Cuando uno asiste al concierto de su artista fetiche le invaden los recuerdos y sentimientos de la adolescencia. Esas sensaciones seguro eran compartidas por la mayoría de los presentes el sábado 24 en el Palacio de Vistalegre de Madrid con motivo de la despedida de la gira de Kase O Jazz Magnetism. Gira que les ha llevado durante seis años por toda la geografía española y Sudámerica logrando romper los cánones establecidos dentro del panorama rap. Todos aquellos reacios que afirmaban que “el rap” pierde su esencia al fusionarse con un género como el jazz se han visto sobrepasados por la realidad. Esa realidad es un pabellón como Vistalegre con el cartel de no hay billetes, entregado a la propuesta innovadora del artista zaragozano.

Cuatro horas antes de la apertura de puertas ya había una multitud congregada, en torno al distrito de Carabanchel, ansiosa por disfrutar en primera fila de la magia del rap y del jazz. Aunque hasta las 21:30 no estaba programado el concierto de Kase y “los magnéticos”, gozarían de un perfecto maestro de ceremonias: el “gran” Kultama. Al grito de “Kultama es mi hermano y no soy Nsombolay (apellido del artista)”, el hombre orquesta de uno de los pioneros del género en nuestro país recordaba esa frase de Kase O perteneciente al mítico tema “Rap Solo Universidad” de Violadores del Verso. Con un show de media hora de duración, Kultama calentó los cuellos y las piernas de los presentes repasando las canciones más aclamadas de su discografía como “El Profe”, “Hoy Hay Directo” o “Lo Intentaré”.

Quince minutos después de la hora programada, la banda compuesta por  el batería Dani Domínguez, el guitarrista Dani Comas, el saxofonista Hugo Astudillo y el bajista Juan Pablo Balcázar subían al escenario para realizar a modo de calentamiento una sesión previa. Bajo la atenta mirada de más de 7.000 espectadores hacía su entrada el protagonista de la noche. Una noche en la que para Kase todos éramos hijos de una sola madre, niños recién nacidos con posibilidades infinitas y capacidades infinitas, que es lo que somos los seres humanos. Con el manual de instrucciones aprendido, Javier Ibarra instaba a los presentes a “viajar en una nave espacial a una nueva dimensión”. “Libertad” era el tema elegido para comenzar el esperado concierto y seguir el hilo del álbum publicado por el grupo a lo largo de la primera parte del espectáculo. La primera aparición especial de la noche no se hizo esperar. Después de un emotivo discurso de Ibarra pidiendo la paz para los refugiados afectados por las guerras en todo el mundo, era el momento de recibir a Xhelazz para interpretar conjuntamente “Billete de ida hacia la tristeza” y “Confesionario de papel” con la guitarra eléctrica y el saxofón como protagonistas en el ritmo. Una acústica mágica que alumbró móviles y mecheros al unísono.

Una vez pasado el momento más extraordinario de la noche, era el turno para las letras de “dos rombos” más picantes del mc zaragozano. Acompañado de Kamikaze en el escenario, lanzaban el ya mítico tema “Quieres” seguido de “Trabajos Manuales”. Momento propicio que el artista eligió para desnudar su “parte trasera”. Continuaba la noche con las versiones más “heavys” de la banda en la que el sonido se vio sobrepasado por la potencia a la que le estaban sometiendo. Más si cabe con un servidor situado al lado del altavoz de la primera fila. Nada que el “sonotone” no pueda curar.   

Pero este concierto no solo suponía una despedida, sino también una bienvenida al nuevo camino que iniciaba Kase O el pasado 9 de octubre con “Previo”, adelanto de su próximo álbum en solitario. En esta nueva etapa, el de la “ciudad del viento” afirmó haberse sentido solo en el proceso de creación y con muchas dudas sobre su valía. Por ello, Javier Ibarra llamaba para esta parte final del concierto al dj y productor de Violadores del Verso R de Rumba que será el encargado de producir y “echar hacia delante” al artista a la hora de grabar el disco. Junto a la banda y el productor, Kase expresaba su deseo de seguir experimentando en el futuro uniendo el jazz y los ritmos clásicos del rap. La interpretación de “Repartiendo Arte” fue una clara muestra de ello.

Todos los que estábamos presentes en la espera previa a la entrada del recinto fantaseábamos con la aparición de Violadores del Verso al completo. Deseos que se hicieron realidad. El show quedaría inmortalizado en nuestras memorias cuando subieron al escenario los dos componentes restantes: Lírico y Sho-Hai para interpretar “Máximo Exponente” el tema más emblemático de la banda. Con dos horas y media de rap, jazz, funk y heavy a nuestras espaldas aun hubo tiempo para poner el broche final a la etapa de Jazz Magnetism con “Renacimiento” y “Ballantines”.

El sábado tuvo lugar un concierto que está en el Olimpo de la música en directo de este país. Las expectativas con Kase O siempre se ven superadas por la realidad. Solo un ente como Javier Ibarra es capaz de convertir una propuesta tan alejada “a priori” de lo que atrae hoy en día a las masas en un lleno absoluto en el Palacio de Vistalegre. Hoy la frase del artista “el mayor riesgo es no arriesgar” cobra todo el sentido. Nunca una propuesta tan valiente y arriesgada había atraído tantos fieles. ¡Larga vida a Kase O!