ELECCIONES GALLEGAS
Y el Amazonas no desvió su curso
Lo de Galicia no fueron unos comicios, sino una operación de marketing
Xosé Manuel Pereiro A CORUÑA , 26/09/2016
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Hubo una vez un presidente de Galicia, hace tanto que era de UCD, que dijo que la derrota de su partido era tan imposible como que el río Amazonas cambiase su curso. El Amazonas siguió impertérrito su camino al Atlántico, pero en la orilla opuesta del océano, el partido que ganó las elecciones autonómicas fue Alianza Popular (ya les dije que la cosa pasó hace mucho), con un presidente que había sacado de un partido más o menos galleguista. En las elecciones de ayer tampoco cambió el curso del Amazonas, y Alberto Núñez Feijóo mantuvo la presidencia de la Xunta por segunda vez, y obtuvo su tercera mayoría absoluta, repitiendo los 41 escaños de los anteriores comicios. Pero estas elecciones eran las de resultado más previsible desde las generales de 2011. (“Como el resultado de un Barça-Monforte de Lemos”, dijo un contertulio de Gemma Nierga, un tanto hiperbólicamente, porque el Lemos, que es el equipo de mi ciudad, de vez en cuando tiene días, y estaba en 2º en el 36).
De hecho, más que unas elecciones, fueron una excelente operación de márketing. Durante toda la campaña, únicamente los sondeos y las alarmas del diario de referencia en Galicia alertaban de la posible pérdida de la mayoría absoluta. “Ganar es difícil, pero no imposible”, decía humildemente Feijóo, que entre las virtudes que atesora no está la modestia, o si la tiene, la oculta. “Estamos ante un reto enorme. No solo ganar, sino ser la única comunidad que tiene un gobierno con mayoría absoluta”, decía en su primera comparecencia la noche de autos el secretario general del PP de Galicia, Miguel Tellado, dando el pase de la muerte para que los resultados empujasen el balón, que ya estaba dentro.
Feijóo, como gestor es, siendo ecuánimes y en el mejor de los casos, aseadito
Aunque el récord ya estaba superado antes de iniciar la carrera, eso no le quita mérito. Alberto Núñez Feijóo, como gestor es, siendo ecuánimes y en el mejor de los casos, aseadito. Como candidato es enorme (o más que bueno, para que no crean que me subo al carro). Dos pequeños ejemplos. Uno: nadie suele poder planificar exactamente su paternidad, pero que aparezca la noticia en la estricta ventana de los quince días de la campaña tiene su aquel. Dos: Feijóo siempre tuvo alergia a tener que competir en los debates con dos partidos a la vez (PSOE y BNG) y en las anteriores, hizo un cara a cara con cada uno. En esta ocasión le interesaba resaltar que era él o el caos de un tripartito (PSOE, En Marea, BNG) y accedió, sumando extrañamente a Ciudadanos (quien crea que C’s tiene algo que pintar en unas autonómicas es un tertuliano cuya única relación con lo gallego es consumir bogavantes). Le salió mal el primero, en TVG, y faltó a los siguientes, consiguiendo incluso que TVE anulase el suyo. Nadie sacó a relucir lo de los cara a cara.
Claro que el partido no atraviesa su mejor momento en cuestión de imagen. Afortunadamente, eso es allá fuera. En Galicia, salvo lo de Baltar y aquello del barco (¿quién no ha tenido un amigo algo mangante en los años mozos?) tampoco ha habido grandes latrocinios, que se haya informado al menos. Y además, ¿quién necesita al partido si hay un candidato? La campaña vendía a un presidente y a Galicia, y el partido aparecía con el mismo cuerpo tipográfico que el pie de imprenta. El eslogan lo decía todo: “En Galicia si” (sin acento, en gallego). En Galicia, sí pueden votar al PP. Fuera, allá usted.
Como dice Homer Simpson, para que alguien mienta se necesita alguien que escuche. Ese desagradecido papel le tocó a la oposición, que lo desempeñó bastante fielmente. El rol del Moisés que ha de servir de guía en la travesía del desierto le correspondió a Luís Villares, un magistrado que dejó el Tribunal Superior aprovechando las vacaciones para pastorear (el símil con Moisés no es gratuito) a las distintas tribus de En Marea, a las que se sumó en la foto finish Podemos, gracias a la intervención in extremis de Pablo Iglesias y a unas prerrogativas en las primarias que los colocaron en los puestos de salida. Hasta el último momento, la vara de guía de opositores se la disputó el candidato socialista Xoaquín Fernández Leiceaga, un doctor en Economía que a estas horas precisará consultar a otro tipo de doctores por unos fuertes pinchazos en la espalda: las puñaladas de los sectores perjudicados en la confección de las listas. Nada nuevo bajo el sol de PSdeG.
La tercera oyente, Ana Pontón, una joven politóloga y veterana parlamentaria, ha sido la ganadora real de los debates, y la defensora de El Álamo del BNG, solo que en su caso no ha muerto defendiéndolo. Ha conseguido lo que ninguna encuesta vaticinaba: que los nacionalistas, aun perdiendo un escaño, conserven el grupo parlamentario. Feijóo tiene un conocimiento universal (es decir, que lo conoce prácticamente todo el mundo, no que sepa de todo), mientras estos tres candidatos son, o eran conocidos más o menos solo por uno de cada dos gallegos.
Han pintado el mada de azul. También pasa en las municipales, cuando los conservadores no gobiernan en ninguna ciudad
El PP, y los medios, han pintado el mapa de Galicia de azul. Y los medios lo compran y lo reproducen. En casi todos los ayuntamientos es el partido más votado. También pasa en las municipales, cuando después los conservadores no gobiernan en ninguna ciudad o villa. El esquema del bipartidismo no funciona en Galicia, donde nunca ha existido, o ha existido en forma derecha/dos izquierdas (ahora tres), de la misma forma que no existe bipartidismo sindical, sino tripartidismo. En azul está, por ejemplo, Cangas: 4.942 votos PP, por 4.913 de Marea, 1.543 de PSOE y 1.514 de BNG.
Todo esto son matices, aunque sin tocar los límites de Fraga, que llegó a superar el 50%, el caso es que el PP ha sumado 15.000 votos y dos puntos en porcentaje a su victoria de 2012. Al fin y al cabo, si un candidato tan calamitoso, rodeado de escándalos de nivel 15 en la escala Richter y con una gestión tan desastrosa como Mariano Rajoy se mantiene como el más votado e incluso ha subido el 26J, ¿por qué no va a ganar Feijóo?
Hubo una vez un presidente de Galicia, hace tanto que era de UCD, que dijo que la derrota de su partido era tan imposible como que el río Amazonas cambiase su curso. El Amazonas siguió impertérrito su camino al Atlántico, pero en la orilla opuesta del océano, el partido que ganó las elecciones autonómicas fue...
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Xosé Manuel Pereiro
Es periodista y codirector de 'Luzes'. Tiene una banda de rock y ha publicado los libros 'Si, home si', 'Prestige. Tal como fuimos' y 'Diario de un repugnante'. Favores por los que se anticipan gracias
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