Chorizópolis (VII)
Villarejo, el comisario de ‘La Curia’
David M. Moreno 14/05/2015
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La invitación lo dejaba bien claro. Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, iba a inaugurar el 17 de abril la primera fase de los jardines del palacio del Infante Don Luis, en Boadilla del Monte. Pero a última hora anuló la visita y le sustituyó su segundo, el consejero Salvador Victoria. Los jardines, decorados con tilos de Holanda y cipreses de la región italiana de la Toscana, lindan en su parte trasera con dos fincas particulares que suman 2.700 metros cuadrados. Las dos pertenecen a una empresa llamada Premium Hoteles, cuya administradora única es la actual esposa del policía más famoso y polémico de España: el comisario Villarejo. Mes y medio antes, el 3 de marzo, José Manuel Villarejo Pérez había denunciado ante los tribunales a Ignacio González después de que este último le acusara de amenazas y chantaje. El diario El Mundo había publicado el informe policial que resumía la reunión mantenida en noviembre de 2011 entre Villarejo, acompañado de otro alto cargo policial, con González. El titular del diario se despachaba a gusto: “Ignacio González pidió ayuda a policías para ocultar el caso de su ático”.
González sabía que su carrera política estaba sepultada. El 8 de marzo El Mundo también había hecho públicas las grabaciones de la reunión secreta entre Villarejo y González (sí, alguien les había grabado). Por eso, aquel 17 de abril, aunque su presencia estaba prevista, a González no le apetecía en absoluto inaugurar unos puñeteros jardines mientras sentía en el cogote la mirada y la sonrisa hiriente de su nuevo enemigo. Mucha gente en Boadilla sabe que desde el chalé de Villarejo se pueden ver perfectamente los jardines que mandó construir el hermano del rey Carlos III.
El caso del ático de González, que se instruye en un juzgado de Estepona (Málaga), no solo ha acabado con las aspiraciones políticas del todavía presidente madrileño, ha servido también para enfocar con bastante luz a un policía que siempre se ha movido con destreza por las sombras y que últimamente, muy a su pesar, es protagonista de demasiados titulares. Pero, ¿quién es realmente el comisario Villarejo? Policía, espía, agente encubierto, empresario, periodista, detective, exsindicalista… la vida de Villarejo, cordobés, a punto de cumplir 64 años, ha ido a tanta velocidad como lo es su forma de hablar, a veces atropellada, con un tono duro y quebrado. Alias Pepe Villar, Manuel Villar, Manuel Pérez Villar, ‘el técnico’ o ‘Pepe la gorda’, Villarejo está en la Policía desde 1971, cuando aprobó la oposición en la plaza 263. “Todo un personaje, un caso único”, asegura un policía que le conoce bien. “El rey de la fontanería policial. Hace y deshace. Desde el siglo pasado, aparece relacionado con asuntos de lo más escabrosos, y todos con vinculaciones políticas”, escribió de él uno de los periodistas que lo ha tratado, Fernando Lázaro.
Desde el siglo pasado, aparece relacionado con asuntos de lo más escabrosos, y todos con vinculaciones políticas
Lázaro, en cierta medida, tiene razón. El nombre de Villarejo aparece relacionado con el caso del ático de González; con el caso del pequeño Francisco Nicolás (donde ya ha declarado como testigo); con el ‘caso Emperador’ (la mafia china con sede en Fuenlabrada), aunque realmente a quien han involucrado en este caso es a su hijo, dueño de una empresa de ambientadores; con el caso López Madrid (el financiero y yerno de Villar Mir acusado de acoso sexual a una doctora); e incluso con los famosos informes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) contra el clan Pujol. Villarejo está en todos los saraos, a pesar de sus molestias crónicas de espalda. O al menos hay gente interesada en que aparezca en las principales fiestas. Precisamente él, a quien no le gusta bailar.
Hasta que Villarejo se convirtió día sí, día también, en titular de los medios de comunicación, estaba adscrito a una reducida unidad de inteligencia que depende del Director Adjunto de la Policía Nacional (el DAO), una unidad a la que algunos apodan ‘La Curia’. Sus últimas funciones dentro de la Policía (como escribió Lázaro es un comisario sin comisaría) fueron las de enlace entre la UDEF y el DAO. Antes, durante muchos años, se encargó de combatir el crimen organizado y el terrorismo como agente encubierto (le encantan los caballos, y ha actuado como tratante de equinos en sus operativos). Incluso cuando estuvo de excedencia, siguió trabajando para el Estado como una especie de espía. “Le pidieron un favor cuando estaba fuera del Cuerpo, y cumplió. Entonces le pidieron otro, y volvió a cumplir. Y encima le encanta viajar”, explica el mismo agente.
“Oficialmente, no existo”, dicen que le gusta decir. Una frase que ya no puede repetir. Una vida como la suya deja enemigos. Y eso, a la larga, se paga. El digital El Confidencial ha publicado una foto de su actual mujer, Gema, una periodista de 43 años. Y el diario El País ha revelado con todo lujo de detalles el entramado empresarial creado por Villarejo, su familia y sus socios. Y ha mostrado incluso una imagen suya, tomada en 1995. Aunque su físico ha cambiado con el paso de los años, El País se atrevió así a desvelar la mirada y el rostro de lo que para un agente encubierto es sagrado: su identidad física. Según el diario de PRISA, Villarejo ha llegado a manejar 46 empresas en los últimos 30 años, radicadas en cuatro países (España, Uruguay, Estados Unidos y Panamá), que han acumulado un patrimonio inmobiliario que solamente en nuestro país supera los 14 millones de euros. Estas empresas han ido cambiando de residencia fiscal, de nombre y de actividades con el paso del tiempo, y algunas de ellas, según fuentes solventes, han tenido objetivos muy específicos. “Es normal utilizar empresas privadas ajenas a la Policía como sociedades pantalla para trabajos delicados”, explican fuentes policiales, como hizo Villarejo para agilizar la investigación del ‘caso Malaya’ (sí, aquí también aparece Villarejo). No es de extrañar, por tanto, que el Ministerio del Interior concluyera hace unas semanas que las actividades empresariales de Villarejo son compatibles con su función policial y no han supuesto ningún “menoscabo” en el cumplimiento de sus deberes. El 11 de marzo, el propio ministro del Interior, el catalán Jorge Fernández Díaz, destacó los “relevantes servicios” prestados por Villarejo. Seguramente el ministro estaba pensando en uno de los últimos: la investigación sobre la familia Pujol, que ha tambaleado los cimientos del clan más importante de Cataluña. Villarejo tiene muchos enemigos, pero también muchos amigos.
Incluso cuando estuvo de excedencia, siguió trabajando para el Estado como una especie de espía
El comisario y el CNI no se pueden ni ver. Su enemistad viene de lejos, cuando ambos competían con poner en nómina al famoso traficante de armas sirio Monzer Al Kassar. La verdad es que Al Kassar acabó siendo confidente de Villarejo, con el alias de ‘Luis’. La relación entre el sirio y el policía cordobés fue fructífera. Sirvió para desarticular una célula yihadista en España y para acabar con el narcotraficante gallego Laureano Oubiña. Pero el verdadero enfrentamiento entre Villarejo y el CNI germinó en 1995, cuando el diario El Mundo destapó el caso de las escuchas ilegales del Cesid (el antecedente del CNI). Entonces el diario El País acusó a Villarejo de filtrar el escándalo. Las guerras que mantenía el CNI con la Policía Nacional por el control de la información empezaban a tener a Villarejo en el centro del tablero.
El periodista
“Mi madre no sabe que soy periodista. Piensa que soy pianista en un burdel”. El dicho, con cierta sorna, pone la profesión periodística a los pies de los caballos. A Villarejo, en cambio, le gusta la prensa, le gustan los periodistas, sobre todo los que puede controlar. Durante años, fue un ‘redactor’ más de un importante medio de comunicación generalista y de una reconocida revista semanal de sucesos. Muchas de las informaciones de estos medios llevan su firma. Él facilitaba la información y otros escribían. Ya se sabe, a río revuelto, ganancia de periodistas. Y Villarejo es un experto moviéndose por los riachuelos del poder y la conspiración. Mucha gente en la Policía sabe que es amigo del periodista Alfonso Rojo. De hecho, en la web que este dirige, Periodista Digital, Villarejo acaba de publicar una carta contestando el artículo que le ha dedicado otro reportero.
Como buen periodista, Villarejo sabe mejor que nadie que la información es poder. Por eso hace un par de años decidió crear con sus socios la web Información Sensible (IS), donde la mayoría de las noticias aparecen sin firmar. Descubierta su tapadera mediática, Villarejo ha utilizado esta web para dejar claro que puede disparar con bala. Ha acusado al CNI (su viejo enemigo) de perder dinero destinado a pagar el rescate de Javier Espinosa y Marc Marginedas y de destapar el nombre de una empresa suya creada en Uruguay, una tapadera que ha servido durante años para controlar a la colonia etarra que se refugia en ese país suramericano. Y como buen periodista, el comisario suele grabar discretamente muchas de las conversaciones que mantiene sin que sus interlocutores lo sepan. Para aclarar dudas, un reportaje de Información Sensible ya explicó que las grabaciones de una reunión o cita no son ilegales si son realizadas por uno de los participantes de las mismas. Un aviso a navegantes. En la cita con Ignacio González solo estaban sentados a la mesa el político madrileño, Villarejo y otro mando policial. Si González no fue… También se ha hecho pública una conversación telefónica grabada entre el empresario Enrique Cerezo y Villarejo. Si Cerezo no fue… Sí, han acertado, Villarejo graba sus conversaciones telefónicas.
En la cita con Ignacio González solo estaban sentados a la mesa el político madrileño, Villarejo y otro mando policial. Si González no fue…
“Es un tipo inquieto, muy listo, un poco chuleta, muy castizo aunque sea andaluz. Con ese tic característico que le hace mover un poco el cuello hacia atrás”, lo define otro veterano agente que ha tratado mucho con él. Y como tipo listo, sabía que controlar un medio de comunicación, aunque sea modesto, no era suficiente. En mayo de 2011 nació la Asociación Transparencia y Justicia, heredera de la Asociación para la Protección de los Inversores, una especie de Manos Limpias, pero mucho más discreta, sin página web, sin cuenta de Twitter ni perfil en Facebook. En sus estatutos, de ocho páginas, enumera los 15 fines que motivaron su creación, todos con un único objetivo: “Luchar contra la corrupción”. De momento se ha personado en el ‘caso Campeón’ (donde se investigó al exministro Pepe Blanco), en el ‘caso Nicolay’ (que investiga las actuaciones del pequeño Nicolás), en el ‘caso Aguirre’ (su multa de tráfico y posterior fuga) y en el ‘caso Arnaiz’ (un arquitecto muy conocido en Boadilla procesado por fraude fiscal y blanqueo de capitales). Este último es un caso personal para Villarejo, que como buen espía que ha sido, controla todo o casi todo lo que ocurre en Boadilla, donde vive desde hace muchos años.
En Boadilla tuvieron su sede dos agencias de detectives controladas por Villarejo, concretamente en las calles Mártires y Convento, muy apropiadas para un agente que perteneció a una unidad que llaman ‘La Curia’. Boadilla fue el epicentro de la trama Gürtel, donde Francisco Correa y sus socios hicieron millonarios negocios. Es curioso que mucho antes de que se destapara la trama en febrero de 2009, incluso mucho antes de que la UDEF empezara a investigar a los implicados en noviembre de 2007, la revista semanal muy bien relacionada con Villarejo publicó en marzo de 2005 un reportaje sobre empresas y sociedades. “Las amistades peligrosas del yerno de Aznar”, se titulaba el artículo. Algunos de los nombres que aparecían en él fueron luego, cuatro años después, en 2009, detenidos dentro de la operación Gürtel. Sí, han acertado. Villarejo también colaboró en la investigación hecha por la UDEF contra esta trama de corrupción. El comisario Villarejo. Policía, espía, agente encubierto, empresario, periodista, detective, exsindicalista… y también vidente.
La invitación lo dejaba bien claro. Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, iba a inaugurar el 17 de abril la primera fase de los jardines del palacio del Infante Don Luis, en Boadilla del Monte. Pero a última hora anuló la visita y le sustituyó su segundo, el consejero Salvador...
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David M. Moreno
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