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La imagen es terrible. Esta fotografía provoca que la sangre y la mala conciencia nos hiervan al mismo tiempo por culpa de una escena brutal y desoladora, una escena que hace que se nos caiga el alma al suelo, una escena que se nos clava, lo queramos o no, en el cerebro y que seguirá ahí clavada aunque intentemos escapar de ella cerrando los ojos. Quizá deberíamos haber pixelado la imagen por su crudeza, pero en realidad qué más da. Es mejor que nos duela lo que nos tiene que doler.
La imagen de ahí arriba es terrible. En ella vemos cómo otra patera llena de hombres, mujeres, niños y niñas ha vuelto a no alcanzar la playa. Ha vuelto a naufragar a una veintena de kilómetros mar adentro. Todos los que viajaban en esa patera, mujeres, hombres, niñas y niños, tenían hambre o escapaban de una guerra. Todos han muerto ahogados en el intento. La misma muerte que tuvieron los de la embarcación que, huyendo de lo mismo, tampoco consiguió llegar a la misma playa unos días antes.
La imagen de ahí arriba es terrible. En ella vemos a Occidente debatiendo en pleno siglo veintiuno, sin prisas, sobre centros de internamiento y cuotas de humanidad a repartir según unos parámetros económicos que habrá que revisar y quizá actualizar a finales de la próxima semana en una reunión en Bruselas, donde no hay playa. En la fotografía vemos a Occidente esperando de brazos cruzados a que se repita la historia, a que la próxima patera vuelva a entrar al mar para no salir de él.
La imagen de ahí arriba es terrible. Quizá por eso la mayoría de diarios no la llevan hoy en portada. No se han atrevido a hacerlo, por su excesiva dureza o porque podría dañar irreversiblemente la conciencia de algún lector, que luego podría exigir una compensación económica por el daño causado. Nosotros nos arriesgamos a publicarla, porque, como decía Saramago, si tenemos conciencia pero no la usamos para acercarnos al sufrimiento, ¿de qué nos sirve la conciencia?
La imagen es terrible. Esta fotografía provoca que la sangre y la mala conciencia nos hiervan al mismo tiempo por culpa de una escena brutal y desoladora, una escena que hace que se nos caiga el alma al suelo, una escena que se nos clava, lo queramos o no, en el cerebro y que seguirá ahí clavada aunque...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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