MOVIMIENTOS CIUDADANOS
Los jóvenes se cuelan en la agenda política
El movimiento ¡Queremos entrar! logra que los políticos prometan que a partir de diciembre los menores podrán asistir a los conciertos
Manuel Gare 25/11/2015
Ilustración creada para el movimiento Queremos Entrar.
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El movimiento ¡Queremos entrar! nacía en Madrid a principios de octubre para dar solución a un problema vigente desde 2002 en la Comunidad, cuando el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón prohibió la entrada a los menores de edad a salas de fiesta y conciertos. Lo que a priori era una medida de prevención para evitar la venta de alcohol a menores en esos locales, se convirtió en un calvario para todos aquellos jóvenes que simplemente querían disfrutar de la música de sus grupos en directo.
En apenas unas semanas de vida, ¡Queremos entrar! ha conseguido darle la vuelta a la situación. Tras reunirse y poner de acuerdo a PSOE, Podemos y Ciudadanos, fue el propio Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Cristina Cifuentes, quien anunció que se revisaría la ley. Está previsto que a mediados de diciembre los menores de 16 años ya puedan entrar a las salas de conciertos acompañados de un adulto, y que quienes están entre los 16 y los 18 puedan acceder identificados para que no se les venda alcohol.
“Creemos que lo más importante es que todo esto ha partido de la juventud, que hemos sido quienes lo hemos organizado y liderado”, comenta Carlos Sevilla, uno de los responsables del movimiento. Sevilla tiene 20 años y hasta hace muy poco era uno de esos jóvenes que concierto tras concierto se quedaba a las puertas. Al preguntarle qué tiene de especial ¡Queremos entrar! para haber logrado el cambio en tan poco tiempo, dice que, si bien ha habido muchas propuestas similares a lo largo de estos años, nunca se había creado una “con la intención de consolidarse como un movimiento colectivo y duradero en el tiempo”.
Sobre por qué se ha tardado tanto en dar respuesta a esta demanda, Carlos Sevilla cree que se debe a que “no era un tema de urgencia en la agenda política”. De hecho, cuando se reunieron con los partidos políticos, les llamó la atención que varios de ellos ya estaban concienciados y parecían dispuestos a abogar por un cambio. “Hacía falta que muchas personas (artistas, salas, prensa, público y sobre todo los propios menores) se organizasen y llamasen la atención sobre esto”, explica.
“Desde el primer momento tuvimos claro que teníamos que utilizar muy bien la comunicación no solo para llegar a todos los interesados sino para convertir el tema en parte de la agenda política”, expone Carlos. Él y el resto de sus compañeros ya han anunciado que van a llevar la propuesta a nivel nacional. Su idea es contar con el apoyo de jóvenes de otras comunidades, y esperan que 2016 sea el año del cambio definitivo, no sólo en cuanto a que los menores puedan entrar a los conciertos, sino en que empiecen a ser una parte activa de los mismos.
Actualmente, se encuentran diseñando “un mapa de situación de toda España, recogiendo cómo es la legislación y la aplicación real en cada comunidad autónoma”. A partir de ahí, dicen, “estudiaremos la situación de cada región y cuál es la mejor forma de llevarlo a cabo en cada una”.
Uno de los eslóganes que más se han leído junto a ¡Queremos entrar! ha sido el de Los adolescentes pueden ver morir a un toro pero no ir a conciertos, en una reivindicación de la falta de adecuación de las leyes en cuanto a la oferta cultural para el público joven. Una reflexión que pone el foco sobre el papel de los menores de edad en la toma de decisiones que los implican directamente.
¿Faltan medios? “Faltan muchos. Aunque más que medios, conexiones. Si querías reivindicar esto con 16 años --nosotros lo hicimos-- realmente no tenías claro un camino ni sabías dónde podías ir”, responde Álex Tena, precursor del movimiento ¡Queremos entrar! “Haciendo un paralelismo, creemos que sucede lo mismo cuando tienes 17 años y tienes algún proyecto musical o cultural. Hay una brecha terrible en la que casi nadie está trabajando por introducir a los más jóvenes”, añade poniendo de manifiesto la diferencia de edad que existe en algunos festivales de música en los que los artistas tienen más de treinta años y el público tiene una media de veinte. “No es normal”, dice.
La proclama nacía en el FESTeen, el Festival de cultura joven de Madrid, un evento que puso especial énfasis en la promoción de actividades para menores, dando un pequeño paso que ahora empieza a coger forma gracias a la positiva acogida de ¡Queremos entrar! y la ilusión y el trabajo de sus promotores.
Álex Tena, que tiene 21 años y compartió vivencias con Carlos Sevilla durante su adolescencia en Madrid, argumenta que “un menor puede programar cultura y usar espacios públicos o privados para sus proyectos, igual que un adulto”. Sobre si los jóvenes tienen que aumentar su participación en actividades culturales y de ámbito general, concluye: “Deberían tomar partido en absolutamente todo lo que les afecte, y hacerlo con mucha ilusión, con horas y seriedad. No pensar que por ser jóvenes no pueden. Si lo que plantean es bueno, alguien habrá con más edad capaz de recoger el guante y trabajar en ello”.
El movimiento ¡Queremos entrar! nacía en Madrid a principios de octubre para dar solución a un problema vigente desde 2002 en la Comunidad, cuando el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón prohibió la entrada a los menores de edad a salas de fiesta y...
Autor >
Manuel Gare
Escribano veinteañero.
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