015
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El registro confirmó lo que ya intuían. El caso se les iba a ir de las manos. Los policías de la Brigada de Blanqueo de Capitales llevaban nueve meses escuchando al personaje, a través de su teléfono pinchado, y sabían en cierta medida cómo era Paco: un tipo chuleta, arrogante, bastante fantasma y un hombre de business, como le gustaba definirse. Pero el registro del lujoso apartamento, uno de los 164 que hay en la urbanización Valgrande de Sotogrande, en Cádiz, desbordó aún más las expectativas, y eso que ya eran altas tras un año y dos meses de investigación. Los agentes encontraron de todo en casa de Francisco Correa el 6 de febrero de 2009. Necesitaron 2.813 folios para ordenar toda la documentación que hallaron en su piso gaditano, donde fue detenido esa nublada mañana. Y lo que vieron les sirvió para apuntalar lo que ya sospechaban. La 'Gürtel' se les iba a atragantar.
Pero, ¿cómo describir qué es el caso 'Gürtel'? “Básicamente, untar y repartir”, señala Pepe Peñas, actualmente jefe de ordenanzas en el centro cultural municipal de Aravaca y el exedil de Majadahonda que se jugó su pescuezo y el de su familia grabando durante meses a la tribu de Correa, de la que formó parte. “Tú un día me vas a traicionar”, le espetó una vez Correa, sin sospechar que Peñas ya le estaba grabando. No era cuestión de traicionar, sino de hacer lo correcto, incide Peñas. Su definición del caso 'Gürtel' puede ser simple, pero define a la perfección la esencia del caso de corrupción más mediático en la democracia española. Primero, sobornar a dirigentes del PP para que las empresas de Correa se hicieran cargo de los actos del partido. Después, repartir los beneficios. Segundo, sobornar a cargos públicos del PP para que las empresas de Correa se llevaran adjudicaciones públicas. Después, repartir las ganancias. Y ya puestos, ampliar el negocio: corromper a más cargos públicos del PP para que otras empresas se llevaran más adjudicaciones, y Correa en el medio cobrando y repartiendo comisiones por conectar a unos y a otros. Untar y repartir, untar y repartir. Con Correa nadie perdía.
La investigación comenzó en noviembre de 2007 con 31 nombres, y los policías y los jueces (el caso tendrá en marzo su tercer magistrado instructor solo en la Audiencia Nacional) enseguida se dieron cuenta de que la hidra iba medrando. Del caso Gürtel nació su hijo, el caso Bárcenas. El denostado extesorero del PP provocó un terremoto en los cimientos del partido. Del untar y repartir se pasó a la contabilidad B, a los sobresueldos, a las donaciones y a las reformas en negro de hasta cuatro sedes de los populares. Incluso se habla de financiación ilegal, aunque no es delito en nuestro Código Penal. El caso creció y se desbocó. ¿Se puede cuantificar el dinero que movió la trama? Lo más ajustado es sumar las fianzas de responsabilidad civil impuestas por la Audiencia a los imputados: 245 millones de euros.
Mucho dinero. Pero ya lo decía Correa. Él era un hombre de business. El juez Pablo Ruz, sobre todo Ruz, se ha vuelto loco buscando las fortunas que muchos de los imputados escondieron en el extranjero. Solo a Suiza se han enviado 48 comisiones rogatorias. Y hay comisiones a otros muchos países, con una media de doce a cada uno de ellos. Marruecos, Gibraltar, Singapur, Mónaco, EEUU, la Isla de Man, las Islas Caimán, la Isla de Jersey, Luxemburgo, Portugal, China, Uruguay, Argentina, Panamá, Alemania, Holanda, Bermudas, Reino Unido, las Islas Saint Christopher and Nevis, la Isla de Tórtola (no confundir con la isla pirata de Las Tortugas)… hasta el secretario del juez que lleva este tema no sabe decir cuántas ha expedido ya.
Da una idea de la magnitud del caso 'Gürtel'. Casi 180 imputados, aunque dos se acaban de caer de la lista: uno por suicidio y otro porque los delitos que pudo cometer ya han prescrito. Unos 750.000 folios componen el sumario, y creciendo. El juez Ruz trabaja con unos 700 archivadores de dos tomos cada uno, y cada tomo suele tener una media de unas 400 páginas. Sin olvidar la seis piezas valencianas que se instruyen en el Tribunal Superior de la Comunidad Valenciana, otros 50.000 folios. En algún momento habrá que ponerle freno. Y es que Gürtel puede ser infinito, un relato complejo que esconde una y mil historias.
Porque 'Gürtel' es mucho más que comisiones, paraísos fiscales, contabilidades B, contratos a dedo, sobres con dinero negro, cohechos, prevaricaciones y fraudes fiscales. Es mucho más. Es un viaje a la mente de personajes que se creían reyes de la impunidad, que un mes pensaban en establecer un coto de caza de perdices en una finca de Libia, con la aquiescencia del yerno de Aznar; y al mes siguiente proyectaban gasolineras flotantes para los miles de barcos que cada año cruzan el canal de Panamá. No, 'Gürtel' es mucho más. Pero es sobre todo un fiel relato de los vicios y las miserias humanas.
Correa y sus hombres de confianza cerraban muchos de sus negocios en el club Pigmalión, muy cerca de la calle de Serrano, al que bautizaron como “la oficina”. Por allí desfilaron políticos, empresarios y periodistas, aunque estos últimos, que los hay en el sumario, no aparecen curiosamente en ninguna información del caso, y se han escrito más de 440.000. “Hay que buscar chicas españolas, entre 25 y 30 años, que sean guapas, que tengan algún tipo de titulación y sobre todo que follen como los ángeles”, le dijo una vez Álvaro Pérez alias 'El Bigotes' a su jefe y amigo Correa. Las querían para cerrar un negocio en Barcelona. Una de las chicas se portó tan bien que incluso hablaron con un importante político madrileño para que le consiguiera los papeles. En otra ocasión, Correa movió sus hilos para ayudar a un exdiputado autonómico, hoy imputado, que había sido acusado de abusar sexualmente de un familiar. El caso era grave, pero se consiguió tapar en los medios. Correa llegó a preparar incluso un borrador de declaración pública por si era necesario. El caso fue archivado judicialmente.
La 'Gürtel' no se archivará. El juicio está previsto para el primer semestre de 2016, si se cumplen todos los plazos y no surgen nuevas sorpresas. A muchos de sus protagonistas el caso les ha cambiado la vida. A la mayoría para mal, aunque hay algunos pocos que aseguran que para bien. Lo que está claro es que ha servido para que la opinión pública haya cambiado totalmente la percepción que se tiene de la política. “Ha supuesto un cambio de tendencia. 'Gürtel' es como un cometa, cuya estela ha arrastrado la conciencia de la gente”, sentencia Ángel Galindo, el abogado de Peñas que preparó la denuncia inicial del caso, “el artificiero que encendió la mecha”, explica un veterano agente de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), que hoy, siete años después, admite que le entra pánico cuando ve a Ángel frecuentando los platós de televisión. “Joder, la que liaron”.
El registro confirmó lo que ya intuían. El caso se les iba a ir de las manos. Los policías de la Brigada de Blanqueo de Capitales llevaban nueve meses escuchando al personaje, a través de su teléfono pinchado, y sabían en cierta medida cómo era Paco: un tipo chuleta, arrogante, bastante...
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