“En una entrevista con Michael Hayden, exdirector dela CIAyla NSA, el presentador Joe Scarborough sacó una conversación que tuvo hace unos meses con un experto en temas de política exterior con el que se reunió Trump. No dijo quién era ni cuándo fue esa reunión. El objetivo era asesorar al candidato sobre esos asuntos. Si lo eligió la campaña y él aceptó, se supone que era alguien de ideas conservadoras y posiblemente que había tenido algún cargo en los dos mandatos de George Bush. Scarborough cuenta que en tres ocasiones Trump le preguntó por el uso de las armas nucleares: “En tres ocasiones, preguntó: si las tenemos, ¿por qué no podemos usarlas?”.

(Guerra eterna, blog de Íñigo Sáenz de Ugarte, eldiario.es, 3-8-2016)

“¿En qué se parecen Pablo Iglesias y Donald Trump?

“Coinciden en radicalidad, demagogia y efectismo porque saben que se dirigen a un público de desencantados e indignados.”

(ABC, 4-8-2016)

Radicalidad, demagogia, efectismo... El ABC parece conocer muy bien algunas de las características de los súper-villanos que pueblan las pesadillas del siglo XX. Un siglo pasado que no termina de acabarse, que aún colea: todos somos hijos del XX, para bien, para mal. El Mal. En Europa sabemos mucho del Mal con mayúscula, lo hemos creado y recreado, incluso adivinado. En 1933, Fritz Lang firmaba su última película alemana antes de huir de los nazis: “El testamento del doctor Mabuse”. El personaje creado por el escritor luxemburgués Norbert Jacques (1880-1954) y llevado al cine en tres películas del genio austriaco junto a su esposa Thea Von Harbou (afiliada después al régimen de Hitler) es un mito de la ficción europea, un referente ineludible para cualquier “malo” venidero, aun hoy magnético en su blanco y negro expresionista. Con su carisma, sus chantajes y sus poderes de persuasión –hipnosis, telepatía-, Mabuse anhela un poder total con el que destruir el mundo. Identificado con el Tercer Reich, pero también con la propaganda y el marketing modernos, representa la profecía autocumplida que tanto inquietaba a Fritz Lang: la aparición de Mabuse coincide con el ascenso de Adolf Hitler al poder. Y hablando de malvados: si Mabuse daba terror porque creaba las condiciones perfectas para extender el miedo, ¿es Trump un nuevo Mabuse? ¿De dónde ha salido esta amenaza? ¿Es realmente el millonario ultra nacionalista y ultra capitalista un anti-sistema o es la verdadera cara de ese sistema?

Ahora, apenas a tres meses de las elecciones en EE.UU, todos los medios parecen estar de acuerdo: no les gusta Trump. Tampoco Estados Unidos es Europa, PERO (la adversativa de moda: “todos estamos en contra de la corrupción, PERO...) no pueden resistirse a las identificaciones sabrosas, slurp.

 “Lo mismo pasa en Europa. También aquí estamos jugando con fuego. Con el fuego de la antipolítica y del populismo. Y donde ellos eligen a Trump, otros eligen a Pablo Iglesias, o a Marine Le Pen, o a Beppe Grillo. En esto estoy totalmente de acuerdo con Felipe González: ambos populismos son exactamente iguales, el populismo de derechas y el populismo de izquierdas. Y nefastos para las democracias. Y los europeos tenemos el mismo problema que los estadounidenses.” (Edurne Uriarte, ABC, 11-5-2016)

Pero (adversativa) a pasar de todo, España sigue siendo España y no EE.UU, donde ni siquiera comprenden algo comola Ley Mordaza.Los comentaristas y tertulianos -ese martillo pilón-, azuzan el miedo a las nuevas elecciones, a la “irresponsabilidad” y a la “ingobernabilidad” (de nuevo, aunque un poco más desfallecida). Además, ensalzan y alaban sin cuento a aquellos que una vez fueron sus grandes bichas: para la prensa de derechas (perdón por la obsolescencia, ya no hay derechas ni izquierdas) Zapatero, González, Rubalcaba y otras viejas glorias son ejemplos de "altura de miras", “generosidad”, "sentido de estado", "probada experiencia" y demás ditirambos. Los antaño “Mabuses” socialistas han sido elevados a los altares mediáticos del conservadurismo porque piden lo que piden todos; un gobierno YA (del PP), sin reflexión, que en estos tiempos no toca pensar: eso es un lujo de cuando las vacas gordas y el estado del bienestar (saqueado). La sensatez y el sentido común, imponen un gobierno del PP, por supuesto, y también de Rajoy el falsamente No-Deseado, pero Bien Soportado. Y si no, rompemos la baraja.

“Que se vayan todos”

“Difundir la idea, ante la enormidad de los retos que enfrenta nuestro país, de que disponemos de tiempo suficiente para “reflexionar” nos parece irresponsable y peligroso. Lo que la ciudadanía exige es unos líderes políticos que se arremanguen y negocien, día y noche si es necesario —¡qué clase de tomadura de pelo es esta de que nuestros líderes no pueden trabajar en fin de semana o días festivos!—, hasta lograr un acuerdo que dote a este país de un Gobierno que pueda tomar las decisiones que urgentemente necesitamos adoptar.” (Editorial de El País, 17-7-2016).

Deprisa, deprisa... Pues las siete plagas de Egipto se abaten sobre la ex-piel de toro si no hay gobierno. El PP –Unidad de Destino en lo Universal- está predestinado a gobernar con la aquiescencia de PSOE y por supuesto, de Ciudadanos. Y si no...  Aténganse a las consecuencias, dicen las voces hipnóticas, “mabusianas”.           

“Moody's advierte de que las "luchas políticas" ya están dañando a la economía española.” (El Mundo, 8-8-2016)

“Agencias de 'rating', cuatro décadas de irregularidades”

“El Gobierno de EEUU decidió el martes tomar una decisión histórica al acusar de fraude a la agencia de rating Standard&Poors por su papel en la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Un hecho loable que podría saldarse con el pago de una multa de hasta 5.000 millones de dólares. Sin embargo, las irregularidades de ésta y otras compañías del sector, como Moody's y Fitch Ratings, se acumulan a una larga lista que lleva engordando desde la década de los 70. Las voces de alarma han sido continuas. Incluso desdela Reserva Federal se advirtió en el verano de 2007 de que la credibilidad de las notas estaba "herida". (El Economista, 7-2-2013)

Lo importante es tener gobierno, el que sea. Aunque sea el del delincuente Doctor Mabuse, asesorado por ciertos instituciones y empresas, también señaladas con la letra “M”. La hipnosis se pone en marcha: exige olvido.

"Ya hemos pedido disculpas por esos casos (de corrupción)" Rafael Hernando (8-8-2016)

Hipnóticas son también las voces interesadas que esparcen una idea-concepto de gobierno que se ha vuelto neutra, cuando no neutral. Apolítica, incluso. "Normalidad democrática" lo llaman. Y entonces aparece un Trump: las grandes cabeceras que se mofaban del magnate histriónico -showman, payaso- igualándolo en populismo al demócrata Bernie Sanders, ahora miran su posible victoria (las encuestas dicen que es NO es posible, como en el Brexit) con recelo, cuando no pánico. “Se nos ha ido de las manos”.

“El FBI investiga la filtración de los emails del Partido Demócrata: WikiLeaks altera el arranque de la convención demócrata y propicia la dimisión de la presidenta del partido

Los correos evidencian que el partido quiso perjudicar la campaña de Bernie Sanders en favor de Hillary Clinton.” (El Mundo, 25-7-2016)

Pese a todo, hay voces discordantes: Obama, a quien parece irritar sobremanera el cuñadismo papanatas, atiza aquí una paliza dialéctica digna de verse al inane mexicano Peña Nieto, empeñado este en repartir acusaciones de populismo apuntándose a la moda del desprestigio barato. La respuesta de Barack, que deja a EPN para el arrastre -ni sabe como colocarse en el atril-, establece las claras diferencias entre populismo, cinismo, vacío retórico, demagogia y verdadero discurso político.

Estas “incendiarias” declaraciones han sido poco o nada recogidas por la prensa afín-fan del presidente de los EEUU: ¿quizá no coinciden del todo con sus líneas editoriales? Pues echemos un tupido velo sobre ellas: nosotros decidimos quien es populista, quien es un peligro, quien es antidemocrático, quien puede dedicarse a la política, quien es nuestra salvación, quien es honorable, quien debe ser presidente y quien no.

“Nosotros decidimos quién es ario”. (Joseph Goebbels a Fritz Lang al ofrecerle la dirección del cine alemán y responderle éste que su abuela era judía.)

En el testamento del Dr. Mabuse, el genio malvado se escondía detrás de una cortina para poder así llevar a cabo sus perversos fines con impunidad. Ese velo que le separaba de sus seguidores en realidad no le ocultaba: amplificaba su mensaje. La cortina era su verdadero rostro.