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Relájese y res-pi-re. Hondo. Decídase a soltar su ira, a dejarla ir y a seguir su respiración... Meditar es una práctica de moda entre los políticos argentinos, que la llegada de Mauricio Macri a la presidencia instaló en la mismísima Casa Rosada. Se sabe que Macri, quien cumplirá tres meses de gobierno el próximo 10 de marzo, encomendó "limpiezas energéticas" tanto de la Quinta de Olivos (residencia presidencial), como de su despacho de trabajo. Que tiene una "maestra budista", que hacer yoga y reiki forman parte de su rutina y que en la decoración de los ambientes que usa habitualmente aplica ideas del feng shui, para facilitar la armonización y mejor circulación de la energía relacional.
En campaña y preparándose para asumir el gobierno, sus equipos se han concentrado en lugares apartados ("retiros espirituales", bromean algunos opositores) para perfilar la tarea a realizar (esta semana hubo tres de estas reuniones "motivacionales", para trabajar especialmente el modo en el que la gestión comunica sus medidas). Así, del "Yo milito" kirchnerista al "Yo medito" de Cambiemos, el frente gobernante, la política local parece haber jubilado la crispación. Pero se equivoca quien piense que estos leones son herbívoros o que las polémicas faltan.
Para prueba, el botón de esta semana de un febrero literalmente ardiente, durante el cual las sensaciones térmicas rozan con frecuencia los 40 grados. El miércoles, ATE, uno de los principales gremios estatales, protestó contra los recientes despidos masivos en la Administración pública, a nivel nacional y en provincias y municipios gobernados por diversos partidos. Las cifras cambian según los sindicatos que informen y se han abierto grietas entre las conducciones (ATE acusó a la Unión de Personal Civil de la Nación de "armar las listas de los despidos"), pero las desvinculaciones ya rozan las 7.000 y se teme que el vencimiento de contratos a fines de marzo las eleve mucho más.
Para explicar las cesantías, las administraciones aducen el crecimiento indiscriminado de las plantillas, engordadas en cientos de ocasiones sin concursos ni oposiciones para cubrir esos cargos; los representantes de los trabajadores señalan por su parte que la precariedad en la que el kirchnerismo mantuvo a miles de empleados facilitó los despidos. Todo esto sucede en un país donde el seguro de desempleo, congelado desde hace años, tiene un techo de apenas 400 pesos mensuales (unos 23 euros por mes).
La manifestación del miércoles 24 de febrero, apoyada por diversas organizaciones sociales, cortó varias avenidas céntricas de la ciudad de Buenos Aires con el caos de tráfico previsible y se leyó políticamente como un desafío al flamante Protocolo Antipiquetes difundido por el Gobierno y cuestionado por la oposición y por juristas que advierten que puede ser utilizado como herramienta para criminalizar la protesta social. "El 25 de mayo la gente no se quedó en la vereda (acera)", sintetizaba la dirigente de izquierda Myriam Bregman, en alusión a la fecha clave de la revolución de 1810 de la que surgió el primer gobierno local, en la entonces colonia española.
El Gobierno respiró hondo e hizo ommm al mejor estilo de Don Draper en el capítulo final de Mad Men. No impidió los cortes de calles, a pesar de que había fundado su defensa del Protocolo en la necesidad de "armonizar" el ejercicio del derecho a manifestarse con el de circular, evaluando tal vez que, en el arduo juego de equilibrios de la política, una de cal vale una de arena.
El día anterior, en efecto, el viento había soplado a su favor con ecos internacionales. De visita en el país, el presidente francés, François Hollande, sostuvo la intención de "apoyar a la Argentina en su reintegración a la comunidad internacional", en alusión al acuerdo que el Gobierno de Macri está negociando con los fondos buitre tenedores de la deuda en default. Y lo elogió al decir que representaba "una Argentina más abierta, más creíble". Ese mismo día, tras una reunión que Macri mantuvo con representantes de los organismos de derechos humanos, muy cercanos al kirchnerismo, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien días antes lo había tildado de "autoritario", terminó despidiéndose del presidente con un beso y destacando el diálogo mantenido y su atenta escucha, en un encuentro que ambas partes consideraron "positivo".
Oír con atención lo que se le plantea y ser capaz de rectificar errores son características que han destacado diversos líderes tras sus encuentros con Macri. Un perfil que la meditación potencia al promover la búsqueda de la empatía. "Cómo dejar de querer tener siempre razón y empezar a tener paz" es el subtítulo de El combustible espiritual (Planeta), un libro publicado en 2008 por el periodista Ari Paluch, que influyó en el modelo de liderazgo macrista. En sus tiempos como jefe de gobierno de Buenos Aires, incluso, Macri promovía que sus ministros asistieran a conferencias de Paluch sobre "la cuestión del ego".
La sonrisa de Mandela (Debate), de John Carlin, es otro libro que Macri recomienda a cada uno de los colaboradores o simpatizantes que se integra a sus equipos, fascinado por la personalidad del líder sudafricano, un político que reconstruyó su país pacificándolo. "Parecía tener la habilidad de recordar el nombre de todas las personas que había conocido", escribe allí el periodista británico, destacando un arma de seducción que Mandela aplicaba a todos sus interlocutores (¡incluida la reina Isabel II!) y que el macrismo ejercita.
"Desvalorizamos a Macri", reconoció esta semana durante una entrevista televisiva en TN y en tren de autocrítica el senador Juan Manuel Abal Medina, el exjefe de gabinete de Cristina Kirchner, cuando el peronismo lame sus heridas e intenta reordenar el Partido Justicialista. Aludió a la estética de los globos amarillos de las campañas del PRO, a su carácter de partido municipal y a su estilo alejado de cualquier épica confrontativa. "Era muy difícil creer que iba a ganar. Hubo una desvalorización que llevó a una gran irresponsabilidad de nuestro espacio político", definió Abal Medina. Para reconocer luego: "Si uno perdió una elección es porque algo hizo mal; si no, no hubiéramos perdido."
Macri se reúne este sábado 27 de febrero con el papa Francisco en el Vaticano. El encuentro con el líder espiritual de los católicos es muy anhelado por el Gobierno, preocupado por disipar la frialdad que percibe por parte del jesuita. Días antes, el presidente declaró a periodistas extranjeros: "Espero recibir consejos valiosos del Santo Padre ante la tarea que empecé en la Argentina". El gesto de humildad fue bien recibido en Roma, y va a necesitarlos: el martes 1 de marzo comienza la actividad parlamentaria de 2016, un año que se plantea muy complejo en diversos frentes.
Aunque inevitable, la devaluación sacó ampollas en los bolsillos de la gente: la inflación sigue alta y el aumento de tarifas eléctricas (otra vez, inevitable, pero no por ello indolora) será otro sablazo cuando comiencen a llegar las facturas. Ya hay apuestas acerca de si en su discurso a la Asamblea Legislativa Macri detallará finalmente las cifras que retratan el país que heredó de la gestión de Cristina Kirchner (quien dejó "el déficit más alto de los últimos 40 años", según el ministro de Finanzas, Alfonso Prat Gay) o si seguirá haciéndole caso a su asesor estrella, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, para quien no hay que perder "ni un minuto con el pasado" y la estrategia a seguir debe ser trabajar para mejorar el futuro. ¿Meditará el presidente sobre eso estos días?
Relájese y res-pi-re. Hondo. Decídase a soltar su ira, a dejarla ir y a seguir su respiración... Meditar es una práctica de moda entre los políticos argentinos, que la llegada de Mauricio Macri a la presidencia instaló en la mismísima Casa Rosada. Se sabe que Macri, quien cumplirá tres meses de...
Autor >
Raquel Garzón
Raquel Garzón es poeta y periodista. Se especializa en cultura y opinión desde 1995 y ha publicado, entre otros libros de poemas, 'Monstruos privados' y 'Riesgos de la noche'. Actualmente es Editora Jefa de la Revista Ñ de diario Clarín (Buenos Aires) y Subdirectora de De Las Palabras, un centro de formación e investigación en periodismo, escritura creativa y humanidades.
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