"Tres años ha tardado España en levantarse. Ha pasado de estar al borde de la quiebra a ser ejemplo de recuperación. Los hogares perciben ya cierta mejora".

Fue una lástima que no todos pudieran oír las autocomplacientes palabras del Presidente Rajoy en el debate sobre el estado de la nación. Como le ocurrió al matrimonio de ancianos que, más o menos a la misma hora del discurso, era rescatado de su domicilio por los servicios de urgencias que les encontraron deshidratados y desnutridos, como era de esperar tras seis días sin comer.

Se llamaban Jacinto y Blanca Nieves y rondaban los 70. Vivían en el barrio de Los Arenales, en Gran Canaria. Ella estaba en cama desde hacía años y la única dedicación de Jacinto era cuidarla. Los encontraron todavía con vida pero fallecieron al día siguiente, prácticamente a la misma hora. Qué lástima, de nuevo, que no llegaran a escuchar las palabras de Rajoy con las que afirmó que su Gobierno había garantizado los pilares de los servicios básicos como la sanidad y las pensiones.

Alguien pegó una esquela escrita a mano en la puerta de la vivienda: Aquí vivieron y fallecieron juntos Jacinto y Blanca Nieves después de pasar juntos toda la vida.

Mientras tanto, en Pinos Puente (Granada), una familia era desahuciada por un impago de tres meses. Una familia ¡con seis hijos!: 20 años el mayor y 18 meses y 20 días los dos más pequeños. "Con demagogia no se mantiene el Estado del bienestar", como afirmó el propio Rajoy.

Y, como suele ocurrir, finalmente en Madrid se impuso la "razón" de la excavadora. Fueron muchos días de resistencia, de oposición a que se demoliera la vivienda del número 29 de la calle Ofelia Nieto y una familia con tres hijos quedara en la calle, sin techo. De nada valieron las protestas ni incluso que un grupo de unas veinte personas se subiera a la excavadora. Fuerzas municipales, de Ana Botella, los obligaron a descender a palos. Once detenidos y el edificio, derribado.

"Hoy somos el país que más crece y más empleo crea de las grandes economías de la zona euro". A saber si Luisa tuvo la oportunidad de oír la frase desde su pueblo de Pola de Laviana (Asturias). Luisa, 34, vive sola con sus tres hijos (12, 9 y 4) desde que un día su marido se diera el piro. Ella trabajó como dependienta o cajera en pequeños comercios (charcutería, pescadería…) pero desde hace tres años no ha vuelto a encontrar trabajo. Viven a oscuras porque les han cortado la luz y calientan la comida con leña que los niños recogen de un "prao" cercano. Ella ha concienciado de tal forma a sus hijos de la situación que cuando a la pequeña, por ejemplo, le dan una moneda para comprarse una chuche, ella se la entrega a su madre para que compre leche.

Tan sólo en Catalunya, un millón de ciudadanos viven sin calefacción a causa de las abusivas cuotas que sobre la energía han impuesto bandas organizadas. Y en toda España son unos siete millones de familias las afectadas por el aumento de las tarifas energéticas. Y como el invierno ha sido muy duro se ha vuelto a los sistemas de calefacción primitivos, de cuando el hombre empezó a dominar el fuego: braseros, salamandras, estufas de leña… Y, como combustible, paja y leña recogida en los parques.

Así se debieron organizar en Lora del Río (Sevilla) Josefa, 25, y su marido. Cuando éste salió de casa por la mañana dejó el braserito bien cargado para que Josefa y los mellizos de 2 años no pasaran frío. Unas horas después aparecieron grandes llamaradas por las ventanas y la madre y los dos pequeños (niño y niña) fueron encontrados abrazados y muertos en el cuarto de baño donde habían entrado en busca de refugio.

A Hipólito Plasencia, 45, le pasó algo parecido en Cehegín (Murcia). También fue un brasero el culpable del origen del incendio. Pero pudo escapar del fuego. Una vez en la calle se dio cuenta de que dentro habían quedado su sobrino Francisco, 4 años, y María López, la abuela, de 70. Sin pensarlo dos veces, entró a por ellos y ninguno de los tres volvió a ver la luz del día.

En 2013, 64 personas fallecieron en incendios domésticos. Tan sólo en los meses que llevamos este año de invierno la cifra ha aumentado a 83.

¡Qué lástima que ninguno de esos desgraciados tuviera la oportunidad de oír al Presidente Rajoy cuando dijo aquello de Nuestro próximo objetivo es alcanzable si no cometemos torpezas: crear tres millones de empleos netos.

En 2013 se cometieron en España 3.870 suicidios (2.911 hombres y 959 mujeres), la cifra más alta en 25 años. En tres años ha crecido un 22% y se ha convertido en la primera causa de muerte no natural, por delante de los accidentes de tráfico. Por cada muerto en carretera, dos suicidios. Diez personas se quitan la vida cada día. Ahorcamiento, salto al vacío y sobredosis de fármacos son los procedimientos más usados.

Ha sido una lástima que se hayan ido sin escuchar las esperanzadoras palabras presidenciales pero lo que sí podemos calificar como más que probable es que se hayan ido al más allá sabiendo que:

- En España una de cada 4 personas está en paro.

- Uno de cada 3 parados no cobra ningún tipo de prestación.

- Uno de cada dos jóvenes no tiene trabajo.

- Todos los días se llevan a cabo 120 desahucios.

- 2,3 millones de niños viven por debajo del umbral de pobreza

- 13 millones de personas están en riesgo de pobreza o exclusión social

PD: (El autor de estas líneas está más que satisfecho porque en su última crónica (¿Y a nosotros quién nos protege de ellos?) citaba a dos policías cuyos nombres esta semana se han puesto, como diría el clásico, de rabiosa actualidad.

Por un lado, José Villarejo, Comisario sin Comisaría, que ha actuado siempre como agente encubierto desde su ingreso en la Policía en 1993. Ignacio González, Presidente de la Comunidad de Madrid, ha acusado a Villarejo de haberle hecho un chantaje en 2011 con referencia al famoso ático de Marbella.

También se ha hablado mucho de Emilio García Grande, Coordinador de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, al que acusábamos de haber recibido 5.000 € de manos del "pequeño Nicolás" para que le facilitara información reservada y le prestara vehículos para salir a pasear (con el alcalde Miami, por ejemplo). Pues bien, García Grande se ha visto obligado a dimitir de su cargo en el Ayuntamiento por haber sido imputado por el delito que nosotros denunciábamos).