TRIBUNA
Seamos serios, luchemos contra el cambio climático
Hay que abrazar sin rodeos las energías renovables, cambiar nuestra alimentación, aliviar la deuda externa e invertir recursos en la mitigación de los efectos en los países más vulnerables
Miquel Carrillo 23/11/2016
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
---------------------------------
CTXT necesita la ayuda de sus lectores para seguir siendo un medio radicalmente libre e independiente. ¿Nos echas un cable?
---------------------------------
A menudo, las ONG distinguimos entre lo que es la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria, ante situaciones de emergencia, para explicar nuestro trabajo. Solemos intentar centrarnos en el desarrollo, que es siempre un proceso lento y que, bien hecho, debe buscar atacar las causas que generan las desigualdades y las injusticias que hay detrás de la pobreza.
A veces, cada vez con más frecuencia, llega un desastre natural, y muchas organizaciones dejan de lado el desarrollo y se ponen a salvar vidas. Los tifones y terremotos, si no se ha dado cuenta todavía, suelen ser más letales allí donde la pobreza está más arraigada: lo que provoca algo también deja los territorios y las poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad ante estos episodios, razón por la cual no es lo mismo que un huracán pase por Cuba o por Haití, estando un país enfrente del otro.
La inacción de nuestra sociedad nos llevará a una situación permanente de crisis humanitaria durante los próximos años
Aceptando que el cambio climático es un desastre natural, aunque en realidad tiene mucho de humano pese a las reticencias de gente como Rajoy y Trump, la inacción de nuestra sociedad y la propia inercia que el fenómeno tiene nos llevarán a una situación permanente de crisis humanitaria durante los próximos años. El cambio climático no va de perder unos metros de playa más o menos, sino de ver cómo la gente del continente africano se verá obligada a llegar a lo que quede de esas playas, expulsada por una situación sistémica catastrófica en sus países. Por si fuera poco, cada vez más gente estará afectada, porque las alteraciones climáticas serán más severas en las zonas del mundo donde las perspectivas de crecimiento demográfico son más elevadas: a modo de ejemplo, en 2050 Nigeria tendrá más población que EE.UU. y en 2100 el conjunto del continente africano habrá aumentado en más de 3.000 millones de personas su población, cuando ahora tiene mil millones solamente.
En conjunto, un cóctel explosivo en países que probablemente se hayan quedado sin infraestructuras o suelos fértiles, anegados no por el agua sino por las deudas de una economía impracticable e incapaz de generar empleo y riqueza para la mayoría, probablemente entonces ya en manos de terceros, vía el acaparamiento de sus tierras y recursos naturales. Cuando llegue ese momento estaremos sacando agua de un barco tocado de muerte y el desarrollo será un recuerdo de un pasado donde parecía que seríamos la generación destinada a acabar con el hambre y la pobreza.
Lo que es realmente serio es el futuro que tenemos delante de nuestras narices
Hace gracia cuando los partidos que nos han venido gobernando los últimos años se autodenominan como serios, ante pretendidas posiciones utópicas o alarmistas de la sociedad civil. Lo que es realmente serio es el futuro que tenemos delante de nuestras narices y totalmente utópico esperar que todo se arregle por generación espontánea, manteniendo el statu quo del sistema económico y de los intereses creados que realmente nos gobiernan.
Hay que abrazar sin rodeos las energías renovables, cambiar nuestra alimentación carnívora, aliviar la deuda externa y muchas otras medidas, además de invertir recursos en la mitigación de los efectos en los países más vulnerables. Nuestro presidente ha estado la semana pasada en la cumbre del cambio climático, más para guardar las apariencias que por convicción; el electo estadounidense, no. En Marrakech se ha empezado a poner en marcha el Acuerdo de París, mientras el gobierno justo se ha apresurado a enviarlo al Congreso para su aprobación ante el más que evidente ridículo internacional, aunque ha dificultado hasta el último minuto asistir a sus miembros a la cumbre a los pies del Atlas.
La tragedia que hoy presenciamos en Melilla en poco tiempo nos parecerá poco más que una yinkana
Esto es verdad y alguien no quiere enterarse de que, de seguir así, la tragedia que hoy presenciamos entre los alambres de Melilla en poco tiempo nos parecerá poco más que una yinkana. No sé si necesitábamos un gobierno para aprobar disciplinadamente los nuevos recortes que nos exige Europa, pero estoy seguro de que era imprescindible para hacer los deberes pendientes y acumulados con creces durante la última legislatura en materia de cambio climático, empezando por terminar con el impuesto al sol.
O nos tomamos muy en serio la tormenta que se vislumbra en el horizonte, o cuando la tengamos encima no tendremos ningún margen de maniobra ni suficientes vallas para detenerla.
-------------
Miquel Carrillo (@MiquelCarr) es presidente de la Federación española de Ingeniería sin Fronteras, Ingeniero Químico IQS, miembro del Consell Català de Foment de la Pau y consultor en cooperación al desarrollo.
---------------------------------
CTXT necesita la ayuda de sus lectores para seguir siendo un medio radicalmente libre e independiente. ¿Nos echas un cable?
Autor >
Miquel Carrillo
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí