El día 12 de octubre, la Academia de las Ciencias de Suecia dio a conocer al ganador del Premio de Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Honor de Alfred Nobel, que, aunque no forma parte de los Premios Nobel oficiales (como sí lo son el de Literatura, Física o Medicina), está construido a su imagen y semejanza y con las mismas reglas, de tal manera que popularmente se le conoce como Premio Nobel, aun sin serlo.

El ganador en esta ocasión ha sido Angus Deaton, un economista con doble nacionalidad británico-norteamericana, nacido en Edimburgo (Escocia) en 1945, doctorado por la Universidad de Cambridge y profesor del Departamento de Economía de la Escuela Woodrow Wilson de asuntos internacionales de la Universidad de Princeton. Deaton ha recibido el premio por su contribución al análisis del consumo, la pobreza y el bienestar.

Deaton no es un economista muy conocido en el debate público en España, que en los últimos años ha estado muy ocupado por otros economistas que han tratado la desigualdad y la pobreza con mayor brillo mediático, como Thomas Piketty, pero sus contribuciones al análisis de las relaciones entre distribución de la renta, consumo y bienestar han sido y son determinantes para entender cómo la economía moderna se acerca al fenómeno de la desigualdad.

Sus trabajos más determinantes los ha producido en el ámbito del consumo, incluyendo herramientas analíticas para determinar cómo los agentes económicos distribuyen sus preferencias de consumo en función del precio de los productos y de su renta, incluyendo la elaboración de lo que es conocido como un “Sistema casi ideal de demanda”, considerado uno de los 20 trabajos más importantes en economía en los últimos cien años. El artículo que lo sostiene, publicado en 1980, apenas tiene 15 páginas, siendo su obra más citada.

Durante los últimos años de su carrera profesional, Deaton se ha enfocado a un análisis en profundidad de las relaciones entre desigualdad, crecimiento, pobreza y bienestar social, incluyendo algunos de los enfoques más influyentes en los últimos años, como el uso extensivo de encuestas a hogares e individuales, que le permitió identificar aspectos que hubieran pasado desapercibidos en el marco de las grandes macrocifras de la contabilidad nacional.

Así, en 2004 planteó que las cifras contenidas en las contabilidades nacionales y su falta de concordancia con las encuestas de consumo podrían llevar a errores en la estimación de la reducción de la pobreza, poniendo en cuestión la hipótesis de que la globalización estaba beneficiando a los más pobres, si esta hipótesis sólo se basaba en la revisión del PIB y sus componentes. Años más tarde, en 2007, relacionó –también usando encuestas individuales y familiares-- los niveles de renta con el bienestar y la felicidad declarada, obteniendo un límite sobre el cual más renta no significaba mayor nivel de bienestar o de felicidad.

En 2013 publicó su último libro, titulado The Great Escape, o El Gran Escape (FCE), cuya traducción al castellano se presenta oportunamente durante estos días, en el que examina las relaciones entre desarrollo económico, riqueza, salud y bienestar. El libro, que pasó relativamente desapercibido, es una magnífica exposición de los procesos que llevaron a las sociedades occidentales a alcanzar altos niveles de bienestar, de calidad y de esperanza de vida, al tiempo que señala algunos de los peligros relacionados con la desigualdad y sus consecuencias. Deaton señala en el mismo la importancia de las instituciones, y en particular del Estado, como actor fundamental en la provisión de bienes y servicios para los más pobres y para limitar las desigualdades existentes. Paradójicamente, Deaton ha señalado la necesidad de acabar con la Ayuda Oficial al Desarrollo, en la que ve un obstáculo para el crecimiento económico de los países más pobres. De igual manera, Deaton también se ha mostrado crítico con los efectos de las políticas de austeridad. Según sus opiniones, las políticas de ajuste fiscal han dañado el bienestar de las familias, empeorando sus rentas y su consumo.

El otorgamiento a Deaton del Premio Nobel de Economía 2015 supone un reconocimiento a toda su obra, pero también llega en un momento francamente oportuno. Desde el inicio de la crisis que la desigualdad, su medición y sus efectos han logrado un puesto importante en las agendas del debate y la investigación económica. Los trabajos de Angus Deaton son referencia ineludible si se quiere abordar el problema de la desigualdad con el rigor que puede ofrecer la disciplina. Esperemos también que este premio y la inminente publicación en castellano de su última obra permitan enriquecer aún más el debate sobre la pobreza, la desigualdad y el bienestar, aportando nuevos elementos a una opinión pública afortunadamente cada día más sensibilizada sobre lo que es uno de los grandes retos de nuestro tiempo.

El Gran Escape. Salud, riqueza y los orígenes de la desigualdad. Angus Deaton.  Traducción de Ignacio Perrotini y Fausto José Trejo. Fondo de Cultura Económica, 2015.