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Casi 40 mujeres han sido asesinadas este año en España por sus parejas o exparejas. Desde que se comenzaron a recopilar estadísticas oficiales, en 2003, son más de 800 las asesinadas por violencia machista. El dato confirma la vieja sospecha de que no hay institución más peligrosa que la familia, ni compañero más letal en el reino animal que el macho hispánico. De otras violencias machistas se habla menos. Son estructurales, sordas, invisibles: los medios rara vez hablamos de ellas o las destacamos lo suficiente. Algunos ejemplos: la brecha salarial entre hombres y mujeres ha aumentado durante la crisis y a principios de año se situaba en el 23,93%. En 2013, el 73,03% de los trabajos a tiempo parcial lo hacían las mujeres. España es el segundo país de la UE con mayor índice de paro femenino. Estos sólo son datos, pero reflejan una realidad de machismo, desigualdad y retroceso inaceptables.
Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos el 35% de las mujeres ha sido víctima de violencia física y/o sexual en el mundo. Mujeres maltratadas en el hogar, hijos traumatizados y asesinados. Niñas y mujeres violadas o convertidas en esclavas sexuales. Mujeres en manos de los llamados clientes de la prostitución. Trabajadoras amedrentadas, acosadas, violentadas por sus jefes. Convivimos diariamente con mujeres que sufren estas agresiones. Y con hombres que las perpetran impunemente.
La propia OMS concluye en su informe que “la violencia contra las mujeres es un problema de salud pública de proporciones epidémicas que requiere la adopción de medidas urgentes a nivel mundial”. Y recuerda: “Una vida sin violencia es un derecho humano fundamental, al que deben aspirar todos los hombres, mujeres y niños”.
El 7 de noviembre está convocada en Madrid la Marcha Estatal Contra Las Violencias Machistas. Son pocos los medios de comunicación –CTXT es uno de ellos-- que han hecho suya esta convocatoria. También son pocos los partidos y sindicatos que han emitido comunicados apoyándola. A pesar de ello, el movimiento feminista intentará llenar las calles de Madrid al grito de #TerrorismoMachista, #CuestiónDeEstado.
Entre las exigencias del manifiesto está un Pacto de Estado contra las violencias machistas, pedir a la sociedad y sus organizaciones e instituciones que se comprometan en esta lucha y a los medios que hagan un tratamiento adecuado de las diferentes violencias machistas. No se trata de salvar a las mujeres, sino de considerarlas personas a todos los efectos, en todos los ámbitos.
Para empezar, deben tomar nota nuestros políticos, capaces de decir barbaridades públicas contra las mujeres con total impunidad. Recuerden a Miguel Arias Cañete, hoy comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, que comentó aquello de “el debate entre un hombre y una mujer es complicado. Porque si haces abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista que está acorralando a una mujer indefensa”. O al exalcalde de Valladolid, Javier León de la Riva: "Hay veces que en un ascensor me da cierto reparo entrar depende con quien me encuentre dentro. Tú piensa que entras en un ascensor y hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se mete contigo en el ascensor, se arranca el sujetador o la falda y sale gritando que la has intentado agredir".
Si de verdad queremos, podemos emprender el camino de salida de las violencias machistas. He aquí una ocasión para cambiar de rumbo. Un Pacto de Estado y un compromiso formal por parte de las altas instancias del Gobierno y de los partidos (no de las secciones “de igualdad”) sería un primer paso. Y el segundo, que los poderes públicos reconozcan su fracaso a la hora de asegurar los derechos mínimos de las ciudadanas.
En ese proceso, todas las políticas actuales deben ser evaluadas, desde las específicas contra la violencia de género hasta las económicas, laborales, educativas, de comunicación, deportivas, etcétera. ¿Qué medidas son necesarias para combatir las violencias machistas de facto y sus orígenes? Toda la población debe implicarse en ello, pero sobre todo quienes tienen poder. Así que, señores, ¡es cosa de hombres!
Casi 40 mujeres han sido asesinadas este año en España por sus parejas o exparejas. Desde que se comenzaron a recopilar estadísticas oficiales, en 2003, son más de 800 las asesinadas por violencia machista. El dato confirma la vieja sospecha de que no hay institución más peligrosa que la familia, ni...
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