Cholo Simeone
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Aquel gran extremo que jugó en el Atleti entre 1964 y 1974, José Armando Ufarte, declaraba una vez finalizada la pasada temporada en Radio Marca que “el Atleti tiene que luchar por el primer puesto, que es su sitio. En nuestra época nosotros luchábamos siempre por ser campeón. No decir, ‘vamos a luchar por el tercero’, no, por el tercero no. En nuestro tiempo también estaban el Madrid y el Barcelona y eran mucho más poderosos económicamente pero luchábamos por el primero”. Resultan interesantes estas palabras en contraposición a lo que desde distintos sectores del club se viene repitiendo en los últimos tiempos: “nuestro objetivo es ser tercero”. El debate es claro. ¿Puede el Atleti iniciar la competición pensando en disputarle los títulos a los dos gigantes del fútbol español? ¿O debe centrarse en ser el mejor del grupo que viene por detrás, en el que están los cada vez más reforzados Sevilla y Valencia, para asegurarse al menos el acceso seguro a la Champions? Salir a ser tercero o salir a quedar entre los tres primeros. Parece lo mismo, pero no lo es.
Es cierto que tanto Madrid y Barcelona han tenido históricamente más capacidad económica que el Atleti, pero alguien podría contestarle a Ufarte que las distancias se han agrandado desde la época en la que jugaba él. Nunca hubo tanta diferencia en los presupuestos como la que existe en la actualidad. Parece evidente que un equipo que tiene casi cuatro veces menos dinero que otros no puede tener la misma obligación de inicio que ellos. No ganar la Liga para merengues o culés supone un fracaso, pero no para el Atleti en las actuales circunstancias. No se trata de excusarse en los presupuestos, como argumentan a veces seguidores de otros clubes, sino de saber que cada uno tiene una capacidad y se le debe exigir en relación a ella. Está claro que en un solo partido puede darse cualquier resultado, pero en un torneo de 38 jornadas la lógica debe imponerse. Fracaso para el Atleti sería quedar por detrás de otros equipos con mucho menor potencial.
Pero se puede conseguir, me dirán ustedes. Claro, ya lo demostró hace dos temporadas. Pero para volver a repetir un éxito de tal calibre se deben dar, al menos, dos situaciones. La primera, que Real Madrid y Barcelona fallen más de lo previsible, y la segunda, que el Atleti falle lo menos posible. Y como en manos de los de Simeone sólo está esto último, es obligatorio que recuperen el mantra de la campaña en la que salieron campeones. El famoso “partido a partido”. Afrontar cada cita liguera con la misma concentración y ambición que si jugaran una final. De esa forma no se escaparán puntos ante equipos menos potentes, unos puntos que son los que alejan a un equipo de la lucha por el título. No es fácil, especialmente cuando se viene de jugar dos o tres días antes un partido de Champions League y el rival ha estado preparando toda la semana el encuentro. En esos momentos, el mejor antídoto para combatir el cansancio, el físico y el mental, debe ser la ambición.
Porque una cosa es que el Atleti no tenga la obligación de quedar campeón y que no se pueda considerar un fracaso si no alcanza el primer puesto, y otra bien distinta es iniciar el torneo con la mentalidad de que se trabaja para ser terceros. Trasladando esto a un partido, es como si se sale al terreno de juego a empatar. En ese caso, uno corre el riesgo de perder. Pero si se sale con la idea de que no te vale más que el triunfo, hay más posibilidades para que lo peor que te pueda pasar es que el partido acabe en empate. Decir, “nuestra meta es ser terceros” denota conformismo, poca ambición. Debería quedar prohibido en el lenguaje instaurado en la era del Cholo. Proclamar “salimos a quedar entre los tres primeros” supone no cerrar las puertas a nada, estar dispuesto a conseguir una meta por muy difícil que parezca. Y tener la mentalidad correcta a la hora de afrontar una tarea tan difícil. Ya sabemos que son mejores, ya sabemos que son los favoritos. Pero al menos, no se lo pongamos fácil.
Por eso, una de las cosas buenas que tiene el renovar la plantilla cada cierto tiempo es que sirve para renovar el hambre del grupo. Ya lo decía Simeone el año pasado: “No hay nada más difícil para un equipo que sale campeón que afrontar la temporada siguiente”. Y más para un equipo como el Atleti, añadiría yo. Porque los del Madrid y el Barcelona tienen más fácil volver a optar por ello, pero los jugadores rojiblancos fueron conscientes que habían logrado un hecho histórico, muy complicado de repetir, y es difícil que no surja una voz que les susurre un “ya hemos cumplido”. De ahí que debe ser positivo que lleguen jugadores como Vietto, Carrasco, Correa, Jackson y otros, que deben tener las ganas de alcanzar cosas que para ellos son nuevas.
Tal y como ha quedado el calendario de Liga, el Atleti necesita arrancar la temporada a todo gas si quiere seguir aspirando a todo después de las nueve primeras jornadas porque se va a enfrentar en ese tiempo a Sevilla, Barcelona, Villarreal, Real Madrid y Valencia, cinco de los seis primeros clasificados la pasada campaña (el otro fue el propio Atleti). Si sale cerca de la cabeza de la clasificación tras unas pruebas tan duras (que además vendrán acompañadas por el inicio de la Liga de Campeones por medio) tendrá todas las opciones a su alcance. Si hasta ahora, en la etapa del Cholo, el conjunto rojiblanco siempre ha iniciado el campeonato en un gran estado físico, seguro que Simeone y el Profe Ortega habrán hablado de mantener o mejorar, si es posible, ese aspecto porque esas primeras semanas pueden ser claves en el futuro de la campaña.
Bien haría el técnico argentino en apuntar cada día en la pizarra del vestuario aquella frase que se quedó grabada en la cabeza de los aficionados colchoneros en los actos de celebración de la Liga de hace un año. “Si se cree y se trabaja, se puede”. El ejemplo de que no es imposible, por muy complicado que parezca, lo tienen reciente. Hace bien poco, uno de los que no vivió ese éxito porque estaba cedido en el Rayo, Saúl Ñíguez, hablaba precisamente sobre esto cuando le preguntaban en una entrevista en Mundo Deportivo si el objetivo para esta próxima campaña era volver a acabar terceros: “No, ser tercero no, el objetivo es quedar entre los tres primeros”. Si todos sus compañeros tienen realmente esa mentalidad, el Atleti estará más cerca, no ya de aspirar a ganar la Liga, sino de alcanzar como mínimo la meta de volver por la vía directa a la Champions.
Salir a ser tercero o salir a ser uno de los tres primeros. Ahí está la diferencia podrá pensar, seguramente, Ufarte.
Aquel gran extremo que jugó en el Atleti entre 1964 y 1974, José Armando Ufarte, declaraba una vez finalizada la pasada temporada en Radio Marca que “el Atleti tiene que luchar por el primer puesto, que es su sitio. En nuestra época nosotros luchábamos siempre por ser campeón. No decir, ‘vamos a luchar...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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