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En primera, para que no haya dudas
Félix Soria 14/05/2015
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Los titulares y las fotos de primera plana tienen --¿todavía?-- máximo impacto informativo y social, razón por la que la portada se elabora aparte de todo lo demás, con un alto grado de lealtad comercial e ideológica. En plena campaña electoral las lealtades son extremas y el exceso de sinceridad acaba desnudando a la mayoría de los periódicos.
Estos días las intoxicaciones lucen mejor.
¿Ejemplos? Veamos cuatro.
Hoy, sólo hay seis periódicos que se distribuyen en toda España, cuatro generalistas y dos deportivos. Seis y los seis son madrileños, ¡qué casualidad! [En rigor, no es casual, pero abordar las causas de esa circunstancia requiere explicar cómo se fraguó y para qué sirve “Madrispaña”, cosa que aquí no toca]. Los diarios ABC, El País, El Mundo y La Razón —por orden alfabético— son los únicos generalistas que “info-influyen” en todo el país, por lo que los cuatro “grandes diarios nacionales” son los más adecuados para poner algunos ejemplos de lealtad y sinceridad ante las urnas.
Recurso 1: Tirar de hemeroteca de forma selectiva
Estos días La Razón, rotativo del Grupo Planeta, ha convertido en actualidad un episodio acaecido durante el período mayo 2013-mayo 2014. ¡Qué útil es el pasado!, sobre todo seleccionando sólo lo que interesa, presentándolo como interesa y utilizándolo para lo que interesa. El abuso del verbo interesar es necesario para subrayar que echan mano del pasado para marcar la agenda política, dificultar que el público atienda a cuestiones más actuales pero inoportunas y, de paso, zaherir y si es posible, destruir al “enemigo”.
¿Son noticia las andanzas que hace más de un año protagonizó un diputado socialdemócrata en Panamá?
No, ya lo fueron en su día. ¿Entonces? Objetivo blanco y en botella: ventilar connivencias y presentarlas como posiblemente ilegales o inmorales porque el enemigo de mis amigos es mi enemigo. Poco importa que el diputado de marras actuara dentro de la legalidad.
La acción de La Razón está amparada por la libertad de prensa y obedece a los dos lemas que figuran en su portada: «Nos gusta España» (querencia con la que se justifica casi todo) y «diario independiente», tanto como quienes combatiendo el bonapartismo en 1812 aprovecharon para “limpiar” España de liberales.
Recurso 2: Interpretar los hechos al gusto
El ABC es más hábil. Así lo demostró el pasado lunes impartiendo la lección Cómo interpretar un hecho para llevar el agua a tu molino.
El presidente de Cuba alabó la intermediación del Estado del Vaticano en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas La Habana-Washington piropeando a su anfitrión: «Si el Papa sigue así, volveré a rezar».
Y en ABC, que de tontos no tienen un pelo, aprovecharon la diplomática muestra de gratitud para clavar un “puñal” al castrista y regalar una flor al obispo de Roma.
El mensaje ha sido perfecto, tanto que ni siquiera fue necesario recurrir a la agresividad que en otras ocasiones ensucia la primera plana del órgano central del Grupo Vocento (…y del BBVA, entre otras personas físicas y jurídicas).
Recurso 3: Omitir los datos que desmienten “la verdad”
El Mundo ya demostró su habilidad con motivo del 11M, cuando logró que decenas de miles de ciudadanos creyeran que los autores de la masacre contaron con el apoyo de los servicios de inteligencia de Marruecos, entre otras “aventis”. Fue memorable.
Medios “de orden” han creado la percepción de que el nuevo Gobierno heleno es el responsable de que el Estado esté arruinado pese a que el hoyo lo cavaron los ejecutivos precedentes en connivencia con bancos transnacionales, mediante préstamos no declarados y manejando dinero en negro para que Grecia ingresara y se mantuviera en la eurozona.
A fin de que siga vigente esa convicción, El Mundo no sólo justifica grosso modo a la troika, sino que además pinta un Fondo Monetario Internacional tosco y de expresión hiriente, logrando así que sea más creíble uno de los mensajes subliminales que exige tan vasta operación mediática: mire usted, señor lector, la economía es así y si el FMI le resulta antipático, es porque dice la verdad…
El Mundo es uno de los medios más eficaces a la hora de difundir “verdades”.
Recurso 4: Cortejar a quien señale la celestina
En plena transición, El País se propuso ser el diario de los progres y lo consiguió, aunque el mérito no fue exclusivamente suyo porque la mayoría de los diarios todavía miraban atrás sin ira, lo que contribuyó poderosamente al éxito del tándem Polanco-Cebrián. Pero desde hace un tiempo aquella imagen se derrumba al mismo ritmo que aumentan las piezas que miman a los poderosos accionistas de la sociedad editora (fondos de inversión, el primer banco de España… ¡hasta un sultán cargado de petrodólares!).
Ser progre no cuela desde hace tiempo y lo del diario progre, menos.
En la portada del pasado miércoles, El País ofreció como asunto principal de la primera plana un notición que no lo era: «Ciudadanos exige primarias en el PP para aceptar pactos». Y el entretenimiento repitió lugar preferente en la portada del jueves.
El asunto carecía de sustancia, era la excusa (otra) para colocar en el centro de la actualidad político-electoral al PP y al “correctamente irreverente” Albert Rivera: la gran promesa de la derecha que busca relevo al nacional-catolicismo.
En resumen, estos días hay periódicos que deslumbran, máxime los cuatro “grandes diarios nacionales”, que puestos a ser leales se sinceran en primera plana.
Los titulares y las fotos de primera plana tienen --¿todavía?-- máximo impacto informativo y social, razón por la que la portada se elabora aparte de todo lo demás, con un alto grado de lealtad comercial e ideológica. En plena campaña electoral las lealtades son extremas y el exceso de sinceridad acaba desnudando...
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Félix Soria
Nací en Lugo (1953), me crié y formé en Barcelona. Estudié en la UB la "vieja" Filosofía y Letras. Trabajé desde los 17 años en un poco de todo: barrendero, traductor, mozo almacén para carga-descarga, administrativo, comercial o funcionario municipal. Fui corresponsal de La Voz de Galicia en Bélgica. Mi primer empleo en información fue como colaborador de Reuters y de AFP. He colaborado con distintos medios en Catalunya y Andalucía. Vivo en A Coruña, escribo en mi blog, y hago colaboraciones esporádicas que me piden desde Sudamérica sobre asuntos comunitarios.
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