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He ahí un hombre que se va. O que llega de nuevo, quién sabe. O a lo mejor un hombre que espera. La verdad es que he ahí un hombre que, aunque se presente como previsible, nos tiene siempre despistados. Si no puedes convencerlos, confúndelos, se dice ante el espejo, dándose ánimos momentos antes de cada entrevista, de cada comparecencia, de cada salida obligatoria que tiene que hacer últimamente, dejando atrás su mundo plasmático para acercarse a la incómoda realidad que le espera fuera. Y es que La Fecha está a la vuelta de la esquina. Y cuando La Fecha se acerca, a uno no le queda más remedio que volver a moverse.
No es fácil. A todos nos ha pasado. ¿Quién no ha estado unos días metido en casa sin salir por una mala gripe? Sales a la calle de nuevo y eres más torpe, inseguro, todo te cuesta más. Su gripe se llamó corrupción y recortes. Tuvo que encerrarse durante demasiado tiempo. Y ahora se le nota. Se le nota mucho. En una de sus últimas entrevistas, una periodista le preguntaba por el crecimiento de la pobreza durante su gestión y él, sabiéndose torpe tras el gripazo, recordaba el mantra de la confusión repetido ante el espejo, y respondía a la pregunta sobre la pobreza hablando de la prima de riesgo; cuando la periodista le insistía y reconducía la conversación a los datos sobre el número de familias que no llegaban a fin de mes, en una magistral maniobra de distracción él le lanzaba a la cara un axioma: en la vida hay que ser optimista, todo va mejor siendo optimista. La periodista, aguerrida y paciente, no perdía la esperanza ni la cordura y volvía a concentrarse para repetirle el dato, a ver si a la tercera iba la vencida. Pero a la tercera se encontró de frente con un golpe letal: España es una gran nación. Exhausta ante el despliegue de confusión, la periodista terminaba por ceder y pasaba a otro asunto. Una nueva victoria. Una pregunta menos hasta llegar a La Fecha.
Si no puedes convencerlos, confúndelos. La frase es de otro político. De otro presidente, incluso. Es de Harry Truman. Un tipo sin carisma que gobernó EEUU después de la Segunda Guerra Mundial con una de las peores valoraciones entre la ciudadanía de la historia norteamericana. La Administración de Truman estuvo plagada de casos de corrupción y recortes de derechos civiles. Llegó al cargo de presidente por accidente y navegó su desastrosa gestión como pudo, confundiendo a diestra y siniestra donde no había manera de convencer. Navegó torpe, intentando no ahogarse, hasta que llegó agónicamente a La Fecha. Contra todo pronóstico, Harry Truman ganó y repitió unos años más en el cargo. Todavía hay gente que no se explica cómo pudo hacerlo, cómo pudo ganar la reelección aquel tipo. Y todavía hay gente que recuerda aquello y no olvida cómo lo logró: si no puedes convencerlos, confúndelos.
He ahí un hombre que se va. O que llega de nuevo, quién sabe. O a lo mejor un hombre que espera. La verdad es que he ahí un hombre que, aunque se presente como previsible, nos tiene siempre despistados. Si no puedes convencerlos, confúndelos, se dice ante el espejo, dándose ánimos momentos antes de...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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