Las elecciones generales del 26 de junio han tenido dos resultados muy claros. El primero, la caída y el consiguiente mazazo de la confluencia de Unidos Podemos respecto a las elecciones del 20 de diciembre. El  segundo, la escalada del Partido Popular en feudos izquierdistas hasta la fecha cuasi inexpugnables.

En Madrid, todo parecía apuntar, tras las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015, que la tendencia estaba cambiando. La confluencia liderada por Manuela Carmena en la capital logró llegar a la alcaldía gracias a los más de 500.000 votos obtenidos en los comicios. La izquierda había ganado todo el sur de la ciudad. Fue algo histórico, y Ahora Madrid tomó los mandos de Cibeles gracias al apoyo del PSOE. Se convirtió en uno de emblemas de los ayuntamientos del cambio.

Llegó diciembre, y en las elecciones generales participó un 76,67% del censo madrileño, porcentaje notablemente superior al 68,86% de mayo. El cisma entre Podemos e Izquierda Unida después de la confluencia de Ahora Madrid supuso una victoria considerable del Partido Popular, con un 35,72% de los votos de la ciudad. Por detrás, lejos quedaba Podemos con un 20,82%. Izquierda Unida, convertida en Unidad Popular, obtuvo un 5,33% de los votos. A priori, la confluencia de Podemos y UP parecía lo más sensato para establecer una izquierda real y potente tanto en Madrid como en el resto de España y poder así desbancar al Partido Popular y sus políticas.

La fusión de Podemos y Unidad Popular se hizo efectiva el 13 de mayo, conformando una unión muy prometedora de cara a las elecciones de junio. Parecía el paso definitivo. Y las encuestas así lo pronosticaban a medida que se iba acercando la fecha de las segundas elecciones. Todo era optimismo hasta que sucedió lo inesperado. La confluencia perdió 1.100.000 votos en España y, lo que es más importante, la posibilidad de hacer frente al Partido Popular, que mejoró los resultados de las elecciones de diciembre.

Madrid, que se había convertido en uno de los símbolos del cambio en España, fue una de las mayores damnificadas en lo que a voto de izquierdas se refiere. Unidos Podemos perdió más de 100.000 votos sólo en la capital. Mientras, el Partido Socialista se dejó alrededor de 20.000. Y la abstención en la capital creció un 2,87%, unos 55.000 votos menos.

Si ponemos la lupa en todos y cada uno de los distritos de la capital, observamos que la participación fue inferior en todos respecto a las elecciones del 20D. Si bien la participación bajó únicamente entre 1 y 4 puntos porcentuales frente a los comicios de diciembre, fue una de las claves para que el partido morado perdiera votos.

El 26J el PP subió en Madrid capital un 4,45%, lo que se traduce en 50.497 electores.
De los 21 distritos de la ciudad, Unidos Podemos únicamente ganó en tres: Centro, Puente de Vallecas y Villa-Vallecas, los dos últimos, feudos de Pablo Iglesias. Mientras que los otros 18 se volvieron completamente azules. Significativo, puesto que en las elecciones de diciembre los distritos en los que no ganó el PP fueron seis: Centro, Puente de Vallecas, Usera, Villa-Vallecas, Vicálvaro y Villaverde. De estos seis, los cinco primeros fueron ganados por Podemos, mientras que Villaverde fue el único distrito ganado por el PSOE.

El sur de Madrid, que tan buenos resultados había dado en las elecciones municipales a la confluencia liderada por Manuela Carmena, perdió terreno en diciembre, y el 26J se tornó en tragedia. Los barrios obreros por antonomasia como Carabanchel, Usera y Villaverde, sucumbieron a las ideas liberales propuestas por el PP y abandonaron a sus vecinos vallecanos, que se han convertido en el único oasis podemita dentro del desierto que es la capital. En Carabanchel, la confluencia ha perdido 7.963 votos en tan solo seis meses. Un 5,09% de los votantes. En Usera, 4.457 electores no creyeron conveniente otorgar el voto a Unidos Podemos. De un 32,3% han pasado a un 26,7% de los electores del distrito. Mientras que en Villaverde la sangría fue de 4.957 votos, una pérdida de 5,4 puntos de los ciudadanos que acudieron a las urnas.
En Villa-Vallecas, pese a la victoria de Unidos Podemos, la confluencia también ha perdido votos, un total de 4.124 respecto a diciembre. Incluso en Puente de Vallecas el descenso es considerable: 8.466 votos han perdido Podemos y Unidad Popular. La victoria salió cara en un distrito en el que la abstención ha sido un 3.84% mayor que el 20D.

El centro y el norte de la ciudad, como ya viéramos en las elecciones municipales de mayo de 2015, es votante acérrimo del Partido Popular. En sus bastiones, donde la participación es más alta que en los barrios del sur, también ha caído la participación, pero de manera más tímida. Entre uno y tres puntos menos de afluencia a las urnas. Lo que no ha hecho que bajen sus electores. Por poner varios ejemplos, en el distrito de Retiro, con un 2,34% más de abstención que el 20D, el PP ha conseguido aumentar el número de votantes de 34.702 a 37.252. En el barrio de Salamanca, el partido liderado por Mariano Rajoy ha conseguido un 4,99% más de votos que en las pasadas elecciones, que se traduce en 3.375 electores más. En este mismo distrito Unidos Podemos ha perdido 3.470 votantes, que han preferido otros partidos o se han abstenido.

El futuro se vuelve incierto para Unidos Podemos en la capital. La confluencia ha sido totalmente inocua para sus votantes, puesto que ha perdido casi todo el tirón que tenía Unidad Popular en las pasadas elecciones. Eso, sumado a la abstención, ha dado cierto grado de oscuridad a zonas históricamente izquierdistas de la capital. El PP ha conseguido desbancar a las fuerzas del cambio en plazas donde pocos se esperaban la caída de los seguidores de Carmena. Lo que ha hecho aún más honda la crisis en determinados distritos. La izquierda madrileña tendrá que replantearse muchas cosas después de este 26J para poder asaltar los cielos de la capital, que ahora mismo siguen azules, sin nubes al acecho.