Angela Merkel
Luis GrañenaEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Mucho antes de esa portada con el grupo de 15 hombres de Estado (mujeres no hay, debe ser) a favor de la gran coalición (que tiene nombre de peli con pretensiones), Expansión nos dice que el ladrillo despega y el resto de medios nos recuerdan que ya vuelven a venderse más de un millón de coches en España. Bienvenidos al modelo productivo de 2003, amigos.
El año se agota y hubo muchos números que contar. Volvió a crearse empleo y los más optimistas apuntan a tasas de paro del 20% si seguimos con ese ritmo. 20%, a ver qué país lo aguanta si no es éste. El desplome de Abengoa volvió a sacarnos los colores sobre la casta empresarial y sus consejeros de PP y PSOE por si la cosa se pone fea. Felipe Benjumea pagó su fianza de 11,5 millones de euros al juez pero antes pidió rebajas fiscales, el altillo de los suegros de Granados se revela como el sitio de moda al que acudir en Nochevieja y a Rato se le olvidó comprar un bañador con forro. Menos mal que le dio tiempo a casarse, porque en la cárcel ni está ni se le espera.
Amancio Ortega sigue siendo el rey. Pero ya lo dijo Fernando Fernán-Gómez: “Lo peor de España no es la envidia, es el desprecio”, y nos fuimos a hacer cola a Primark. Porque nada más patrio que alabar lo ajeno y convertir las visitas a la tienda de Gran Vía en el planazo cultural del momento. Y dos fiestas que ninguneábamos hasta hace un cuarto de hora, Halloween y el Black Friday, se convirtieron en fechas indispensables para sacar el lado consumista a pasear.
A Villar-Mir, ese miembro del club de los hombres de Estado, le pillaron con un tema de sobornos en México pero sigue adelante con su Operación Canalejas, alimentando así esa colección de lugares comunes de los que critican al empresariado porque sí. Al mismo tiempo, un chino amigo de Enrique Cerezo, de nombre Wang Jianlin, compró el Edificio España en la era Botella y cuando llegó Carmena, amenazó con irse si no le desprotegían, aún más de lo que había hecho el anterior ayuntamiento, el edificio. Era un farol, claro. De momento, se queda con el edificio, y ya de paso con un pedazo del Atlético de Madrid. Los amigos están para eso: yo te pongo a tiro un edificio, tú me pones dinero en mi empresa.
Como dinero fue el que mandó inyectar al sistema Super Mario Draghi. En enero tuvimos que aprendernos el significado del QE (Quantitative Easing), que implicó que, desde marzo, el Banco Central Europeo compra títulos de deuda pública y privada (pero sobre todo pública) por valor de unos 60.000 millones de euros mensuales hasta al menos septiembre de 2016. Una noticia a la que los periodistas económicos le dedicamos mucha atención pero que probablemente ustedes ni se acuerden. Bastante han tenido con soportar esta eterna campaña electoral, aunque no me negarán que tranquiliza no estar en la lista de morosos de Hacienda (enhorabuena a los premiados y un aplauso fuerte a los patriotas que la integran).
Decíamos que Amancio sigue siendo el rey, pero la suma sacerdotisa (con permiso de Soraya y sus carteles) es mi tocaya Merkel. Angela sigue siendo la que decide cómo nos va al resto, y a mí, aun a riesgo de ser despreciada desde este mismo instante, me tranquiliza que una señora capaz de ponerse semejante escote para ir a la ópera y con ese fondo de armario de chaquetas clonadas sea la que dirige nuestros designios. Una de las sombras de su año se la dio Volkswagen y ya de paso a todos nosotros. La manipulación de las emisiones de miles de vehículos nos convirtió en expertos (una vez más) en motor, contaminación y dióxido de nitrógeno. Qué maravilla, más cantera de tertulianos sobre la mesa.
Y como, guste o no, todo son números, Star Wars se convirtió en el negocio más rentable del planeta. La vuelta de Han Solo con canas nos reconcilió con el planeta y, de paso, con esa alegría en el cuerpo, nos compramos camisetas, colonias infantiles y hasta una espada láser en el Vips (sé de lo que hablo). Y así, con las uvas y los cuartos casi listos, la banca, esa rescatada que parece no haberlo sido, nos preparó regalo de Reyes por anticipado y nos dijo que ya está bien de sacar dinero del cajero a lo loco. Que si quieres billetes, comisiones.
En apenas 48 horas empieza 2016 y volveremos a recordarles que sube la luz, el tomate y que seguimos sin formar Gobierno estable. Con o sin coalición. Y yo sin tiempo para teñirme. Como Rajoy.
Mucho antes de esa portada con el grupo de 15 hombres de Estado (mujeres no hay, debe ser) a favor de la gran coalición (que tiene nombre de peli con pretensiones), Expansión nos dice que el ladrillo despega y el resto de medios nos recuerdan que ya vuelven a venderse más de un millón de coches en...
Autor >
Ángeles Caballero
Es periodista, especializada en economía. Ha trabajado en Actualidad Económica, Qué y El Economista. Pertenece al Consejo Editorial de CTXT. Madre conciliadora de dos criaturas, en sus ratos libres, se suelta el pelo y se convierte en Norma Brutal.
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