1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

TRIBUNA

Aznar duele todavía

El informe Chilcot debería provocar una comisión parlamentaria de investigación que permitiera llegar a una condena política, determinando si hubo o no una mentira consciente y estratégica sobre las razones del apoyo de España a aquella guerra

Miguel Pasquau Liaño 11/07/2016

<p>Barroso, Blair, Bush y Aznar, durante la Cumbre de las Azores. </p>

Barroso, Blair, Bush y Aznar, durante la Cumbre de las Azores. 

SSGT MICHELLE MICHAUD / WIKIMEDIA COMMONS

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

¿Todavía con lo de Aznar e Irak? Sí, todavía, porque igual que no basta con desarticular operativamente a la banda terrorista, sino que es necesaria su derrota moral, también es importante aprovechar buenas ocasiones para ajustar cuentas con la decisión más inmoral y desleal que un Gobierno español ha tomado desde la democracia. 

El informe Chilcot corrobora lo que ya no es posible poner en duda, y nos presta una de esas buenas oportunidades para recordar y hurgar en la herida que en aquellos días de 2003 nos dolió a unos, para que hoy avergüence a otros. ¿Cómo no volver, por ejemplo, al 13 de febrero de 2003?. Ese día Sáenz de Buruaga entrevistó a José María Aznar en Antena 3, con gran audiencia. En un momento de la entrevista que nadie que lo presenciara habrá olvidado, Aznar, mirando fijamente a la cámara, afirmó, literalmente:  "Puede usted estar seguro, y pueden estar seguras todas las personas que nos ven, de que les estoy diciendo la verdad: el régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva, tiene vínculos con grupos terroristas y ha demostrado a lo largo de la historia que es una amenaza para todos".

Sabemos ya, porque ya está escrito en la historia, que no se trató de una afirmación imprudente, sino de una mentira deliberada, que luego repitió ante el Congreso de los Diputados. Sabemos que la decisión estadounidense de hacer fuego sobre Irak, tomada en círculos poblados de halcones, dólares y petroleras, no fue un cálculo erróneo motivado por la prisa, sino una decisión fría y alevosa que buscaba un saldo positivo para sus patrocinadores. Sabemos también que Aznar comprometió el apoyo de España sin condicionarlo a que se obtuvieran o no los apoyos y autorizaciones de la comunidad internacional exigidos para darle legitimidad, y que los motivos de la intervención eran distintos de los que se esgrimieron ante la opinión pública.

Pero lo peor es que quienes decidieron y defendieron aquella agresión armada sabían que con ella estaban condenando a una muerte injusta a una muchedumbre de inocentes. Lo sabían, claro que sí, y se les dijo. Se les dijo desde parlamentos y embajadas, desde el propio Consejo de seguridad de la ONU, desde el Vaticano y desde la opinión pública en aquellas enérgicas manifestaciones. Esa era la parte del problema de la que no nos hablaban. Lo viví con angustia en aquellos días dramáticos previos a la invasión, y lo dejé escrito con estas palabras: “morirán madres, morirán niños de cuatro y seis años que ahora mismo están jugando o aprendiendo a leer, se romperán familias y biografías, piernas y troncos, los hospitales se quedarán sin suministro eléctrico, los jóvenes alimentarán un compromiso de venganza, quedarán heridos y deportados; una población tan inocente y con tanto derecho a vivir como nosotros, que ya es víctima del sátrapa a quien quieren castigar, sufrirá en sus carnes una abrumadora acometida militar llena de metralla y fuego, esa que duele y mata”.  Lo sabían.

Yo no llevaría a Aznar a un tribunal, porque es seguro que saldría absuelto. Si buscan en el Código Penal (arts. 581 y ss.) y tienen costumbre de leer textos penales comprenderán que es difícil encontrar algún precepto en el que pueda subsumirse la conducta de Aznar: España puede hoy declarar la guerra a Marruecos porque sí, para hacerse con sus costas y sus campos, y eso no sería delito si cumple formalmente con los “procedimientos constitucionales”, (art. 588), que son de carácter formal. La vulneración de la legalidad internacional en la declaración de guerra no está contemplada como delito en nuestro Código Penal. 

La condena que Aznar merece no es penal, sino política y moral. No me apunto a llamar a Aznar criminal de guerra o genocida, porque no lo es. A mí me importa más decir algo de lo que estoy seguro: que aquella fue la mayor infamia de nuestra historia democrática. Quisiera explicar en qué consiste, exactamente, para mí, esa infamia: consiste en que José María Aznar y su Gobierno asumieron, promovieron y difundieron un discurso que deliberadamente prescindía de la incómoda perspectiva de las víctimas, que le estropeaban el discurso. Lo perverso fue, justamente, el intento denodado y patético de dar una legitimidad moral y política a una matanza sobre la base de mentiras asumidas complacientemente. Aznar optó por el discurso de los despachos, de los intereses, del poder y del juego, en el que se sintió a gusto y reconocido por los círculos a los que pretendía agradar, pero para ello tuvo que ignorar a la opinión pública y a las víctimas. Había que engañar a la opinión pública y había que descontar a las víctimas. Sin ellas, sin las víctimas, podía envolverse y enredarse en los intereses de España, en la seguridad de Occidente, en la geoestrategia, en las ventajas de la asociación con Estados Unidos, en la influencia internacional y en Sadam Hussein, pero ahí está lo inequívocamente inmoral: convertir a los muertos (que finalmente fueron centenares de miles) en una variable contingente, colateral y secundaria a la hora de calcular el saldo previsible de una operación. Aznar optó por ser desleal con su país, engañándolo en un asunto grave, y cruel con las víctimas, ignorándolas para que no le estropeasen su momento de gloria y la imagen de estadista con la que quería ser recordado. Eso merece una comisión de investigación parlamentaria.

Es una obligación moral volver a sentir la vergüenza de la imagen de aquel “pronunciamiento militar” de las Azores, en el que Bush, Blair y Aznar, como unos coroneles golpistas, dieron un envalentonado y cutre ultimátum de veinticuatro horas a la ONU para que legitimase una decisión que había sido tomada hacía meses en determinados circuitos de poder no muy preocupados por la legalidad internacional. La justificación, lo recuerdo bien, fue idéntica a la de cualquier golpe de Estado: atacarían militarmente al margen de la oposición del Consejo de Seguridad, porque la ONU se había mostrado “ineficaz” e incompetente para responder adecuadamente a amenazas o desórdenes inadmisibles. Ahí estaban ellos para conseguir, con prontitud y eficacia, sacar la cuestión del laberinto de la ONU y darle la solución “adecuada”. Ahí estaban para “hacer lo que había que hacer”, compensando con su audacia la parálisis de la ONU. Y ahí estaba Aznar, convencido de que la opinión pública de su país acabaría comprendiendo que se había equivocado al no confiar en él y en su idea del papel que España tenía que jugar. Todavía duele.

Es necesario hurgar en la herida, sí, y no decir que de aquello ya pasó mucho tiempo. La publicación del informe Chilcot nos devuelve a todo aquello, y a mí me invita a recordar que nunca me sentí menos español que cuando nuestra ministra de Asuntos Exteriores defendió en el Consejo de Seguridad la oportunidad de la invasión, y que nunca me he sentido más español que aquel domingo en que el nuevo Presidente recién investido anunciaba la orden de la retirada. Si simbólica fue, como decían, la participación de España en aquélla guerra, simbólico fue el gran valor de la retirada. 

Nada de pasar página. Tenemos derecho a una restitución moral. El informe Chilcot debería provocar una comisión parlamentaria de investigación que permitiera llegar a una condena política, determinando si hubo o no una mentira consciente y estratégica sobre las razones del apoyo de España a aquella guerra, quiénes y cómo intervinieron en aquella decisión, qué intereses, contraprestaciones, negocios o favores se escondieron debajo de esa mentira.  No es agua pasada. La guerra injusta nunca es agua pasada. Y aquella infamia no ha prescrito, porque los daños físicos y morales que se causaron todavía duelen. Una reprobación expresa del expresidente Aznar no llegaría a destiempo. 

¿Todavía con lo de Aznar e Irak? Sí, todavía, porque igual que no basta con desarticular operativamente a la banda terrorista, sino que es necesaria su derrota moral, también es importante aprovechar buenas ocasiones para ajustar cuentas con la decisión más inmoral y desleal que un Gobierno español ha...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Miguel Pasquau Liaño

(Úbeda, 1959) Es magistrado, profesor de Derecho y novelista. Jurista de oficio y escritor por afición, ha firmado más de un centenar de artículos de prensa y es autor del blog "Es peligroso asomarse". http://www.migueldeesponera.blogspot.com/

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

10 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. pepa

    Tengo una alumna de 9 años que se propone, como aprendizaje para el curso que acaba de comenzar, investigar y saber las razones por las cuales hay paises que se alían con otros para acabar declarando la guerra a terceros paises. Se le ha ocurrido comenzar con la Segunda Guerra Mundial. Es tozuda y constante, o sea, que empezará por ahí. Si cuando acabe aún tiene ganas de investigar más, y me lo permite, le propondré la Guerra de Irak. Y le ofreceré este artículo. Gracias!

    Hace 5 años 6 meses

  2. elpoetadelaesquina

    Y no solo eso. Sino que sin duda con ello se argumento la causa de los postreros atentandos de los trenes de Atocha. No intento hacer causa con el dolor de las victimas, pero es de exigir una reflexión sobre el tema, la actuación de este señor en ello, fue deleznable. No solo por no reconocer errores, sino porque encima intento manipularlos culpando a E.T.A. E inventando la ya tristemente famosa teoria de la conspiración.

    Hace 7 años 3 meses

  3. Paco

    Bravo, recuerdo haber visto a nuestra ministra de exteriores en el canal de la ONU el día que el nefasto Collin Powell blandió el tubito con el veneno que según afirmaba era capaz de envenenarnos a todos y los croquis sobre los laboratorios móviles. Recuerdo los chillidos de la ministra, masiva, masiva, masiva ad infinitum, con la voz más aguda y chirriante del recinto. Tras ella el payaso ese de la pajarita y ahora experto diplomático de todos los foros de la derechona y de los ultras, diplomáticos y funcionarios todos salidos del franquismo, aunque esa sea otra historia. Ud. lo ha expresado muy bien, que horror ser español ese día, lo mismo que el gran orgullo que sentí de ser español ante la reacción que tuvimos todos saliendo a las plazas aun en los pueblos más pequeños el día de los atentados de Madrid. Todos esos personajes están ya marcados para siempre, por mucho que hoy naden en la abundancia y habiten en la torre de cristal de los poderosos su destino está marcado, serán recordados como la escoria de la humanidad.

    Hace 7 años 3 meses

  4. svalk

    yo recuerdo a todos los diputados populares aplaudiendo por minutos como poseidos, en medio del estupor general del resto de los grupos , cuando el infame aznar nos metio de hoz y coz en la gerra de agresion a irak.....(guerra por cierto que aun esperamos declare oficialmente "el campechano", tal cual manda la constitucion) yo recuerdo tambien cuando fueron portada las primeras fotos de "los daños colaterales" en concreto un abuelo con su nietecita cen brazos muerta los pies hechos pingajos de carne y la ministra del palacio pretendiendo hacer la contrapropaganda ante las protestas dijo literalmente : " ya la gasolina ha bajado unos centimos..." podria seguir ad nauseam citando ejemplos , porque no son solo sus dirigentes los execrables , ¿cuantos ppersonajes y ppersonajillos infames ppululan en ese partido?

    Hace 7 años 3 meses

  5. Ocarallo29

    Aznar sí es un criminal de guerra, sus manos al igual que las de Bush y Blair estan teñidas con la sangre de cientos de miles de victimas inocentes, niños mujeres y hombres.

    Hace 7 años 3 meses

  6. DS

    Mientras esté el ppsoe en el poder aquí no se mueve una paja. Ni GAL, ni Azores, ni memoria histórica, ni referendum de la monarquía, ni plurinacionalidad.... Razones de Estado lo llaman los políticos profesionales, y los demás a callar! Esa es la calidad de nuestra democracia doblemente vigilada: internamente por las fuerzas del régimen heredero del franquismo. Externamente por la UE_€ y la OTAN. Cualquiera se mueve! Lo que si es posible es una gran involución que, paradójicamente, echaríamos de menos lo poco que tenemos, de ahí el conformismo social imperante reforzado por la mass mierda y el miedo de ir a peor.

    Hace 7 años 3 meses

  7. womanwithframe

    Aznar es simplementeuno de los muchos indeseables que pueblan en este pais, posiblemente de los peores , y aun tiene el cinismo de defender lo mas ruin que ha podido hacer, que no ha sido poco. Vaya para el mi mayor desprecio y mi odio profundo, y día venga , que alguien pueda juzgarle y condenarle como se merece, como sus compañeros de aventura, aventura la cual, hoy sigue segando miles de vidas de irakies y sirios gracias a USA y aliados en la zona, de la mano del ISIS. Ellos crearon el caos con su invasión, que hoy sigue causando destrucción y muerte a raudales. Maldición eterna para el trío de las Azores y su palanganero Durao Barroso, último fichaje de Goldman Sachs.

    Hace 7 años 8 meses

  8. Fracana

    Muy Sr. Mio: No voy a entrar en disquisiciones legales de caracter nacional; evidentemente de eso sae usted bastante mas que yo. Pero y si se promueve una iniciativa legal ante un tribunal internacional o de otra nación, ¿que pasaría?. Me gustaría conocer su oppinión al respecto. ¿Quizá un Nuremberg 2?. Un saludo.

    Hace 7 años 8 meses

  9. Jesús Díaz Formoso

    Muy Señor mío, el ir a la guerra requiere de la voluntad Parlamentaria, no basta con la de un loco y sus secuaces. Los artículos 589 y siguientes del Código Penal (por ejemplo, el Artículo 595 - "El que, sin autorización legalmente concedida, levantare tropas en España para el servicio de una potencia extranjera, cualquiera que sea el objeto que se proponga o la Nación a la que intente hostilizar, será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años"; Y el más claro: Artículo 588 Código Penal: "Incurrirán en la pena de prisión de quince a veinte años los miembros del Gobierno que, sin cumplir con lo dispuesto en la Constitución, declararan la guerra o firmaran la paz") -no se asombre, Magistrado- tipifican delitos. OH! Sorprendente, el Código Penal tipifica Delitos. Lo que falla aquí, no es el Código Penal. SON LOS JUECES. La corrupción ES judicial; por acción, y más comúnmente, por Omisión. No es natural la dificultad de conseguir justicia contra el poderoso. No es natural, pero es ESTRUCTURAL. La estructura de impunidad de la corrupción.

    Hace 7 años 8 meses

  10. Jesús Díaz Formoso

    Muy Señor mío, el ir a la guerra requiere de la voluntad Parlamentaria, no basta con la de un loco y sus secuaces. Los artículos 589 y siguientes del Código Penal (por ejemplo, el Artículo 595 - "El que, sin autorización legalmente concedida, levantare tropas en España para el servicio de una potencia extranjera, cualquiera que sea el objeto que se proponga o la Nación a la que intente hostilizar, será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años") -no se asombre, Magistrado- tipifican delitos. OH! Sorprendente, el Código Penal tipifica Delitos. Lo que falla aquí, no es el Código Penal. SON LOS JUECES. La corrupción ES judicial; por acción, y más comúnmente, por Omisión. No es natural la dificultad de conseguir justicia contra el poderoso. No es naural, pero es ESTRUCTURAL. La estructura de impunidad de la corrupción.

    Hace 7 años 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí