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Manuela Carmena se ha visto arrastrada esta semana por el efecto mediático Juan Palomo a la inversa: yo, prensa, me guiso la realidad y tú, Manuela, te la comes. Una semana horribilis para la alcaldesa de la capital, que comenzaba el fin de semana pasado con el primer acto, la encarcelación preventiva de los dos titiriteros contratados por su ayuntamiento para realizar actividades infantiles, acusados del novedoso delito de apología del terrorismo con marionetas. Pocas horas después del confuso incidente arrancaba el telediario de Antena3:
“Nuevo escándalo protagonizado por el Ayuntamiento de Madrid. El carnaval infantil ha acabado esta tarde con gritos y con llantos de decenas de niños. El Ayuntamiento de Manuela Carmena ha contratado a una compañía de títeres que ha comenzado a ahorcar a muñecos que representaban a monjas y a jueces. También a alguna mujer embarazada, pero es que además ha habido proclamas a favor de ETA”. Nuevo escándalo. Buena forma de comenzar, poniendo al espectador en tensión aunque no recuerde el escándalo anterior -¿traje de Gaspar quizá?-. A partir de ahí, narración de hechos que no sucedieron. Aunque inexistentes, las proclamas a favor de ETA y los llantos y gritos de decenas de niños –¿es que nadie en Madrid piensa en los niños?- la terrible escena inventada se quedaba a vivir en el imaginario de los espectadores del telediario, al igual que se quedó a vivir en el imaginario mediático desatando una avalancha de titulares de prensa que relacionaban a la alcaldesa con el escándalo que se cobró aquellas tiernas víctimas infantiles.
¿Susto o muerte, Carmena?, le preguntaron con las portadas sobre la mesa de su despacho a la alcaldesa observada con lupa, que tuvo que posicionarse entre llevarse bien con la histeria colectiva condenando enérgicamente lo que NO había sucedido, o echarse a la espalda la pesada carga del sentido común. La alcaldesa eligió susto y se sentó a comerse el indigesto guiso de Juan Palomo. Ni la unión del grito de Carmena al grito colectivo de histeria, ni el anuncio de una “profunda investigación” por una obra de teatro aplacó, por supuesto, los ataques, que siguieron su curso natural.
El segundo acto de la semana horribilis trata sobre la retirada de la simbología franquista de las calles de Madrid. Los motores que han llegado a su punto de máxima potencia esta semana se vienen calentando desde tiempo atrás. Allá por diciembre comienza la reinterpretación de la realidad de manera exótica:
Empieza fuerte Carmena la comunista, contratando a la hija del dictador cubano para que venga a tocarnos las narices con las calles de los demócratas de toda la vida, pensarían los lectores del grupo Intereconomía, engañados una vez más por su medio preferido. La hija de Fidel Castro no era hija de Fidel Castro, sino hija de un anticastrista y de la primera esposa de Fidel, y Carmena no la había contratado a ella, sino a un equipo de la Universidad Complutense, dirigido por la NO hija de Fidel, que trabaja en la universidad pública desde 1983. Arrancaba así el acoso por la retirada de simbología franquista y el asunto derivaba esta semana, con la participación de la propia Carmena, en otro caso de Juanpalomismo.
Titulaba así el diario El País, que en el mismo cuerpo de la noticia desmentía la idea que desprendía el intencionado titular: La lista, que no es definitiva y que “aún puede tener algún matiz”, está integrada por más de dos centenares de personas relacionadas con el bando franquista o la dictadura, aunque también incluye nombres de la cultura y el pensamiento: desde Josep Pla a Salvador Dalí. La alcaldesa, Manuela Carmena, ya anunció hace meses que los nombres de los personajes históricos relacionados con el mundo de la cultura no serán eliminados del callejero de la ciudad.
Como los titulares hacen más ruido que la realidad explicada en el cuerpo de las noticias, la falsa polémica de que Carmena le iba a quitar su calle a Dalí, a Santiago Bernabéu y a Manolete, comenzó a rodar como una bola de nieve que iba creciendo en dirección a la alcaldesa, puesta por segunda vez esta semana en la obligación de llevarse bien y ser amable con la irrealidad. Carmena, amiga del talante eligió de nuevo susto y se posicionó en contra de la NO realidad que la acechaba, con el consiguiente cabreo y dimisión de los historiadores de la Complutense que denuncian "la incapacidad de la institución (el Ayuntamiento de Madrid) para garantizar las condiciones mínimas para el desarrollo de un trabajo profesional y sosegado, como requiere toda investigación científica". O dicho de forma nada académica: alcaldesa, si tú también te unes al circo, nosotros pasamos.
Manuela Carmena se ha visto arrastrada esta semana por el efecto mediático Juan Palomo a la inversa: yo, prensa, me guiso la realidad y tú, Manuela, te la comes. Una semana horribilis para la alcaldesa de la capital, que comenzaba el fin de semana pasado con el primer acto, la...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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