CRÓNICA PARLAMENTARIA
La emergencia social, ese rito
Sólo tres medidas tienen presupuesto, gracias al plan de rescate social pactado entre CUP y JxS a cambio de todo lo demás. Se habló de 6.000 millones. Al final, han sido doscientos y pico
Guillem Martínez 12/03/2016
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La última sesión parlamentaria de la República se celebró en Perelada, Alt Empordà, a inicios de 1939. El orden del día era importante. Uno de los delegados en la Sociedad de Naciones presentó algo parecido a una ley para la rendición incondicional ante Franco. La ley proponía fletar unos aviones a Madrid, en los que viajaría la República. Es decir, los cargos hasta director general, y los oficiales hasta el grado de, creo recordar, coronel. Una vez allá, irían al Congreso, desde el que declararían la rendición, y Madrid ciudad abierta. Allí esperaría a que los malos llegaran y los fusilaran. Precisamente ese último punto es el que invitó a Azaña a oponerse. En sus diarios, por cierto, no aparece el orden del día de la sesión. Sólo se reproduce, muy escuetamente, una sesión tediosa. Y su final. Cuando acaba, Azaña explica el fin de la República: varios diputados se fueron a mear contra la pared de la sala. Es un final poco épico, comparado con el que proponía el delegado en la Societè des Nations. Pero cuando, frente a algo basto y despiadado, no haces algo épico, se deduce que acabas meando contra la pared.
Hola. Saludos desde el Parlament de Catalunya. Bueno, técnicamente estoy en l'Esquerra de l'Eixample, desde donde les saludo --hola, otra vez--, mientras escribo esta crónica sobre el pleno en el Parlament del pasado miércoles y jueves. La escribo, a su vez, con cierto retraso, porque he perdido el mojo. Uno pierde el mojo por diversos motivos. Uno es no saber lo que ha visto, por lo que no sabe cómo describirlo. Eso sucede cuando uno ve objetos de funcionalidad extraña, como una moto con cenicero, o un triquini. Lo que vi el otro dia fue, de hecho, un pleno sobre "emergencia social". Es decir, una moto con cenicero y, a su vez, triquini. Una iniciativa, sin duda loable, de PSC y de Catalunya Sí Que Es Pot --rayos, qué nombre mas largo; es más de Revista Colsada; deberían estudiar un nombre más corto y pegadizo; no sé; Gemeliers--. Pero de una descripción complicada.
¿Qué es un pleno de emergencia social? No lo sé. No sé qué medidas contra la pobreza y la desigualdad puede crear un parlamento que a) creó pobreza y desigualdad por ley en 2011, a través de un pack de leyes denominadas Llei Omnibús. Con ello, se recortó tanto y tan rápido el Estado del Bienestar, es decir, la forma de la democracia en Europa, que no lo podríamos identificar cuando se muera y nos llamen los del CSI. Por otra parte, b), ¿qué medidas ante la pobreza y la desigualdad puede generar un parlamento sin soberanía, cuya única capacidad clara es legislar austeridad? Ni idea. Pero a) y b), con otros nombres artísticos a su obra, son lo que definen al Parlament de Catalunya y al Congreso, dos parlamentos que, cuando la brutalidad lo arrasó todo, se fueron a mear contra la pared. En Catalunya, tal vez los únicos que estuvieron a la altura histórica de la situación fueron las personas que rodearon el Parlament para denunciar aquel acto antidemocrático y violento. Tal vez, protagonizaron la única jornada realmente histórica creada en este Parlament, que teóricamente crea días históricos à gogo como si no hubiera un mañana. Algunas de esas personas hoy están en la cárcel. El Parlament, por cierto, dejó de mear en la pared unos minutos para presentarse como acusación particular en su juicio por lo penal. Anyway. Posiblemente, los parlamentos en el Sur son eso. Ruido. Ese ruido, por otra parte fascinante, de un líquido chocando contra el muro.
¿Un pleno contra la pobreza es un meo contra la pared? Insisto: no lo sé. Si les parece, les describo el anterior. Fue en 2014. Sí, empiezan a ser una tradición. Como las mesas petitorias en la postguerra. Se aprobaron 158 medidas. De esas que pueden aplicar los parlamentos del Sur/que se podrían aplicar la semana que viene. Es decir, sin partida presupuestaria clara, sin rozar la estructura de la pobreza y la desigualdad. Actos de fe, esperanza y caridad. O una cita de ellos. La Generalitat asegura que se cumplieron en un 80%, salvo las directrices sobre vivienda, que se cumplieron, guau, en un 90%. En el ínterin hasta la fecha, la desigualdad ha crecido. En la actualidad, el porcentaje de catalanes con las dos piernas bajo el umbral de pobreza es del 20%. Un porcentaje catastrófico. De cuando hay una guerra y no la ganas. Unas cifras como para fletar aviones, rendirse y declarar Barcelona, o Vallecas, o Algeciras ciudad abierta.
Bueno. Sinopsis. Introducción por parte de portavoces del Tercer Sector, que describen la situación. Hábil, astuta y contundente presentación de PSC y CSQEP. Un Govern que les da la razón, pero que advierte que Catalunya seguirá en el lodo hasta que sea un Estado independiente. Como, por otra parte, glups, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia o España. Con un par. Réplicas de PSC y de CSQEP impresionantes. Pero que crean la sensación de que, en efecto, esto es un parlamento, en el que se puede hacer algo al respecto. Tal vez, lo más acertado sería suponer que no se puede hacer nada al respecto en una autonomía intervenida y en un Estado intervenido. Quizás, dejar de mear contra la pared consistiría en reconocerlo, en sacar la bandera blanca, en explicar que, en efecto, esto es una guerra y se ha perdido. La réplica del PP es viejuna. Se apiadan de los pobres, si bien hablan de las directrices indepes de la Gene. No existen. Un Parlament que mea contra la pared, que hasta tiene cantautores que mean contra la pared mientras un ejército invisible bombardea día y noche la sociedad, no tiene capacidad política ni siquiera para eso. C's es más astuto. Mezcla un eléctrico lenguaje de denuncia de la pobreza con un aún más energético léxico neoliberal, creador de pobreza. Top-one: al hecho de aumentar los recortes lo llaman "operación bikini" en la Administración. Arrimadas habla cinco minutos más y hubiera calificado a la dieta de un campo austriaco como "operación triquini". La CUP, a su vez, combinó un discurso anticapitalista, que superaba la escenografía del pleno, con la férrea voluntad, o dinámica quizás, de mear contra la pared. Catalunya, en fin, es un lío. Su comprensión es útil porque explica el funcionamiento político y parlamentario de una Gran Coalición en el Sur. O, según se mire, de un Gobierno de amplio espectro, en el que también participa la izquierda. Sea lo que sea, y de una manera u otra, es lo que pasará en Madrid.
Al día siguiente se votó la cosa. La cosa consistía también en no romper ninguna baraja antes de votar los presupuestos --se supone que, nuevamente, austeros; no hay soberanía para emitir políticas, es decir, presupuestos; la apuesta por la independencia es porque es barata e indemostrable--. En esta emisión del pleno de emergencia social --al parecer, una disciplina cargada de futuro en las sociedades y estructuras políticas sin futuro alguno--, se aprobaron 40 medidas en modo quepodríanaplicarselasemanaqueviene, si bien es difícil que se apliquen sin presupuestos aprobados, y es más difícil que se aprueben tras las aprobación de los presupuestos. Sólo tres medidas tienen presupuesto, gracias al plan de rescate social pactado entre CUP y JxS a cambio de todo lo demás. Ese plan, se especulaba, sería de 6.000 millones. Al final, han sido doscientos y pico. El momento pitote fue una votación en contra de la reforma laboral. CDC y sus independientes/circunstancias votó negativamente. Junto a PP. En todo caso, dentro de un par de años descubriremos que las medidas se han cumplido en un 80%. O en un 90%. O en un 120%.
Fin del plenario. Meo contra la pared. Ningún diputado, en este caso, marcha a Francia.
Esta guerra es rarísima. Una Drôle de Guerre, pero 2.0.
La última sesión parlamentaria de la República se celebró en Perelada, Alt Empordà, a inicios de 1939. El orden del día era importante. Uno de los delegados en la Sociedad de Naciones presentó algo parecido a una ley para la rendición incondicional ante Franco. La ley proponía fletar unos aviones a Madrid, en los...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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