Juan de Dios Ramírez Heredia / Presidente de la Unión Romaní
“La RAE ha dado una inyección de ánimo a los racistas de este país”
Ismael Cortés Barcelona , 20/05/2015
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Juan de Dios Ramírez Heredia (Puerto Real, Cádiz, 1942) nos recibe en Barcelona en su oficina de la Unión Romaní, de la que es presidente. Trabaja rodeado de fotografías que marcan los hitos de su propia biografía: su participación en el Primer Congreso Mundial del Pueblo Gitano, el 8 de Abril de 1971; su discurso en las Cortes Constituyentes, el 7 de junio del 78; o su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz, el 20 de febrero 2008, son algunos de los momentos que recuerda con más emoción. Con una palabra fluida y mordaz, sus repuestas dejan traslucir sus dos pasiones profesionales: la pedagogía y la política.
Andaluz de nacimiento y, como tantos andaluces, catalán de adopción.
Bueno, andaluz siempre me he sentido. Don Miguel de Unamuno, el gran pensador, decía: el hombre y la tierra que le vio nacer forman una unidad consustancial. Sin embargo, el filósofo alemán Nietzsche decía: mi patria es aquella donde han nacido mis hijos; aunque él no tuvo hijos, pero su obra, su legado podría considerarse su descendencia. Mi adscripción a Puerto Real (Cádiz), como mi tierra natal, ha tenido un profundo impacto en mi manera de ser andaluza, como forma particular de ver y sentir la vida. Además, allí ejercí mi primera profesión como maestro de EGB. Aunque, ciertamente, a los 23 años me mudé a vivir a Barcelona, donde construí las redes de trabajo que determinaron mi trayectoria política profesional. Pero, en estos tiempos de renacimiento del nacionalismo en Europa y, especialmente, en nuestro propio país, no me gusta hacer alarde del amor al terruño. A mí me gusta decir, en este orden de valoración, que yo soy europeo, español, andaluz y gaditano, de Puerto Real, y antes que gaditano soy gitano, y antes que todo eso, soy humano, pertenezco a la familia conformada por toda la humanidad.
¿En qué medida nacer en una familia gitana ha motivado su compromiso político?
Ésta ha sido una realidad tan determinante que sin ella no se entenderían ni mi ilusión ni mi vocación política. Porque no he tenido que aprender en los libros el significado del frío, el hambre, la miseria; todo esto lo he vivido en mi propia carne. No me avergüenza contar que mi madre me enviaba a pedir limosna a casa de las personas pudientes de mi pueblo, quienes nos daban unos mendruguillos de pan que yo colectaba en una bolsita de tela color caqui. Esta dura infancia conformó los ideales que han guiado mi actividad política hasta el momento actual. Hay quienes dicen que se llega al socialismo por la cabeza o por la barriga. Yo llegué al socialismo sin duda por el hambre y la necesidad sufrida en primera persona. Así, nació mi conciencia política adscrita al socialismo, entendido como un modelo social que garantiza la igualdad de oportunidades y la protección de las libertades individuales.
Yo llegué al socialismo sin duda por el hambre y la necesidad sufrida en primera persona
¿Cree que el nivel de desarrollo que ha alcanzado la comunidad gitana en la España actual se aproxima a las expectativas de integración que formuló en su primer discurso en las Cortes como diputado de UCD, el 7 de junio de 1978?
Honestamente, pienso que sí, que nos estamos acercando a la imagen que yo proyectaba en el 78. Como decía Carlos Marx, los hechos son muy tozudos, por encima de la teoría. Y los gitanos hemos experimentado una evolución enorme. En los años 70, el índice de analfabetismo entre la población gitana era del 80%; hoy en día, los datos que manejamos desde Unión Romaní hablan de un 20% de analfabetismo entre población gitana. Si seguimos invirtiendo en programas educativos focalizados en el ámbito de la educación infantil, pero también en educación de adultos, yo pronostico que en 10 años el índice de analfabetismo entre los gitanos será cercano a un 5%, en España. Y a través de la educación como mecanismo de ascensor social, la comunidad gitana podrá acceder al empleo en igualdad de oportunidades.
A propósito de la educación como instrumento de integración social, ¿qué opina sobre la negativa de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) a retirar la quinta acepción del significado de la palabra ‘gitano’, definida como ‘trapacero’, recogida en la 23ª edición del Diccionario de la lengua española (DRAE) que se publicó en Octubre de 2014?
¡Ay amigo! La RAE, con su nuevo Diccionario, ha dado una inyección de ánimo y vitalidad a todos los racistas de este país. Creíamos que estos académicos darían el paso decisivo para quitar de nosotros el sambenito que tan injustamente nos acompaña, porque todavía hay gente que ve en nosotros la imagen de todos los males. Confío en que los académicos recapaciten y hagan justicia con la comunidad gitana, retirando tan infame definición.
En 10 años el índice de analfabetismo entre los gitanos será cercano a un 5%, en España
A nivel de movilización ciudadana, una de las organizaciones que más ha insistido en denunciar la discriminación anti-gitana, a través de un análisis del uso discriminatorio del lenguaje, ha sido el grupo de ‘Gitanas Feministas por la Diversidad’. ¿Cuál es su perspectiva sobre el papel de la mujer gitana en la sociedad española contemporánea?
Las mujeres gitanas están luchando por hacer valer una imagen fiel a la realidad que ellas mismas viven. Mujeres que llevan diariamente a los niños al colegio, y cada vez más gitanas jóvenes que van a la universidad, a pesar de que ellas y sus familias viven en los barrios condiciones que claman al cielo. Estoy convencido de que el papel de la mujer gitana es central para el desarrollo del pueblo gitano en España; y, personalmente, conozco a varias mujeres que están liderando cambios muy importantes en sus comunidades.
Hasta la fecha, el Parlamento Europeo ha contado con tres eurodiputadas de etnia gitana: Viktória Mohácsi (Hungría, 2004-2009, Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa), Livia Jaroka (Hungría, 2004-2014, Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa) y Soraya Post (Suecia, 2014-2019, Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas). ¿Confía en que la siguiente eurodiputada de etnia gitana sea una mujer española?
Por mi parte tengo plena confianza; de hecho, podría nombrarte varias gitanas españolas, con la formación y el compromiso suficiente, quienes serían unas eurodiputadas espléndidas. Sin embargo, la experiencia me dice que los partidos políticos españoles funcionan de un modo muy egoísta respecto al pueblo gitano. Y denuncio abiertamente a la clase política española por no haber hecho posible que alguien me sucediera en el Congreso de los diputados, e igual en el Parlamento europeo. Y sobre todo, acuso formalmente a la clase política andaluza, porque teniendo la mitad de la población gitana española, 400.000 gitanos viven en Andalucía, no ha existido hasta la fecha ni un solo diputado en el Parlamento andaluz.
Última pregunta, ¿cuál es el desafío más importante que plantea la sociedad actual a la comunidad gitana en España?
El empleo y la educación son desafíos importantes, pero yo diría que el compromiso político es sin duda uno de los desafíos más importantes, sino el que más. La comunidad gitana tiene que darse cuenta que si no son sus propios líderes los que luchan y empujan por el cambio que necesitan los gitanos en nuestro país, nadie más lo va a hacer por ellos.
Juan de Dios Ramírez Heredia (Puerto Real, Cádiz, 1942) nos recibe en Barcelona en su oficina de la Unión Romaní, de la que es presidente. Trabaja rodeado de fotografías que marcan los hitos de su propia biografía: su participación en el Primer...
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Ismael Cortés
Investigador en formación de la Cátedra UNESCO de Filosofía para la Paz, Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz
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