#CINCOAÑOSDEL15M
Los que sí estuvimos en el 15M: crónica de 6 meses de mayo
El 15M les obligó a cambiar a todos. El ciclón aparcó de la primera línea a prebostes impensables. Algunos están yendo a juicio por corrupción
Rosa María Artal 14/05/2016
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“Me adhiero a vuestras reivindicaciones, hago mío el manifiesto, me solidarizo y deseo un clamoroso 15-M. Pero sobre todo, os animo a avanzar en la lucha hacia una vida más humana. Los medios oficiales no se van a volcar con vosotros y encontraréis muchos obstáculos en el camino, pero está en juego vuestro futuro. El 15 de mayo ha de ser algo más que un oasis en el desierto; ha de ser el inicio de una ardua lucha hasta lograr que, efectivamente, ni seamos ni nos tomen por “mercancía en manos de políticos y banqueros”. Digamos NO a la tiranía financiera y sus consecuencias devastadoras.
(José Luis Sampedro, 15 de mayo de 2011)
El éxito residió en aunar adhesiones hasta dispares a priori, trabajo de Democracia Real Ya! En convocar manifestaciones en más de medio centenar de plazas de España. En aglutinar un descontento, un hartazgo superlativo por las políticas económicas y sociales seguidas, que no tenía otro remedio que estallar. Y lo hizo en una erupción de energía. Encontró vías de comunicación y salida en la horizontalidad de Internet. Sin que quienes tenían la obligación de enterarse –políticos, periodistas-- hubieran intuido siquiera el malestar que se gestaba. Bajo los adoquines —y la arena, el cemento, la hierba, los campos sembrados, el barro o la tierra, el agua de ríos y mares, las nubes incluso— había rabia, pero también decisión, sensatez, ilusión ,esperanza, trabajo, ideas, ganas de un mundo mejor.
Desde el primer minuto la manifestación del 15M fue distinta a todas. “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” fue su lema. Y por tanto no había ni un cartel o pancarta de partidos o sindicatos. Todos cuantos se veían, fabricados a mano con los lemas que hicieron tanta fortuna ("No nos representan", “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”, etc). En el escenario de la Puerta del Sol, las voces eran nuevas o en tonos nuevos. Eternamente sabias como la de José Luis Sampedro. Lourdes Lucía, una de las fundadoras de ATTAC, una de las autoras de Reacciona (el libro que en España canalizó la Indignación sembrada en Francia por Hessel), leyó el texto de Sampedro, otro de los autores.
El 15M mutó aquella misma noche. Con quienes optaron por acampar en las plazas. Con los que reaccionaron en masiva adhesión al intento de desalojo policial. Con los que decidieron seguir allí a pesar de las órdenes que decían impedirlo en jornada electoral. Con los que mantuvieron su espíritu, incluso hasta un año después en manifestaciones continuas. Porque el 15M de 2012 nos encontró con el PP en el gobierno y por mayoría absoluta, y en gran parte de ayuntamientos y comunidades autónomas. Caliente el hachazo a sanidad y educación. Metiendo Deuda Pública en Bankia. Recién solicitado un rescate que el gobierno camufló en sus eufemismos habituales, que el sector bancario no nos devolvió y aún pagamos.
Con la prensa internacional alarmada de nuestra ¿inconsistencia? Los Angeles Times se asombraba de que los bares estuvieran llenos y siguiéramos “tomando tapas”. Ocurre que muchos se suman masivamente, como ocurrió con el 15M con altas cifras de aceptación en las encuestas, a la parte romántica de la idea, pero luego votan al PP, al continuismo. Solo comen las castañas cuando se las han sacado del fuego.
Lo más reseñable del mayo de 2013 fue la aprobación de la Ley Wert, con la que el PP cubría el otro flanco de su obra: la involución ideológica. Contra viento y marea, José Ignacio Wert sacó adelante su llamada Ley de Mejora de la Educación, LOMCE. “Hasta ahora, ningún Gobierno, tampoco el de Aznar, había legislado a satisfacción plena de los obispos”, analizaba Juan González Bedoya. Hoy, tenemos al tertuliano que devino en ministro de Educación becado en París con 10.000 euros mensuales de sueldo, residiendo en una lujosa villa, con servicio y gastos cubiertos.
Mayo de 2014 sí trajo novedades importantes. En las elecciones europeas –que vuelve a ganar el PP-- los españoles dan 5 diputados a una formación nueva, Podemos. Son los que, haciendo caso a los sabios consejos de Cospedal y varios otros expertos, han entrado en política. El cabeza de lista lleva coleta y se viste en Alcampo, critican en el Olimpo escandalizados. Es profesor. Un gran comunicador. Un amigo me cuenta que un ejército de inquisidores escudriña ya su pasado a ver si un día, a los cinco años, le quitó un helado a un compañero. Hoy la persecución de Pablo Iglesias y Podemos llega al paroxismo, como muestra la portada de ABC de este 14M, sin ir más lejos. Ya lo avisó Sampedro.
Podemos sacó de las calles a los manifestantes, dicen los puristas del 15M. Podemos y las leyes Mordaza del PP y su aplicación en la que hizo carrera por Madrid el valor emergente del nuevo PP, Cristina Cifuentes, como delegada del Gobierno. “Que ser valiente no cueste tan caro”, cantaba Joaquín Sabina.
En 2015, mayo se anima todavía más. El día 24 las elecciones municipales suponen una debacle para el PP al punto de que apenas le queda otra mayoría absoluta que Ceuta. Grandes dinosaurios son apeados sin contemplaciones: Cospedal o Barberá, León de la Riva, Monago, Maroto, entre otros. El cataclismo es de los que hacen historia y las reacciones también. Al día siguiente ya declara uno de los esperpentos de las tertulias, Eduardo Inda: “Manuela Carmena me produce asco moral”. Se refiere a la alcaldesa de Madrid, prestigiosa magistrada y relatora de la ONU. En Barcelona, Ada Colau, forjada en la lucha contra los desahucios, ocupa también la alcaldía para desesperación de las élites conservadoras que tan a menudo la mandan a fregar.
El 15M de 2016 nos encuentra en una nueva campaña electoral. Con el PP en funciones al mando de decisivos sectores del Gobierno como se está haciendo notar. Con una guerra sucia casi sin precedentes, aun habiendo conocido otras memorables. En la que se envilece más esa clase política que el 15M rechazaba ya desde mucho tiempo atrás. En 2007, en pleno ladrillazo, el barómetro de abril del CIS señalaba que un 70% de los encuestados creía que “los gobernantes sólo piensan en sus intereses” . A partir de diciembre de 2009, los políticos son problema fijo de los españoles. Ése fue el germen, el descontento fue previo. Y se mantiene y acrecienta.
Este 15M también contemplamos a gentes a las que no vimos ni en foto hace 5 años, capitalizando aquel movimiento que impactó al mundo. ¿Saben que Ana Botella presumía de ellos en el dossier de su sueño olímpico que, también, pagamos aún?
Pero, por encima de todo, es innegable que España ha cambiado. El 15M les obligó a cambiar a todos, hasta a los que, como el PP, lo hacen solo para la galería. El ciclón aparcó de la primera línea a prebostes impensables. Algunos están yendo a juicio por corrupción. Es el temor de los partidos que gestaron estas miserias lo que desata los golpes bajos propios y de su corte mediática. Llegada ésta por cierto a los más altos grados de degeneración. Y, aun así, parece que están intentando sembrar la idea de que el cambio es un espejismo, que no se puede. Claro que se puede, siempre se puede y se ha podido. Estaríamos en las cavernas si así no fuera.
Desde ahí hemos dado muchos pasos. En La Energía Liberada (Aguilar, 2011) cité algunos que, creo, merece la pena señalar ahora. En momentos críticos conviene echar mano de nuestros ancestros y nuestra herencia en permanente evolución: somos los que pusimos la primera piedra y la segunda sobre la primera. Los que descubrimos cómo hacer fuego e inventamos la rueda que iban a sentar bases de progreso. Los que consagramos en un documento que los seres humanos tienen derechos. Los que subimos con Rosa Parks a un autobús en Montgomery y marchamos sobre Washington diciendo que los derechos no tienen nada que ver con el color de la piel. Los que supimos que los sueños vuelan más alto arrancados desde el suelo. Los que nunca más moriremos en las hogueras de la intolerancia, porque habrá muchos para apagar el fuego. Los que siempre empezamos otra vez. Los que sí estuvimos en el 15M.
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