‘Despertar a Rusia’. Un grito de libertad y justicia desde el exilio
Zhanna Nemtsova, periodista rusa e hija del opositor asesinado en febrero de 2015 Boris Nemtsov señala a Putin y Kadyrov como responsables últimos del crimen
Laura Alzola Kirschgens Hamburgo , 6/04/2016
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La despertaron los gritos. Ladrones, pensó. En el salón, su madre lloraba sentada en el sofá. “Han matado a papá”. El cadáver ya había sido retirado cuando llegaron al puente del centro de Moscú donde le habían pegado los tiros. En febrero se cumplió un año desde que Boris Nemtsov, un conocido opositor ruso y crítico severo del presidente Vladimir Putin fuera asesinado a balazos en plena calle, en el puente Bolschoi-Moskworezki, a unos metros del Kremlin, uno de los lugares mejor vigilados el mundo. El atentado de la noche del 27 de febrero de 2015 desencadenó una ola de repulsa en el país. Cerca de 50.000 personas se manifestaron en las calles de la capital rusa. La hija mayor de Nemtsov, periodista, acusó a Putin de ser el responsable político del asesinato de su padre y este mes de marzo, algo más de un año después, ella, Zhanna Nemtsova, ha publicado un libro: Russland wachrütteln. (Despertar a Rusia).
Mientras que yo no pude llegar hasta mi padre en el lugar del asesinato, millones de espectadores rusos veían en directo su cadáver descubierto a la mitad, su abdomen hinchado. El relato de Nemtsova de los hechos es crudo; sus críticas al gobierno y a la sociedad rusa, dolorosas de leer. Además de contar en detalle su versión de lo que ocurrió aquella noche, la periodista sigue apostando por la hipótesis de la motivación política del crimen.
Recela de las explicaciones dadas por las autoridades de la agencia federal rusa de vigilancia para justificar que las cámaras enfocadas hacia el puente estuvieran apagadas aquella noche. Sospecha también de la tardanza de la policía en llegar a lugar, frente al gobierno y la catedral de San Basilio, una zona donde, según Nemtsova: si un periodista saca una cámara y se pone a grabar, en menos de dos minutos aparece un funcionario, comprueba su identidad y la autorización para tomar imágenes.
Aquella noche, la policía tardó 12 minutos. El conductor del camión de la limpieza que pasaba en el momento de los tiros, no quiso ayudar al herido. Tampoco dos hombres que se acercaron al lugar unos instantes después. Echaron un vistazo al cuerpo de Nemtsov y se fueron. Ni siquiera una señora vestida con un abrigo de piel que también se puede adivinar en algunas imágenes tomadas desde una cámara lejana, la única grabación disponible.
En Despertar a Rusia, Zhanna Nemtsova dedica un extenso capítulo a la descripción del estado actual de las investigaciones del crimen. Exige que se esclarezca el caso y asume al mismo tiempo que será prácticamente imposible llegar a quienes dieron la orden de eliminar a su padre.
Nemtsova tacha de ridículas las diferentes hipótesis barajadas por las autoridades moscovitas y por los medios estatales rusos, que especularon durante meses con los motivos y autores del asesinato. Desde el entorno del Kremlin, se dejó entrever que el del 27 de febrero de 2015 podría haber sido un crimen dirigido por los países enemigos para desestabilizar Rusia. Los tertulianos de las televisiones estatales difundieron la hipótesis de que la pareja de Boris Nemtsov, Anna Durizkaya, de origen ucraniano, podría ser una agente secreta ucraniana, cómplice o incluso partícipe del asesinato. Cuando en el marco de las investigaciones se detuvo a cinco sospechosos de origen checheno, los medios también lanzaron la idea de que podría haberse tratado de un atentado islamista en reacción a las palabras de solidaridad de Nemtsov a los trabajadores de la revista parisina Charlie Hebdo, defendiendo las caricaturas de Mahoma.
En mayo, dos meses después del fallecimiento de su padre, Zhanna Nemtsova fue la elegida para dar la Berlinesa Charla Anual por la Libertad (Berliner Rede zur Freiheit) en un edificio situado entre la puerta de Brandenburgo y la embajada rusa. “Mi padre es víctima de la guerra de información del Kremlin contra la oposición”, dijo entonces y llamó a castigar a quienes mantienen en marcha la máquina de propaganda rusa prohibiendoles la entrada a la Unión Europea. Mediante su teléfono móvil, mostró a los periodistas extractos de programas de la televisión estatal rusa en los que se jaleaban los rumores y se difamaba a su padre.
La propuesta y apuesta de Zhanna Nemtsova es clara y no ha variado en el último año: Kadyrov, presidente de Chechenia y apadrinado político de Putin, dio la orden. Nemtsova cree que las autoridades rusas están entorpeciendo la investigación. Pocos meses después del asesinato, fueron detenidos cinco sospechosos de origen checheno. Uno de ellos, Saur Dadajev, ofreció una confesión detallada del asesinato. Según la versión oficial, un sexto sospechoso se habría inmolado accidentalmente durante su detención, mediante una granada. Nemtsova y su abogado, el que fuera también el de Boris Nemtsov, no creen verosímil esta explicación y acusan a la policía rusa de querer evitar que el hombre declarara ante el juez.
Nemtsova cuenta en el libro que el sospechoso Saur Dadajev se mostró muy sorprendido por su detención. Creía incluso que serían premiados por el Gobierno ruso, escribe. A continuación, explica su posible conexión con el actual presidente checheno, Ramsan Kadyrov: Dadajev perteneció muchos años al batallón Sewer, una unidad armada del ministerio de Interior ruso, estacionado en Chechenia:
Es absurdo pensar que Sewer “actuase por iniciativa propia, (…). La unidad fue creada en 2006 por diferentes asociaciones irregulares que controlaba Kadyrov. Le debían lealtad.
A pesar de su fuerte carga de denuncia y de reacción específica ante unos hechos que la afectan personalmente, Despertar a Rusia es mucho más que una reclamación de justicia para un padre. Zhanna Nemtsova escribe como periodista, rusa, joven y mujer; reflexiona acerca del funcionamiento de los medios de comunicación de su país, señala y describe la censura, cuestiona los valores de la sociedad rusa, carga contra la inacción política de su generación y se sincera respecto a la relación personal con un padre cuya estela no es fácil de heredar.
Nemtsova, expresentadora de la cadena RBK-TV, especializada en información económica y perteneciente al oligarca Michail Prochorow, ajusta cuentas y se aleja de ellos definitivamente. Describe la sensación de haber trabajado con una tijera pendiendo sobre la cabeza, denuncia la autocensura con ejemplos del día a día de la redacción y justifica su marcha con que no quería seguir siendo cómplice del régimen de Putin.
Con la crítica directa al presidente ruso, Nemtsova se sitúa también como sucesora de su padre. Algo que requiere valentía. Hacer oposición al Kremlin no está exento de riesgos. Zhanna Nemtsova confiesa que temió por su vida. Era muy probable que me convirtiese en una víctima más de esta violencia espontánea, tan común en Rusia. En las redes sociales me amenazaban, decían que acabaría imitando el destino de mi padre. Sin embargo, matiza que la coacciones en las redes no fueron su motivo principal para dejar el país: Decisivo para abandonar Rusia fue darme cuenta de que mi manera de actuar, de tomar partido, en Alemania, está menos condicionada por el miedo. Es una sensación desagradable cuando se deja de hacer algo por miedo.
El libro está escrito desde la ciudad de Bonn, donde la periodista fue contratada en agosto de 2015 por la redacción rusa de la Deutsche Welle, el servicio de radiodifusión internacional germano. Allí, en la que fuese la capital de Alemania Occidental, ha registrado también la Fundación Boris Nemtsov para la Democracia, financiada por los ingresos del libro y por el premio a la Solidaridad, dotado de 250.000 euros, que recibió en Polonia de la mano del expresidente polaco y premio Nobel de la Paz, Lech Walesa. La primera tarea de la fundación será crear un galardón llamado 'Premio Boris Nemtsov de la Valentía', para reconocer a las personas que luchen por los derechos en Rusia.
La despertaron los gritos. Ladrones, pensó. En el salón, su madre lloraba sentada en el sofá. “Han matado a papá”. El cadáver ya había sido retirado cuando llegaron al puente del centro de Moscú donde le habían pegado los tiros. En febrero se cumplió un año desde que Boris Nemtsov, un conocido...
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Laura Alzola Kirschgens
Reportera e investigadora. Migración, educación, discurso y cambio social. Múnich, Hamburgo y ahora, Barcelona. Periodista. Máster en Inmigración por la Pompeu Fabra. Extranjera, como lo son todos en algún lugar
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