Rototom, mucho más que Reggae
Eduardo Gómez Cuadrado 23/08/2016
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Uno de los mayores festivales de reggae del mundo, y sin duda el más grande de Europa se celebra en España y lo organizan unos italianos. El Rototom Sunsplash es uno de esos festivales de música que se acaba convirtiendo en mucho más que eso. Es una declaración de principios y una propuesta cultural, que ha conseguido alambicar de manera magistral lo musical, lo social y lo político.
Creado en 1994 en la localidad italiana de Spilinbergo, pronto se convirtió en un referente para los seguidores de la música reggae y la cultura jamaicana en general. Año tras años fue ganando en asistentes, en artistas cada vez más internacionales y en entidades y asociaciones participantes.
En el año 2000, y dadas las dimensiones que estaba adquiriendo el evento, se traslada a la localidad italiana de Osoppo, y adquiere a grandes rasgos el formato que se mantiene en la actualidad. Se amplía la duración a nueve días y se complementan las actuaciones musicales con debates, talleres, seminarios y estands de asociaciones y ONGs.
La aprobación de la Ley Fini–Giovanardi obligó a los organizadores a sacar el festival de Italia en 2009. Esta ley equiparaba el trato judicial de las drogas “blandas” y las “duras” y suponía la posibilidad de que una persona acusada de vender hachís podía ser condenada a entre seis y veinte años de prisión. Este hecho, en un festival y una cultura asociada al mismo en el que la marihuana está omnipresente, hacía a los organizadores presagiar una caída importante de participantes. Tras la edición de 2009 decidieron en una votación a mano alzada trasladar el evento fuera de Italia. "Sientes como si te hubiesen echado a la calle de tu propia casa", comenta Manuela, una de las administradoras del evento. Además hubo que añadir que el propio director de festival, Filippo Giunta, fue acusado por la justicia italiana en ese contexto de promover y facilitar el consumo de marihuana en el festival, acusación de la que finalmente fue absuelto el año pasado. Giunta señaló tras la sentencia, que quería dejar claro que "el festival era una manifestación cultural que nada tiene que ver con el delito de promoción del consumo de marihuana del que se nos había acusado". La Ley Fini-Giovanardi fue declara inconstitucional en 2014 por la Corte Constitucional italiana.
Como consecuencia de todas esas vicisitudes, el Rototom desembarcó en la localidad castellonense de Benicàssim en 2010, donde este año ha vuelto a desarrollar su actividad desde el 13 hasta el 20 de agosto, en mismo recinto en el que se lleva a cabo el también famosísimo Festival Internacional de Benicasim (FIB).
Este año se han han superado todas las expectativas de años anteriores. Más de 250,000 personas de 80 países distintos han acudido a la llamada, que este año se organizaba bajo el lema Reggae for freedom. Pese a la gran afluencia de público, el Rototom es un evento tranquilo, incluso por momentos familiar. No en vano son numerosas las familias con hijos menores que se ven pasear por el recinto y acudir a las actividades organizadas durante la tarde para los niños. "Tenemos más jaleos con el FIB", nos dice Ángel, un policía municipal de la localidad.
La oferta musical de este año fue, como siempre, amplia y variada, abarcando desde Manu Chao, cuyo espectáculo consiguió colgar el cartel de “no hay entradas” por primera vez en la historia del festival, a Tiken Jah Fakoly, cantante marfileño exiliado en Mali, que ejecutó un concierto con una puesta en escena que consiguió transmitir toda la fuerza del reggae africano.
En los casi doscientos mil metros cuadrados que abarca el recinto, podemos encontrar de todo. Desde tiendas de ropa traída de la India, hasta puestos de venta de libros o de comida etíope. Aunque si de comer se trata, no puedes dejar de probar la 'pizza de los elfos'. 'Los elfos' son ya un clásico dentro del Rototom. Según nos cuenta Antonio, llevan acudiendo al festival casi desde su creación, donde desde entonces vende unas pizzas riquísimas y cuyos ingresos contribuyen a sostener la economía de la comuna en la que vive junto a otras 200 personas, en un pueblo de la región italiana de Toscana, donde subsisten con la agricultura y la ganadería. "El dinero que sacamos de aquí lo invertimos, en una buena parte, para la alimentación. Para comprar el trigo, para comprar el arroz… En general para los alimentos que nosotros no conseguimos producir o los producimos pero no en las cantidades suficientes que necesitamos", nos comenta.
Pero no solo de Reggae vive el 'rototonero'. También puedes escuchar toda la amplísima gama de géneros musicales jamaicanos y sus evoluciones, desde el Ska más clásico hasta el Dance Hall más elaborado, que se pinchan constantemente en las distintas casetas destinadas a cada genero musical.
Este año la zona de acampada se quedó sin plazas, el día que que actuó Damian 'Jr Gong' Marley, uno de los hijos menores del legendario Bob Marley. Aunque esa limitación de aforo no le afectó a Carla, joven madrileña que desde hace una semana se encuentra alojada en el Glamping, la zona más exclusiva del camping del recinto, y en el que se encuentran instaladas unas tiendas de campaña con forma de tipis indios y que cuentan ciertas comodidades que ya quisieran los sufridos festivaleros del camping general. "La verdad es que poder dormir en un colchón y estar en una tienda en la que puedes ponerte de pie dentro, o contar con espacio suficiente para tener ordenadas todas tus cosas, es una gran ventaja, y más si piensas estar toda la semana en el festival, que una tiene ya su edad", nos cuenta entre risas.
Además de lo musical, el Rototom pretende tener una importante dimensión social, y para ello a lo largo de toda la semana en el espacio del Foro Social tienen lugar charlas y debates sobre variados temas relacionados con los derechos humanos, la ecología o la economía. En todos estos años han pasado por el foro personas de la talla de la activista social y premio Nobel de la paz Rigoberta Menchú o el sociólogo y premio Príncipe de Asturias, Zygmunt Bauman.
Si entre concierto y charla aún te queda tiempo para algo, puedes pasarte por la zona de meditación, por el taller de danza africana de la playa o simplemente echarte una siesta en las hamacas de los árboles para recuperar fuerzas antes de seguir bailando.
El espíritu del festival ha estado impregnado siempre de los valores de paz, libertad y solidaridad que la cultura reggae supo alambicar de manera prodigiosa para donarla al mundo. El año que viene una nueva edición, esta vez dedicada al continente africano, desplegará todas sus buenas vibraciones por la localidad de Benicàssim.
Solo hemos encontrado una pega. En las pulseras que te ponían para permitir el acceso al recinto, la palabra reggae estaba mal escrita y en su lugar ponía 'reagge'. Una errata imperdonable teniendo en cuenta las dimensiones y repercusión del evento que nos ocupa. Por lo demás, sin duda un festival al que hay que ir al menos una vez en la vida si tienes una mínima querencia por la música jamaicana y sus aledaños.
Uno de los mayores festivales de reggae del mundo, y sin duda el más grande de Europa se celebra en España y lo organizan unos italianos. El Rototom Sunsplash es uno de esos festivales de música que se acaba convirtiendo en mucho más que eso. Es una declaración de principios y una...
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