MÁS CONTEXTO
Esos refugiados de los que usted me habla
Ekaitz Cancela 9/09/2015
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En raras ocasiones una foto consigue romper con los marcos establecidos y echar por tierra todo el lenguaje que el régimen se esfuerza en consolidar. Las personas reciben miles de mensajes al día, pero no los asimilan de forma racional ni se paran a analizarlos. Simplemente, escuchan palabras que de forma inconsciente van conformando sus percepciones. El Gobierno lleva años comunicando una realidad totalmente sesgada acerca de la inmigración en España y ganando el debate migratorio. Lo hizo en Melilla, tras su responsabilidad en la muerte de 15 personas, y trata de hacerlo ahora con su inacción en la emergencia mundial de refugiados.
Los 15 muertos en la playa del Tarajal fueron tildados en todos los medios de “asaltantes”, “inmigrantes ilegales”, números traducidos, simplificados en forma “avalancha masiva”… Sólo una imagen, la de José Palazón, logró romper con la normalización a la que tenían acostumbrada a la opinión pública. La foto expresaba la más desgarradora de las desigualdades: tú tienes y yo no. Rompía con la idea de dos mundos distintos, del bien y el mal, chocaba con la realidad que vendía la maquinaria de manipulación gubernamental y se desvinculaba del sistema de creencias que el Gobierno trataba de robustecer.
Entonces, la intención fue legitimar unas medidas de rechazo en frontera que no sólo son ilegales, sino que atentan contra los derechos humanos. También, la vomitiva hazaña de hacernos creer que las 15 personas que murieron en aquel fatídico 6 de febrero eran algo tan lejano como “inmigrantes ilegales” o “asaltantes”. No obstante, el mensaje caló y el PP aprobó con mayoría absoluta la legalización de las devoluciones en caliente (ilegales de acuerdo a 12 normativas nacionales e internacionales). Una incoherencia jurídica que aún le trae por la calle de la amargura en Europa. Como su plaza VIP en el selecto grupo de países del Este que se opone a acoger a personas que escapan de la guerra.
El Gobierno del PP ha tratado de alejarnos emocionalmente de un hecho aplastante: más de 2.300 personas han muerto en el Mediterráneo en lo que va de año
Una vez más, como con todas aquellas realidades que chocan contra la más egoísta de la ideología conservadora, el Gobierno del PP ha tratado de alejarnos emocionalmente de un hecho aplastante: más de 2.300 personas han muerto en el Mediterráneo en lo que va de año. Es como si de media murieran cada día los jugadores titulares que componen un equipo de futbol. Pero las estadísticas, por sí solas, no ganarán el debate sobre la inmigración.
“Somos humanos, criaturas emocionales; no calculadoras racionales”, escribía Owen Jones. Por eso, y porque el muerto esta vez se encontraba en el lado europeo, la terrorífica foto de Aylan Kurdi ha conseguido reenmarcar el debate y avergonzar a toda la Unión. Sólo una imagen ha hecho falta para que la Comisión Europea pueda triplicar la cuota de refugiados que propuso en mayo, y a la que España se opuso (ahora, acepta sin mucho rechistar.) El retrato de la realidad más dura es el único responsable de que un presidente que apoyó a EEUU en la guerra en Siria en 2013 admita cínicamente estar "traumatizado" por las imágenes de los refugiados sirios que su política exterior ha matado.
Para lavarse las manos de las muertes de decenas de miles de personas que nunca llenarán informativos, Rajoy no ha parado de usar un lenguaje miserable y alejado de la realidad. Frases como “no es posible dejar que entre todo el que quiera”, “no podemos atender a millones de inmigrantes” han tratado de ocultar que una organización como la Unión Europea, integrada por 28 países, de los que 12 figuran entre los 25 más ricos del mundo, no haya sabido organizar la llegada ordenada de esos refugiados.
No obstante, la gran artimaña gubernamental es la de convertir un problema social, como el de los refugiados, en un problema de seguridad. Lo hizo en Melilla, por eso hablaba con un lenguaje militar sobre las personas que llegaban a la frontera, y lo hace en esta emergencia de refugiados para alejarnos de principios políticos (o incluso morales) como la solidaridad o la simple humanidad. Se trata de comunicar que sólo queda una opción: la guerra, o sea, la Policía o la Guardia Civil. Se llama movimiento securitizador y consiste en construir un marco para hablar de los refugiados que lo convierte en un problema criminal, de seguridad.
Para que el debate sobre la política migratoria y de refugiados sea adecuado y justo, hemos de admitir sin reservas que somos responsables morales de la muerte de decenas de miles de personas. Repitamos sin cesar que las personas que escapan de la guerra no tienen la culpa de que nuestra economía haya sido tirada a la basura por la élite financiera. Tampoco de la negación gubernamental de toser a los ricos evasores de impuestos mientras el español promedio tenía que pagar cada céntimo al fisco o de observar impasibles la amputación de servicios públicos. Los empresarios codiciosos dejaron a millones de trabajadores españoles en la pobreza y la culpa la tiene la coraza jurídica en forma de reforma laboral del Gobierno, no los extranjeros que vienen a levantar nuestra hundida economía.
En raras ocasiones una foto consigue romper con los marcos establecidos y echar por tierra todo el lenguaje que el régimen se esfuerza en consolidar. Las personas reciben miles de mensajes al día, pero no los asimilan de forma racional ni se paran a analizarlos. Simplemente, escuchan palabras que de...
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Ekaitz Cancela
Escribo sobre política europea desde Bruselas. Especial interés en la influencia de los 'lobbies' corporativos en la toma de decisiones, los Derechos Humanos, la desigualdad y el TTIP.
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