Esperanza Aguirre
Luis GrañenaEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Se me ocurrió buscar el concepto ‘gobierno en la sombra’ en Google. Sí, ya sé que es una cosa muy básica, pero de vez en cuando conviene salir del Ateneo y la Filmoteca, no sea que muera una de un ataque de intensidad. Y al lado de ese concepto apareció otro aún más inquietante, si cabe: ‘nuevo orden mundial’. Empecé a pensar en conspiraciones, de las mediáticas y de las judeomasónicas. Y no me gustó.
Y ahora resulta que tienen todos uno. Esperanza Aguirre --qué sería de nosotros sin ella-- ha dicho que hará lo propio para vigilar de cerca a Manuela Carmena. Que es la oposición de toda la vida, a la que ahora hay que cambiar de nombre. Pero Esperanza empieza a parecerse cada vez más a Ana Obregón: si no tienen un micro cerca, se marchitan. Habría que decirle a la líder de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid --lo que debe doler eso-- que no queremos sombras, que sus luces nos han dado grandes tardes de gloria. Sus fichajes, sus declaraciones, su Granados y su González, sus amigos del alma, como Arturo Fernández. Nos gusta su transparencia, su verla venir desde lejos y la cantidad de casos de corrupción que ha destapado ella sola.
Pedro Sánchez parece que también quiere el suyo. Se ha vestido con una bandera española enorme pero no se le ha quitado la cara de señor común de la que hablaba hace unos días Marta Fernández. Se ha puesto a buscar ‘sabios’ porque en el fondo sabe que esa voz y esa guapura de Ken no hacen más que alimentar sus posibilidades de galán de Amar en tiempos revueltos o baladista rival de Pablo Alborán. Pdr no pacta con populistas y se abraza a la bandera y a su señora, que también es rojigualda. Y se da cuenta del destino que le espera: que los votos se repartan entre un peliteñido gallego y otro con pelazo recogido en coleta que cita a Gramsci. Jugar en el Estu tiene estas cosas, Sr. Snchz, que te acostumbras a perder.
Irene Lozano no ha tenido gobierno en la sombra, ella misma ha sido la sombra de Rosa Díez hasta que ha decidido ponerse al sol y abrazarse a otra bandera, la de la renovación, y a Toni Cantó, que debe estar acariciando un gato blanco desde que ha visto que las miradas tuiteras se posan en otros pájaros. A Toni los tuits le han hecho un flaco favor porque es probable que sea el único diputado con vocalización y entonación que ha tenido el hemiciclo en los últimos tiempos, se fue al INEM y ahora vuelve a renovar con la mujer a la que quiso callar Morenés y no lo consiguió. Bravo por ellos, pero renovación, renovación….
De momento Madrid sigue sin sóviets y en el Club de Campo siguen chapoteando nuestras damas de tonos tierra. Carmena, también llamada Abuela Chanquete por ese prodigioso insultador llamado Federico Jiménez Losantos, se está viendo con los presidentes de los bancos, y sigue con ese tono de señora que aún no se cree el jardín en el que se ha metido. El mismo en el que se han metido los de Ciudadanos --Siudatans en el Diccionario Floriano--, dándole el abrazo a dos rubias, la motera Cifuentes y la embarazadísima Susana.
Tienen tanto por limpiar, regenerar y dar esplendor antes de las generales que hasta el propio Rivera lleva unos días sin aparecer en prensa contando lo de que Podemos es revancha y ellos son justicia. Estará a la sombra, esperando al gobierno.
Se me ocurrió buscar el concepto ‘gobierno en la sombra’ en Google. Sí, ya sé que es una cosa muy básica, pero de vez en cuando conviene salir del Ateneo y la Filmoteca, no sea que muera una de un ataque de intensidad. Y al lado de ese concepto apareció otro aún más inquietante, si cabe: ‘nuevo orden...
Autor >
Ángeles Caballero
Es periodista, especializada en economía. Ha trabajado en Actualidad Económica, Qué y El Economista. Pertenece al Consejo Editorial de CTXT. Madre conciliadora de dos criaturas, en sus ratos libres, se suelta el pelo y se convierte en Norma Brutal.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí