Perfil
Boris Johnson, el bufón con complejo de Churchill
Con su apoyo al Brexit, el alcalde de Londres ha ganado su primera batalla: lograr el apoyo de los miles de euroescépticos, de cara a la sucesión de David Cameron al frente de los conservadores
Arturo Noain Londres , 2/03/2016
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Alexander Boris de Pfeffel Johnson, nacido el 19 de junio de 1964 en Nueva York, es conocido por sus amigos como Al y el único político al que los medios llaman por su nombre de pila, Boris. Ha reconocido que sus cogorzas universitarias eran tan monumentales que vagamente recuerda las fiestas de Oxford; fue despedido a los 25 años de The Times por falsificar citas, se ha alzado con la alcaldía de Londres en dos ocasiones y volvió al Parlamento británico en 2015 por la puerta grande. Su estilo, la polémica; su objetivo, ser primer ministro.
La controversia británica hecha persona viste con estilo desaliñado y tiene una melena albina peinada al vuelo. Se trata de un hombre conocido por sus constantes meteduras de pata y un lenguaje sin tapujos, capaz de ofender a una delegación china sólo con su chaqueta desabrochada o a todas las mujeres de Malasia diciendo que “van a la universidad para encontrar marido”. Buena labia tiene --sus innumerables conquistas amorosas hablan por sí solas-- y ambición no le falta. La excentricidad se llama Boris Johnson. Y acaba de servir una nueva polémica en la mesa apoyando el Brexit.
Su posición euroescéptica no es nueva, sus declaraciones tampoco han sorprendido entre las filas del Partido Conservador. Los defensores del Brexit las esperaban con ganas. No es para menos ya que “se calcula que su apoyo incrementa un 10% los votos a favor de abandonar la Unión Europea”, según afirma Sonia Purnell, autora de la biografía Just Boris: A Tale of Blond Ambition (Just Boris, la historia de una ambición rubia).
Los mercados ven clara esta relación: poco después del discurso de Johnson en defensa de la ruptura con la UE, la libra esterlina caía en picado y su valor era el mismo que el de hace siete años. En un solo día bajó un 1,72% hasta cotizar a 1,4156 dólares.
El alcalde de Londres volvía a ser titular en todos los tabloides ingleses pero, ¿qué persigue? “Hay que entender su decisión desde dos perspectivas”, relata Purnell. “Por un lado, es una forma de presionar a la Unión Europea para conseguir un mejor acuerdo”. Johsnon lo ha dejado muy claro en innumerables ocasiones, quiere una mayor independencia del Reino Unido respecto a Bruselas y si eso implica salir para volver a entrar, no supone ningún problema. Por otro lado, afirma Purnell, “es su mejor forma de posicionarse como futuro líder del Partido Conservador”.
A pesar de que muchos no podían evitar la carcajada con la idea de Boris Johnson como primer ministro, ya nadie duda de que ese es su firme objetivo y su último movimiento muestra que puede conseguirlo. Boris ha dado un golpe a tiempo. El jefe del Ejecutivo, David Cameron, se ha visto obligado a convocar el referéndum sobre la salida de la UE el próximo 23 de junio, tras ver cómo perdía miles de votos a favor de los ultranacionalistas UKIP (Partido por la Independencia de Reino Unido, por sus siglas en inglés); después de meses de negociaciones para cambiar la relación entre las islas y el continente, Cameron aboga por permanecer dentro de la Unión. En el hipotético caso de que Gran Bretaña rompa con Bruselas, la muerte política de Cameron sería evidente y, aunque ese no fuera el caso, ya ha anunciado que no se presentará a otras elecciones. La vacante de líder del Partido Conservador estará disponible tarde o temprano y el alcalde de Londres ya ha dado un paso adelante ganándose a los euroescépticos.
Además, Johnson tiene la aprobación del público. Los otros nombres capaces de hacerle frente en la lucha por la sucesión se encuentran desgastados políticamente en el Gobierno. Uno de los favoritos entre los barones tories, el ministro de Economía, George Osborne, se está ganando más enemigos que aliados en el electorado con sus políticas de recortes y la mala gestión ante las manifestaciones de los Junior Doctors: los médicos que todavía no han obtenido la especialidad han protagonizado las primeras huelgas de la sanidad pública inglesa de los últimos 40 años, critican la propuesta de reformar sus contratos laborales reduciendo sus salarios.
El principal problema al que se enfrenta Johnson es conseguir los apoyos suficientes entre los diputados tories, su problema es que “no es leal, no sabe trabajar en equipo y cambia de ideas constantemente”, afirma Purnell, quien conoce de primera mano cómo es trabajar con él tras haber compartido corresponsalía en Bruselas para The Daily Telegraph, en la etapa en la que Johnson ejercía el periodismo. Una vez superada esa barrera, “no habría quien le pare. Boris ha demostrado que se le dan muy bien las elecciones”, ya que a pesar de sus polémicas declaraciones “el público no le valora en los mismos términos que a otros políticos: es una política de personalidad, el efecto Trump inglés”. La pregunta es: ¿por qué quieren tanto a Boris?
Un discurso sin políticas
Boris Johnson pide abandonar la Unión Europea para recuperar la soberanía de Gran Bretaña. Sus políticas son, sin embargo, absolutamente desconocidas y las inconsistencias en sus discursos, evidentes. Desde que consiguió la alcaldía de Londres en 2008, sus mayores logros provienen de su predecesor en el cargo: un buen regalo como unas Olimpiadas ya conseguidas o un sistema público de bicicletas, que se hizo conocido como las “bicis Boris”. No ha sido capaz, sin embargo, de atajar el mayor problema de la capital británica: la vivienda. El año pasado un estudio desvelaba que es más barato vivir en Madrid y volar a diario a Londres que vivir en la ciudad inglesa. Tampoco ha conseguido grandes éxitos económicos, teniendo en cuenta que era el eje angular de su candidatura de 2012, en la que logró la reelección. Su propuesta de un metro abierto 24 horas se ha ido postergando gracias a las acciones sindicales hasta el punto de que actualmente se desconoce si verá cumplida su gran promesa electoral. Y, aunque Londres es el gran centro financiero europeo y el motor económico de Reino Unido, también se trata de una de las ciudades occidentales con mayor desigualdad entre las clases sociales; se calcula que más de 1,2 millones de los trabajadores londinenses viven bajo el umbral de pobreza, un aumento del 70% en la última década.
Sobre sus propuestas de un posible Gobierno, nada se sabe aunque seguro que iran acompañadas de un buen discurso. La oratoria es el gran punto fuerte de Boris Johnson, siempre ha causado furor en el electorado con su humor y naturalidad marcados por un perfecto acento inglés, propio de la Reina, que cambia el voto del más ferviente laborista. Boris conquistó la alcaldía de Londres en 2008, arrebatándosela al popular Ken Livingston, a pesar de que muchos de sus compañeros tories decían que era imposible ganar el feudo laborista. No sólo lo hizo una vez, sino que repitió victoria en 2012 tras un primer mandato repleto de polémicas: aventuras amorosas, hijos ilegítimos, vacaciones excesivamente largas. Incluso estuvo envuelto en el famoso “escándalo de los gastos del Parlamento”, en el que salió a la luz en 2009 el abuso que los diputados británicos hacían de los gastos públicos para aumentar su sueldo. Nada impidió que Boris se alzara de nuevo con la alcaldía retirando de la política a Ken Livingstone, quien se vio humillado en su segunda derrota.
Andrew Crines, experto en oratoria y profesor de la Universidad de Liverpool, concluye que Livingstone no fue capaz de defenderse de los ataques tories. Boris Johnson esquivó fácilmente la bala sobre los escándalos de los gastos y contraatacó acusando al líder laborista de evasión fiscal, un golpe certero que destruyó su credibilidad. La victoria de Boris se debió su éxito al transmitir “un espíritu renovador de la ciudad”. Al analizar en detalle la figura del alcalde de Londres, Crines asegura que “es un político muy tradicional cercano a las ideas de Margaret Thatcher” , pero a Boris “le gustaría parecerse a Winston Churchill, intenta capturar su espíritu, aunque el discurso de Johnson está más motivado por su prepotencia”. Tanta es la pasión de Boris Johnson por el antiguo primer ministro que incluso ha escrito una biografía, The Churchill Factor: How One Man Made History, donde analiza la figura del “hombre más importante de la humanidad” y se atreve a exponer la ideología de Churchill en claves de actualidad.
Alexander Boris de Pfeffel Johnson, nacido el 19 de junio de 1964 en Nueva York, es conocido por sus amigos como Al y el único político al que los medios llaman por su nombre de pila, Boris. Ha reconocido que sus cogorzas universitarias eran tan monumentales que vagamente recuerda las fiestas de Oxford;...
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