En España, la ley exige desde 2006 que el número de candidatos de cada sexo no puede ser superior al 60% ni inferior al 40% en las listas electorales. Esta paridad no se dará, sin embargo, en el próximo Congreso de los Diputados, si la encuesta del CIS del jueves 3 de diciembre acierta en su estimación de votos y proyección de escaños por provincias para las distintas formaciones políticas. El porcentaje de diputadas oscilará entre el 38,57% y el 37,43% y el de diputados entre el 61,43% y el 62,57%. O lo que es lo mismo, representarán a los españoles en el hemiciclo entre 135 y 131 mujeres y entre 215 y 219 hombres.  La diferencia – mínima—de cuatro escaños depende de qué partido se lleve algunos de los escaños que aparecen en disputa en la encuesta.

Sin alcanzar todavía el umbral de la paridad y aún bastante lejos de la distribución demográfica por sexos de la sociedad española, en la que las mujeres representan el 50,9% de la población, el dato es ligeramente positivo. Supone un pequeño avance con respecto a esta legislatura, en la que las mujeres alcanzaron el 35,71% de los representantes electos en el Congreso.

¿A qué se debe el que, a pesar de que todos los partidos cuentan –por obligación – con listas paritarias, en el Congreso las mujeres no alcancen ese 40% mínimo? Es sencillo. La ley solo marca que en cada tramo de cinco puestos, los candidatos de uno u otro sexo no podrán estar representados en menos del 40%. No indica nada en cuanto a la posición que unos u otras deberán de ocupar.

Esa es también la clave de que el porcentaje de representación femenina vaya a diferir mucho entre unos partidos y otros. Para realizar este análisis se han combinado la desagregación por sexos de las listas electorales y la proyección de escaños del CIS. Al no existir grandes diferencias se ha optado por atribuir los sillones en disputa a la primera opción que marca la encuesta.

Vayamos a ello.

1. De las cuatro grandes formaciones españolas, Ciudadanos contará con el menor porcentaje de diputadas, el 23,08%, y Podemos con el mayor, el 52,08%.

Que las mujeres no vayan a suponer ni un cuarto de los diputados de Ciudadanos  (15 de 65) no debería resultar extraño. El 78,8% de sus cabezas de lista son hombres. Serán por tanto diputados --con o-- los representantes de la formación naranja en 24 de las 27 circunscripciones en las que solo obtendrá un escaño.  En Baleares, donde lograrán dos, solo habrá varones. El 44% de sus listas cuenta con hombres en las dos primeras posiciones. Y en Valencia, sus tres escaños tendrán propietarios masculinos. En el 16% de sus listas los tres primeros puestos están ocupados por hombres.

El Partido Popular se situará casi 14 puntos por encima de Ciudadanos en el porcentaje de mujeres que formarán parte de su bancada: el 36,59% (45 mujeres en un grupo parlamentario de 123 diputados), lo que le colocará en el segundo lugar por la cola de la igualdad. La misma posición en la que se situaban cuando se analizaban sus listas electorales. Tras la formación naranja, los populares cuentan con un 71,15% de líderes masculinos en cabeza, un 60% de hombres en los segundos puestos y un 46,29% de mujeres en sus listas.

Mucho se ha criticado a Podemos por su exceso de testosterona en la proyección de su imagen pública. Y, sin embargo -- y a pesar de ello--, en esta formación las mujeres supondrán algo más de la mitad de sus diputados. Se alzará así además como el grupo parlamentario con mayor porcentaje de diputadas en su bancada.  Y ello, incluso aunque el  61,54% de sus listas estén encabezadas por hombres. Varios elementos explican esta aparente contradicción:

- En ocho de  las 17 provincias en las que la formación solo conseguirá un escaño las representantes electas serán mujeres.

- Son seis las circunscripciones en las que obtendrán dos escaños, es decir, 12 diputados. Pues bien, solo cuatro serán hombres, tres de ellos cabeza de lista. Tres mujeres entrarán también como líderes y las seis restantes como segundas. El porcentaje de representación femenina en las segundas posiciones de las listas de Podemos es del 76%. Además, en dos de estas provincias,  Las Palmas y Pontevedra,  las número 1 y 2 de la lista son mujeres.  

- La formación con mayor presencia femenina en sus listas es la morada: 52,29%.

El PSOE no solo superará el umbral de la paridad, sino que se acercará casi a un 50-50 de representación por sexos.  De sus 82 representantes en el Parlamento 42 serán diputados y 40 diputadas (48,78%).  La formación socialista es la única de las cuatro grandes  que construye sus listas mediante el método cremallera. Es decir, una mujer, un hombre, una mujer… o a la inversa.  Además, los de Ferraz son también los únicos cuyas listas están encabezadas en su mayoría por mujeres (53,85%).

2.  Unidad Popular solo sentará a hombres en el Congreso al estar las tres circunscripciones (Madrid, Sevilla y Asturias) en las que el CIS les asigna seguro un escaño encabezadas por varones.

Este pleno al cien masculino está lejos de representar, sin embargo, la paridad con la que se han construido sus listas, con un 51,07% de candidatos y un 48,93% de candidatas. La formación liderada por Alberto Garzón utiliza el sistema de cremallera en 38 de las 44 provincias en las que se presenta en solitario. Y es más, en aquellas seis en las que no, o bien hay más mujeres que hombres o bien estas ocupan mejores posiciones. Lo que sí refleja es la preponderancia de ellos frente a ellas en los cabezas de lista. El 75% de las circunscripciones cuenta con un hombre en el primer puesto de salida.

3. Entre los partidos nacionalistas, la diferencia la marca su adscripción ideológica, de izquierdas o de derechas.

En los grupos parlamentarios de Esquerra Republicana de Catalunya y EH Bildu el 42,86% de sus siete escaños respectivos estarán ocupados por mujeres. En el Partido Nacionalista Vasco no habrá ninguna y en Democràcia i Llibertat, ex CDC, serán tres de nueve diputados, el 33,33%. La excepción, Coalición Canaria, que contará con una única representante mujer.

Lograr que las diputadas se acerquen al 40% solo ha costado 37 años. En la legislatura 1979-1982, la primera incluida en la serie estadística del Instituto de la Mujer, la representación femenina era del 5,14%. Dos evidencias: la lenta evolución de la paridad en la participación política en España y la apuesta o no por ella de los partidos, que, junto con la lectura de los programas para conocer qué relevancia conceden a las cuestiones de igualdad y de lucha contra la violencia de género, tal vez podrían ayudar a aclararse a ese 41,6% que aún no tienen decidido su voto, según el CIS. Hay mucho en juego.