Desde que llegó Simeone al Atleti siempre ha habido alguna incorporación de futbolistas en el mercado de invierno pero ninguna de ellas, con la excepción de Fernando Torres, terminó de dar el resultado esperado. De hecho, el Niño es el único que continúa en el club. Este año la apuesta es fuerte. Se ha fichado a Kranevitter y a Augusto Fernández (a falta de la confirmación oficial que a la hora de escribir este artículo, no se ha producido), dos jugadores por los que ha habido que pagar una buena cantidad y que se unen al club por varios años. ¿Podrán cambiar la tendencia de lo ocurrido en las últimas campañas y convertirse en piezas importantes del equipo en la segunda mitad de la temporada?

Con la llegada de los dos argentinos son ya ocho los futbolistas que han recalado en el Atleti en estas fechas desde 2011 con un balance bastante discreto. Al poco tiempo de hacerse cargo el Cholo del equipo, en enero de 2012, se produjo la vuelta de Fran Mérida de su cesión en el Braga. El centrocampista no tuvo la confianza del técnico y apenas jugó tres partidos, saliendo de la entidad a final de aquella temporada. Un año después, en enero de 2013, llegaba el lateral argentino Emiliano Insúa. Durante año y medio ejerció el papel de suplente de Filipe Luis y apenas disputó 17 partidos entre todas las competiciones.

Algo más productivo fue el mercado de invierno de 2014. Con el Atleti metido de lleno en la lucha por la Liga, se produjo la noticia que muchos rojiblancos deseaban: la vuelta del brasileño Diego Ribas, que tan buen sabor de boca había dejado en su primera etapa. Junto a él vino José Sosa, un centrocampista que ya había jugado a las órdenes del Cholo en Argentina. Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba. Diego tuvo alguna aportación importante (aquel golazo en el Nou Camp que resultó clave para eliminar al Barcelona en la Champions) pero terminó siendo suplente en muchos de los partidos. Y Sosa dio algunos pases de gol durante la segunda vuelta y llegó a jugar bastantes minutos, pero tampoco terminó de convencer. Ambos se marcharon cuando finalizó aquella histórica campaña.

Y hace un año se produjo el regreso del hijo pródigo. Tras siete temporadas y media se volvía a poner la camiseta rojiblanca un Fernando Torres que congregó a 45.000 personas en su presentación. Durante los primeros meses tuvo momentos destacados, como los dos goles al Madrid en el Bernabéu en partido de Copa y algunos tantos en Liga fundamentales para atar la tercera plaza en Liga. Esta campaña empezó muy bien pero ha encadenado una racha negativa de partidos sin marcar que tiene preocupados a todos en el club. De cualquier manera, es el único que sigue de los que llegaron en invierno con Simeone, porque el otro jugador que se unió a la plantilla en el mismo periodo de Fernando, el centrocampista Rubén Gracia Cani, apenas contó para Simeone en la segunda vuelta de la pasada campaña. Jugó seis partidos y sólo en uno fue titular.

No es fácil para un jugador llegar a un equipo en mitad de campaña y triunfar. Pero si cabe, y a las pruebas hay que remitirse, en el Atleti cuesta más. Si ya es complicado para los que llegan en verano y hacen la pretemporada, mucho más para los que lo hacen con el equipo ya rodado, sin tiempo para probaturas y teniendo que rendir de forma inmediata. Seguramente, porque cuesta meterse en el engranaje de Simeone. El técnico ya tiene formado su equipo, confía en su grupo de jugadores y si la cosa va bien, como ha pasado en estos últimos años, es complicado quitar a alguno de los que forman la base desde que llegó: los Juanfran, Godín, Filipe, Gabi, Tiago, Koke… ahora Griezmann. Si le suman el portero ya son ocho casi intocables. Cuando estaban Miranda y Arda eran dos fijos más. Sólo el discreto papel de Mandzukic el año pasado le permitió a Torres disputarle la titularidad. Y ahora la lesión de Tiago ha dejado un hueco por el que van a pelear varios.
Los refuerzos que muchos pedían en verano para el doble pivote los va a tener Simeone con cuatro meses de retraso. Ocurre que de una aparente escasez de efectivos en esa zona, ahora la situación va a ser la opuesta.

Ya se sabía que iba a llegar en este periodo Kranevitter pero el infortunio del portugués ha provocado que el club atienda la petición del Cholo de fichar también a Augusto Fernández, con el que el técnico ya coincidió en River. Resulta que cuando vuelva Tiago, en marzo o abril, el Atleti tendrá hasta seis jugadores que pueden jugar en los dos puestos del doble pivote: Gabi, Tiago, Augusto, Kranevitter, Saúl y Thomas, a no ser que el africano o el propio Kranevitter salga cedido. Es previsible que algunos de ellos tengan que ver muchos partidos desde el banquillo. Por cierto, extraña que el club no haya renovado aún a Tiago, algo que suele hacerse cuando un jugador sufre una lesión importante en su último año de contrato y, además, rindiendo a un gran nivel. Que hayan llegado dos refuerzos en su misma posición puede ser una señal de que el portugués deba salir a final de campaña del club.

Sobre el papel, Augusto lo tiene algo más sencillo que Kranevitter para entrar en el equipo de forma más rápida. El Negro --al que, por cierto, el Atleti ya quiso fichar hace nueve años-- conoce el campeonato, tiene más experiencia y, quizá lo más importante, ya ha trabajado a las órdenes del Cholo cuando ambos coincidieron en River Plate. De ese equipo procede precisamente Kranevitter. A sus 22 años representa el futuro, el heredero natural de Mascherano en la selección. Pero llega de otro campeonato, lleva muchos menos tiempo en la élite y tiene que asimilar los conceptos de Simeone. El propio técnico manifestó tras el primer entrenamiento en Madrid del Colorado que “no es fácil la adaptación cuando vienes de un fútbol diferente. Habrá que esperar, mirar…, y estará en lo que él nos transmita en los entrenamientos”.

Los dos destacan por su inteligencia y colocación en el campo. Quizá lo mejor de Kranevitter sea su anticipación para cortar el juego del rival y su buen primer pase, mientras que Augusto tiene mejor circulación de balón y, además, puede jugar también de interior, donde se desempeñaba hasta que primero Luis Enrique y luego Berizzo le situaron de mediocentro, donde ha rendido a un gran nivel. Tiene buenos recursos técnicos para salir de la presión del rival y se ofrece siempre al compañero. Es un buen pasador y cuando jugaba cerca de la banda llegaba bastante a posición de gol aunque no es un jugador muy realizador.

Su llegada al Atleti supone una gran oportunidad para ambos. A sus 29 años, Augusto llega por fin a un club importante de Europa con el que puede jugar en competiciones continentales y luchar por títulos. Es, posiblemente, el último gran contrato de su carrera y no querrá dejar escapar este tren. Kranevitter tiene aún mucha carrera por delante pero es un futbolista que desde muy pequeño ya demostró su capacidad de sacrificio para conseguir sus objetivos. A los 12 años, estudiaba, trabajaba de caddie en un campo de golf para ayudar económicamente a sus padres, y entrenaba en un equipo. A los 14 dejó su casa para irse a vivir a la pensión de River a cientos de kilómetros de su familia. Viene de un club donde también existe presión por ganar, como en River, y no parece que se vaya a asustar a la hora de subirse a este tren.

Con ellos parece que el mercado de invierno puede ser, este año sí, más fructífero para el Atleti, pero ya sabemos que Simeone no se casa con nadie y, a pesar de sus buenas cualidades, deberán mostrar que lo hacen mejor que los que ya están aquí desde hace tiempo. Una cosa es segura: la competencia y las posibilidades en esa zona del campo aumentan considerablemente. Ya veremos quién gana la pugna, si los antiguos o los recién llegados, pero el gran beneficiado puede ser el Atleti.