DATOS CTXT / LA MAGNITUD DE LA TRAGEDIA
5. Alicante: intentando romper la hegemonía popular-ladrillista
Se materializa el sorpasso con cierta holgura, aunque la solidez electoral del PP es pasmosa y hoy ganaría de nuevo las elecciones
Esteban Ordóñez / José Luis Marín 13/06/2016
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Por Alicante ha circulado durante muchos años una frase que ha servido de consuelo a la gente de izquierdas: “Alicante siempre ha sido roja”. Un eco de otros tiempos que se sigue susurrando como si fuera una verdad imperturbable a pesar de que las pruebas demoscópicas y electorales no la sustentan. Hoy, montados como estamos en la grupa del cambio y la revolución institucional, la izquierda (47,8%) no conseguiría superar en votos a la derecha (49,5%).
En Alicante se materializa el sorpasso con cierta holgura según las previsiones del sondeo de Jaime Miquel & Asociados. La confluencia ‘A la valenciana’ conseguiría hoy un 26,20% de los votos mientras que el PSOE notaría una ligerísima mejora respecto del 20-D y tocaría el 21,60%. Sin embargo, el PP se mantendría alejado de ambos con un 33,10%. C’s perdería unas cuantas décimas hasta quedarse en el 16,40%.
La solidez electoral del PP es pasmosa. Hoy ganaría las elecciones a pesar de que en 2015 perdiera más de 22 puntos: el segundo mayor batacazo electoral desde el hundimiento de UCD. El partido de centro perdió 30 puntos en los sufragios en el 82, y eso le supuso la muerte; al PP, la debacle le supone mantener la primera posición. C’s recoge parte del descontento, pero no todo. A pesar de la caída, los datos de la provincia de Alicante muestran cómo el rechazo de la ciudadanía a la corrupción no es tan radical. Un mono podría recorrer todo el mapa de Alicante de trama en trama y nunca necesitaría tocar el suelo. Y eso parece que nos ha hecho callo.
En dos ocasiones, la provincia levantina ha servido de vaticinio a los vuelcos electorales. En 1977, unos comicios antes del rodillo, el PSOE (39,38%) ya superó a UCD (37,47%) aunque empataron en número de escaños. Más tarde, la victoria del PP también se adelantó una legislatura. En 1993, los populares, gracias a una subida de 14 puntos, destronaron en votos y escaños al partido socialista, por entonces desgastado y podrido de corrupción a nivel nacional.
Hegemonía popular
Sin embargo, a partir de ahí, la hegemonía popular-ladrillista ha sido imbatible. La diferencia de votos y escaños en 2011 fue tal que casi podía dejarse de hablar de bipartidismo porque no había una ‘competición’ electoral real. El PP sumó el 55,21% de las papeletas, una cifra histórica que batía por segunda vez (la primera fue en 2000, apenas por unas décimas) aquel 54,14% que los de la rosa empuñada habían alcanzado en el 82. Mientras tanto, el PSOE quedaba a 28,24 puntos de diferencia. El golpe se materializó en escaños (PP:8; PSOE: 4). Nunca ha habido tanta diferencia entre la primera y la segunda fuerza en esta provincia valenciana.
El bipartidismo ha gozado de buena salud en Alicante. La mayoría del tiempo ha superado el 80% del mercado electoral y se coronó con más de un 93% en las elecciones de 2008. Incluso hoy, a pesar de la irrupción de la nueva política, se mantiene por encima del 50%. En escaños, la mayor acumulación de poder de los dos grandes se produjo de 2000 a 2011. En este intervalo se repartían las actas sólo entre ellos. Sin embargo, en el 20D la fractura fue brutal. En Alicante, el bipartidismo se rompió de tanto usarlo.
Vaticinio del sorpasso
De nuevo, en 2015, los resultados sirvieron de vaticinio de un cambio político. El sorpasso se adelantó una legislatura. A pesar de quedar empatados en número de escaños, con 3 cada uno, la confluencia de Podemos y Compromís (22,24%) ya superaba al PSOE (20,86%). El sondeo de Jaime Miquel & Asociados dice que hoy ‘A la valenciana’ consolidaría el adelantamiento con un 26,20%, una cifra algo superior a la suma de IU y Podemos-Compromís en los anteriores comicios. Resulta que 2+2 son más de 4.
La caída del PSOE ha sido constante desde el año 82. Sólo la llegada de Zapatero reanimó la trayectoria, aunque levemente. Si uno mira la línea en el gráfico, se ve claramente que el lento derrumbe no se cortó, sino que se pospuso.
Por último, Alicante no aportará mucho al desempate el 26J. Los giros porcentuales no afectarán a la repartición de escaños, que será exactamente la misma que en 2015 (PP: 4; UP: 3; PSOE: 3; C’s: 2). La única posibilidad de mover la tabla genera bastante incertidumbre: hay tantas posibilidades de reforzar el cambio como de entorpecerlo. El escaño tambaleante pertenece al PSOE. El PP le pisa los talones a una distancia de 0,89%: podría arrebatárselo si reúne 7.638 votos. A la caza de este asiento se apunta también la confluencia, sólo unas décimas por detrás de los populares, a 0,91%.
Por Alicante ha circulado durante muchos años una frase que ha servido de consuelo a la gente de izquierdas: “Alicante siempre ha sido roja”. Un eco de otros tiempos que se sigue susurrando como si fuera una verdad imperturbable a pesar de que las pruebas demoscópicas y electorales no la sustentan....
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