Las grietas del acuerdo con Grecia
Nadie en Bruselas descarta nuevas turbulencias ante la imposibilidad de poner en marcha un pacto con múltiples nubarrones en el horizonte
Mirentxu Arroqui Bruselas , 15/07/2015
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Durísimo. No hay prácticamente en Bruselas nadie que no utilice este adjetivo para calificar el resultado de las maratonianas reuniones de estos días que han terminado con un Alexis Tsipras extenuado y una previsible crisis política en Grecia que desemboque en un gobierno de unidad nacional. Repercusiones internas aparte y tras la resaca de encuentros, tampoco hay nadie en la capital comunitaria que descarte nuevas turbulencias ante la imposibilidad de poner en marcha un acuerdo con múltiples nubarrones en el horizonte. Estos son algunos de los puntos negros.
-Fondo fiduciario
Grecia deberá hacer un nuevo inventario de sus activos para presentarlos como aval del pago de su deuda con el propósito de alcanzar los 50.000 millones de euros e ir vendiéndolos progresivamente. Como éxito relativo, el gobierno de Tsipras ha conseguido que este fondo no tenga sede en Luxemburgo sino en Grecia, pero el comunicado del acuerdo especifica que habrá supervisión directa europea sin especificar el formato. Todo indica que este punto se convertirá en uno de los más calientes de las negociaciones y en un símbolo del herido y maltrecho orgullo nacional griego.
-¿Es nueva la meta de 50.000 millones de euros?
Pues no. Como si la eurozona se hubiese impregnado del eterno retorno de la tragedia griega, no es la primera vez que se baraja esta cifra. En el año 2011, el cuento de la lechera ya quedó reflejado en el memorándum de entendimiento suscrito entre Yorgos Papandreu y sus socios de la zona euro que pedía a Grecia una venta de activos que llegara a los 50.000 millones de euros en el año 2015 y que debía incluir desde autopistas hasta playas e incluso islas. La eurozona es el único ente político que tropieza varias veces con la misma piedra, aunque la realidad se empecine en llevarle la contraria. Cuatro años después y antes de que el insolente Varoufakis hiciera su aparición en escena, Grecia contabilizaba en diciembre de 2014 como gran hito de su proceso privatizador la cesión durante 40 años de 14 aeropuertos regionales.
Antes de la llegada de Syriza al poder, la propia entidad helena encargada de las privatizaciones, apuntaba como objetivo para el año 2016, llegar a la cifra de 9626 millones de euros el año que viene y cifraba en 7.700 lo conseguido hasta ese momento. De esa cantidad, tan sólo se había desembolsado en dinero contante y sonante antes de la convocatoria de elecciones anticipadas, 3.100 millones. La llegada de Syriza al poder paralizó quince privatizaciones en marcha en ese momento, entre ellas la venta del 67% del Puerto de Pireo. El órdago lanzado por Tsipras con la convocatoria del referéndum no ha podido tener un resultado más desolador. Entre las privatizaciones que ahora deberá emprender Grecia están incluidos sus bancos y la compañía encargada del transporte de la electricidad, una de sus líneas rojas. Se puede decir que todo el país queda en venta y lo que es peor tras el corralito y la previsible nueva depresión que asola a Atenas : a precio de saldo.
El FMI ya se opuso en las negociaciones a esta cifra de 50.000 millones de euros, Grecia se resistió cuánto pudo y algunas delegaciones nacionales la califican como "completamente imposible" fuera de micrófono. ¿Por qué la zona euro sigue pidiendo lo irrealizable a Grecia? Todo indica que se está intentando rebajar artificialmente la factura que tendrán que volver a pagar los sufridos contribuyentes europeo de cara a la opinión pública después de un tercer salvavidas europeo que tiene pinta de nuevo pozo sin fondo. Unos parches financieros que también facilitan la ratificación parlamentaria que deberá ponerse en marcha en seis países: Alemania, Finlandia, Holanda, Eslovaquia, Estonia y Austria. La horquilla de 82.000 a 86.000 millones del precio del rescate aumentará casi con total seguridad, independientemente de la contribución del FMI que todavía se desconoce y de algún maquillaje de última hora o la posibilidad remota de que Atenas vuelva a los mercados antes de lo esperable.
-Bancos
El corralito ha dejado a las entidades financieras helenas al borde de la muerte súbita a la espera de la piedad del Banco Central Europeo una vez se clarifiquen los términos del rescate. Ante la que se avecina, la UE ha exigido a Atenas que apruebe la legislación europea antes del día 22 de este mes sobre reestructuración y liquidación de bancos que contempla quitas para accionistas, bonistas e incluso depositantes con más de 100.000 euros con el fin de que el dinero público sea el último en utilizarse. El fantasma de Chipre se cierne sobre los bancos griegos. Dentro de la espiral que envuelve el caso heleno, la mitad de los ingresos del fondo de privatizaciones deberá encargarse a la recapitalización de las maltrechas entidades financieras helenas que, una vez sanadas, formarán parte como aval de este propio fondo.
-Muerte y resurrección de la Troika
Nunca se había muerto, pero lo parecía. Durante estos meses los hombres de negro rebautizado como Grupo de Bruselas no tuvieron acceso a la sede de los ministerios helenos ni a sus oficinas estadísticas y debían reunirse en hoteles como mejor método de recabar información de primera mano. Tras el acuerdo, vuelve la normalización de las tumultuosas relaciones
-Grexit
El tabú se ha roto y todo el mundo sabe que una vez abierta la veda, los tabúes construidos sobre años de silencio suelen explotar de la manera más ruidosa posible. Después de que los miembro del Eurogrupo mencionaran esta posibilidad es su comunicado previa a la reunión de la cumbre de la zona euro nadie duda de que el abismo del Grexit podrá volver a utilizarse independientemente de que esta alusión fuera borrada del comunicado final de los jefes de estado y de gobierno. De hecho, se da por descontado que las denominadas palomas de la zona euro no hubiesen aprobado un acuerdo tan duro para Grecia si no se hubiese partido de un supuesto tan maximalista en las negociaciones.
-Quita
El origen de todos los males sigue en pie. Grecia, a pesar de contar como aliado al FMI en este punto, tan sólo ha conseguido una posible reestructuración a partir del otoño que excluye de manera expresa la quita nominal, la madre de todas las batallas.
-7.000 millones para evitar quiebra
Es lo que Grecia necesita en el corto plazo para hacer frente a sus obligaciones con el Banco Central Europeo, su propio Banco Central y el FMI con el que ya tiene estatus de moroso. Un dinero que no puede provenir del fondo de rescate permanente que sólo ofrece financiación a cambio de un memorándum de entendimiento entre las dos partes. Descartada la posibilidad de préstamos bilaterales, la Comisión Europea ha propuesto utilizar parte de los remanentes del fondo temporal que sigue controlando pero los países que no pertenecen a la zona euro con derechos en este fondo lo están poniendo difícil. Puede ser un problema menor dentro de la que se avecina y puede que cuando se lean estas líneas ya haya acuerdo, pero la tensión generada por este obstáculo a corto plazo demuestro que con la crisis griega no se puede dar nada por hecho.
Durísimo. No hay prácticamente en Bruselas nadie que no utilice este adjetivo para calificar el resultado de las maratonianas reuniones de estos días que han terminado con un Alexis Tsipras extenuado y una previsible crisis política en Grecia que desemboque en un gobierno de unidad nacional....
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Mirentxu Arroqui
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