Crónica parlamentaria
¿Se piran?
Los caminos para crear un Estado son inescrutables. Lo de la CUP tiene su miga y abre posibilidades a lo inaudito: la semana que viene hay sesión especial para votar los Presupuestos
Guillem Martínez 5/06/2016
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Semana pocha en el Parlament de Catalunya, en el que se respira esa sensación que se respiraba en Saigón una semana antes de que entrara el Vietcong. El Vietcong, como su nombre indica, no existe en Europa. El concepto Vietcong, por aquí abajo, no consiste en que entre alguien en una institución y te tengas que pirar en helicóptero. Consiste, básicamente, sólo en que te tengas que pirar. Quizás, en Europa, y ahora que lo pienso, lo único que queda de aquellas jornadas eléctricas del siglo XVIII, XIX y parte del XX, en las que los parias de la tierra entrábamos a toda leche a una institución, y los institucionales se iban pitando, es lo último. Es cuando se piran. Para que entren otros, por otra parte, y con una agenda parecida. Pero, por un fósil que tenemos en el cerebro, que se piren nos conecta, por unos segundos, a un pasado en el que, en verdad, se piraban, quemábamos sus cuadros y decretos, freíamos sardinas en Palacio, y estábamos dos días sin dormir. Un cerebro, una mentalidad es, en fin, siempre 100 años más vieja que su usuario. Por eso al cerebro le impresionan cosas que, en realidad, son viejas, y que ya no dibujan la época. No sé. Una minifalda. O que se piren.
Flota en el aire la cosa de que JxS no podrá aprobar sus presupuestos. Según JxS son los más sociales de la historia. Lo que es un buen nombre artístico para unos presupuestos, si no fuera porque los anteriores, de CDC, también se llamaron igual. La propaganda de JxS/procesista, en ese sentido, está resultando cíclica. La única propaganda cíclica que en el mundo se ha aguantado a lo largo de la historia es la religiosa --Navidad, Pascua, Corpus, Navidad--. La política es su prima, pero no es su prima de Zumosol, por lo que siempre le ha costado crear sistemas propagandísticos que duren 2000 años. La política, al contrario de la religión, necesita milagros. No muchos. Ni frecuentemente. Lo justo para recordar, periódicamente, que son posibles imposibles como caminar sobre las aguas, o reducir la tasa de paro, o invertir la austeridad. Este Parlament no produce milagros comunicativos --no quedan, snif, otros en el Sur-- desde el 9N, desde que coló una resolución como una declaración de independencia. Una resolución, como ha quedado visto, no es nada. Es decir cosas no verificables, como mañana-dejo-de-fumar-mamá.
La CUP, en una asamblea la semana pasada, decidió romper su pacto de legislatura con JxS. Se puede pensar que la CUP es una olla de grillos. No lo es. Es un sistema de decisión extraño, como sucede en cualquier partido. Es decir, como cualquier partido está sometido a impredecibles, a mitos, que modulan su conducta más y mejor que su ideología. En el caso de la CUP no sólo es la dicotomía entre nación o sociedad, sino la dicotomía institución-no institución.
Supongo, en ese sentido, que la originalidad/patología de la CUP no es sólo de la CUP. Sin ser nueva izquierda, la CUP se parece a la nueva izquierda --razón por la que hay que seguirla con lupa-- en que posee una cosmovisión, una idea de lo que hacer, que no es materializable en un parlamento en el que no es la mayoría. Posiblemente, no es materializable, snif, ni en mayoría. Una institución, en fin, es por sí misma una ideología. Nuestro cerebro, 100 años más antiguo, lo dicho, que nosotros, nos dice que es posible acceder a ellas y girarlo todo. Nuestra época --otro, snif-- nos enseña lo contrario. Tengo curiosidad por ver las izquierdas del futuro. No serán la CUP, Podemos o Confluencias. Supongo que tendrán que ver, no obstante, con sus experiencias en --es decir, cerca de-- el poder, estos años de crisis, de desmoronamiento de un Régimen que muere tan despacio como el liquen, esa cosa que puede llevar 1000 años muerta, le echas agua y le salen los colores. La CUP, en ese sentido, unos días le echa agua. Otros, se la niega. Parece ser que esta semana la niega. Dramáticamente.
Anyway. Esta semana en el Parlament se ha hecho cesión de controlZzzzz y se han aprobado mociones a gogó. Mi favorita, una sobre la puntualidad de los trenes. Una metáfora de lo que les decía de la ideología de las instituciones. Accedes a ellas para cambiarlo todo y, al final, sólo votas una moción, ni siquiera una ley, sobre la puntualidad de los trenes. Lo importante, lo que dibuja la realidad, ha sucedido fuera. Así, ha sucedido lo de la CUP. Lo de Gràcia --una presión inaudita para el desgaste del Ajuntament, personas con un programa chachi en una institución que, snif, es una ideología; básicamente, las presiones han sido un revival del palabro "antisistema", en el que se pretende englobar al Ajuntament, vía gota malaya--. Otro suceso semanal ha sido la noticia de que a Oriol Pujol, el hombre que debía ser president, Fiscalía le pide 5 años --importante; es posible que no sea juzgado otro Pujol; por la cosa prescripción del delito; las instituciones, también las judiciales, en fin, tienen ideología, etc--.
Pero lo de la CUP tiene su miga. Abre posibilidades a lo inaudito. Lo inaudito es lo jamás transitado. Lo jamás transitado: que un Gobierno en la Península no cuele sus presupuestos. ¿Qué sucede después? Pues se abren dos posibilidades. Que el Govern busque apoyo en otro partido. Con lo que el Procés se va al garete. Y, con él, todos los partidos y cantautores que defienden que existe. El Procés, de hecho, ya está en el garete/no existe. CDC, posiblemente también ERC, buscan un sitio mono para matarlo. Por lo visto, el mejor sería algún tipo de consulta. Algo --que nadie se llame a engaño-- fácil, en una cultura política en la que los referéndums no sólo no son vinculantes, sino que los ganan los Gobiernos. Matarlo así, por fracasar en los presupuestos, sin ninguna propaganda al respecto, sin un buen guión, sería una tragedia escenográfica para los chicos JxS. Sobre el fracaso escenográfico: JxS ha entregado los presupuestos sin, por lo visto, haber asegurado su aprobación. Un error de 1o de P-3. Una imagen definitiva de lo que han hecho desde que son gobierno. Nada de P-4.
De hecho, parece ser que, una vez finalizados, por lo visto, los esfuerzos para conseguir apoyar los presupuestos --se han reunido varias veces, y nada--, los esfuerzos actuales no son tanto para conseguir su aprobación, sino para conseguir una trama dramática para que JxS no sean los culpables del fin de la legislatura, una legislatura que se presentó como la última legislatura autonómica. Un fin, en fin, tan abrupto y con tan poca substancia, que sería difícil de solucionar propagandísticamente.
Posteriormente a la sesión, de hecho, se empezó a improvisar una trama dramática. Puigdemont --un carácter diferenciado de Mas; Mas era más Sheldon Cooper; Puigdemont es más dicharachero, más Rajesh Koothrappali-- ha empezado su ofensiva contra la CUP. En plan rollo "si el Procés muere, será culpa de la CUP". Donde el-procés son los presupuestos, o el Govern de JxS. No hay otro Procés que estar vivo, vamos. El Presi también se reunió con el complejo armamentístico del Procés. La Assemblea Nacional de Catalunya, Òmmnium Cultural, y Associació de Municipis per la Independència --tres organizaciones gubernamentales; tres AVT; tres asociaciones que posibilitaron que CUP votara, en su día, a Puigdemont--, para iniciar la campaña por todo lo alto. Se trataría, supongo, de intentar que la CUP accede a un Momento CUP y vote los presupuestos. O, en caso contrario, que la CUP se coma el marrón, en tanto que "antisistema" y, por tanto, anticatalana, perroflauta e irresponsable en general.
Bueno. La semana que viene hay sesión especial para lo de los Presupuestos. Pinta que no, que no cuelan. Si la CUP no decide que votarlos sea fundamental para el establecimiento de un Estado, no colarán. Parece que no lo son. Pero por otra parte, Puigdemont tampoco parece ser una pieza fundamental para crear un Estado y lo votaron. Los caminos para crear un Estado son, en fin, inescrutables. En Catalunya. En el resto del mundo, un Estado se crea sustituyendo el poder del Estado anterior. Hay diversos mecanismos. En Catalunya no se ha probado ninguno. En eso consiste, de hecho, el Procés desde que se convirtió en política gubernamental.
Será divertido.
Síganlo en ésta, su pantalla amiga.
Semana pocha en el Parlament de Catalunya, en el que se respira esa sensación que se respiraba en Saigón una semana antes de que entrara el Vietcong. El Vietcong, como su nombre indica, no existe en Europa. El concepto Vietcong, por aquí abajo, no consiste en que entre alguien en una institución y te...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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