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TRIBUNA/ LA DICTADURA MEDIÁTICA EN LA ERA DE LA POSVERDAD

Fidel Castro y la represión contra los intelectuales

Ignacio Ramonet 9/12/2016

<p>El director de Le Monde Diplomatique Ignacio Ramonet junto a Fidel Castro en una de sus numerosas entrevistas</p>

El director de Le Monde Diplomatique Ignacio Ramonet junto a Fidel Castro en una de sus numerosas entrevistas

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La muerte de Fidel Castro ha dado lugar --en algunos grandes medios occidentales--  a la difusión de cantidad de infamias contra el Comandante cubano. Eso me ha dolido. Sabido es que lo conocí bien. Y he decidido por tanto aportar mi testimonio personal. Un intelectual coherente debe denunciar las injusticias. Empezando por las de su propio país.

Cuando la uniformidad mediática aplasta toda diversidad, censura cualquier expresión divergente y sanciona a los autores disidentes es natural, efectivamente, que hablemos de ‘’represión’. ¿Cómo calificar de otro modo un sistema que amordaza la libertad de expresión y reprime las voces diferentes? Un sistema que no acepta la contradicción por muy argumentada que sea. Un sistema que establece una ’verdad oficial’ y no tolera la transgresión. Semejante sistema tiene un nombre, se llama: ‘tiranía’ o ‘dictadura’. No hay discusión. Como muchos otros, yo viví en carne propia los azotes de ese sistema... en España y en Francia. Es lo que quiero contar.

Cuando publiqué en España el libro con Fidel, escribía regularmente en el diario El País y dejaron de publicarme y me sancionaron

La represión contra mi persona empezó en 2006, cuando publiqué en España mi libro Fidel Castro. Biografía a dos voces --o Cien horas con Fidel-- (Edit. Debate, Barcelona), fruto de cinco años de documentación y de trabajo, y de centenares de horas de conversaciones con el líder de la revolución cubana. Inmediatamente fui atacado. Y comenzó la represión. Por ejemplo, el diario El País (Madrid), en el que hasta entonces yo escribía regularmente en sus páginas de opinión, me sancionó. Cesó de publicarme. Sin ofrecerme explicación alguna. Y no sólo eso, sino que –en la mejor tradición estalinista-- mi nombre desapareció de sus páginas. Borrado. No se volvió a reseñar un libro mío, ni se hizo nunca más mención alguna de actividad intelectual mía. Nada. Suprimido. Censurado. Un historiador del futuro que buscase mi nombre en las columnas del diario El País deduciría que fallecí hace una década...

Lo mismo en La Voz de Galicia », diario en el que yo escribía también, desde hacía años, una columna semanal titulada ‘Res Publica’. A raíz de la edición de mi libro sobre Fidel Castro, y sin tampoco la mínima excusa, me reprimieron. Dejaron de publicar mis crónicas. De la noche a la mañana: censura total. Al igual que en El País, ninguneo absoluto. Tratamiento de apestado. Jamás, a partir de entonces, la mínima alusión a cualquier actividad mía.

Como en toda dictadura ideológica, la mejor manera de ejecutar a un intelectual consiste en hacerle ‘desaparecer’ del espacio mediático para ‘matarlo’ simbólicamente. Hitler lo hizo. Stalin lo hizo. Franco lo hizo. Los diarios El País  y  La Voz de Galicia lo hicieron conmigo.

En Francia me ocurrió otro tanto. En cuanto las editoriales Fayard y Galilée editaron mi libro Fidel Castro. Biographie à deux voix  en 2007, la represión se abatió de inmediato contra mí.

En la radio pública France Culture, me dijeron : “Es imposible que usted, amigo de un tirano, siga expresándose en nuestras ondas”

En la radio pública France Culture, yo animaba un programa semanal, los sábados por la mañana, consagrado a la política internacional. Al publicarse mi libro sobre Fidel Castro y al comenzar los medios dominantes a atacarme violentamente, la directora de la emisora me convocó en su despacho y, sin demasiados rodeos, me dijo : “Es imposible que usted, amigo de un tirano, siga expresándose en nuestras ondas”.  Traté de argumentar. No hubo manera. Las puertas de los estudios se cerraron por siempre para mí. Ahí también se me amordazó. Se silenció una voz que desentonaba en el coro del unanimismo anticubano.

En la Universidad Paris-VII, yo llevaba 35 años enseñando la teoría de la comunicación audiovisual. Cuando empezó a difundirse mi libro y la campaña mediática contra mí, un colega me advirtió: “¡Ojo! Algunos responsables andan diciendo que no se puede tolerar que ‘el amigo de un dictador’ dé clases en nuestra facultad... “. Pronto empezaron a circular por los pasillos octavillas anónimas contra Fidel Castro y reclamando mi expulsión de la universidad. Al poco tiempo, se me informó oficialmente de que mi contrato no sería renovado... En nombre de la libertad de expresión se me negó el derecho de expresión.

Yo dirigía en aquel momento, en París, el mensual Le Monde diplomatique, perteneciente al mismo grupo editorial del conocido diario Le Monde. Y, por razones históricas, yo pertenecía a la Sociedad de Redactores de ese diario aunque ya no escribía en sus columnas. Esta Sociedad era entonces muy importante en el organigrama de la empresa por su condición de accionista principal, porque en su seno se elegía al director del diario y porque velaba por el respeto de la deontología profesional.

En virtud de esta responsabilidad precisamente, unos días después de la difusión de mi biografía de Fidel Castro en librerías, y después de que varios medios importantes (entre ellos el diario Libération) empezaran a atacarme, el presidente de la Sociedad de Redactores me llamó para transmitirme la “extrema emoción” que, según él, reinaba en el seno de la Sociedad de Redactores por la publicación del libro. “¿Lo has leído?”, le pregunté. “No, pero no importa  --me contestó--, es una cuestión de ética, de deontología. Un periodista del grupo Le Monde no puede entrevistar a un dictador”.  Le cité de memoria una lista de una docena de auténticos autócratas de África y de otros continentes a los que el diario había concedido complacientemente la palabra durante décadas. “No es lo mismo --me dijo--. Precisamente te llamo por eso: los miembros de la Sociedad de Redactores quieren que vengas y nos des una explicación”. “¿Me queréis hacer un juicio? Un ‘proceso de Moscú’? Una ‘purga’ por desviacionismo ideológico? Pues vais a tener que asumir vuestra función de inquisidores y de policías políticos, y llevarme a la fuerza ante vuestro tribunal”. No se atrevieron.

No fui encarcelado, ni torturado, ni fusilado; pero fui represaliado simbólicamente

No me puedo quejar; no fui encarcelado, ni torturado, ni fusilado como les ocurrió a tantos periodistas e intelectuales bajo el nazismo, el estalinismo o el franquismo. Pero fui represaliado simbólicamente. Igual que en El País o en  La Voz, me ‘desaparecieron’ de las columnas del diario Le Monde. O sólo me citaban para lincharme.

Mi caso no es único. Conozco --en Francia, en España, en otros países europeos-- a muchos intelectuales y periodistas condenados al silencio, a la ‘invisibilidad’ y a la marginalidad por no pensar como el coro feroz de los medios dominantes, por rechazar el ‘dogmatismo anticastrista obligatorio’. Durante decenios, el propio Noam Chomsky, en Estados Unidos,  país de la caza de brujas, fue condenado al ostracismo por los grandes medios que le prohibieron el acceso a las columnas de los diarios más influyentes y a las antenas de las principales emisoras de radio y televisión.

Esto no ocurrió hace cincuenta años en una lejana dictadura polvorienta. Está pasando ahora, en nuestras ‘democracias mediáticas’. Yo lo sigo padeciendo en este momento. Por haber hecho simplemente mi trabajo de periodista, y haberle dado la palabra a Fidel Castro. ¿No se le da acaso, en un juicio, la palabra al acusado? ¿Por qué no se acepta la versión del dirigente cubano a quien los grandes medios dominantes juzgan y acusan en permanencia?

¿Acaso la tolerancia no es la base misma de la democracia? Voltaire definía la tolerancia de la manera siguiente : “No estoy en absoluto de acuerdo con lo que usted afirma, pero lucharía hasta la muerte para que tenga usted el derecho de expresarse”. La dictadura mediática, en la era de la posverdad, ignora este elemental principio.

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  1. Juan Pablo Moreno

    "Cuando la uniformidad mediática aplasta toda diversidad, censura cualquier expresión divergente y sanciona a los autores disidentes es natural, efectivamente, que hablemos de ‘’represión’. ¿Cómo calificar de otro modo un sistema que amordaza la libertad de expresión y reprime las voces diferentes? Un sistema que no acepta la contradicción por muy argumentada que sea. Un sistema que establece una ’verdad oficial’ y no tolera la transgresión. Semejante sistema tiene un nombre, se llama: ‘tiranía’ o ‘dictadura’." Después de leer este párrafo del artículo, pensé que Ramonet se refería al régimen castrista......También parece una buena introducción para referirse al "caso Padilla" sobre el que sería bueno que Ramonet hablara alguna vez, ya que le preocupa tanto la represión de los intelectuales y la "dictadura mediática".

    Hace 5 años 3 meses

  2. Alberto Ramirez

    Una pena que un medio supuestamente libre ejerza la censura.

    Hace 6 años 11 meses

  3. Alberto Ramirez

    Que linda se ve la dictadura cubana desde Europa!! Ramonet va a Cuba, donde lo tratan como VIP, se reune con el comandante, escucha todos sus cuentos, y le deja pasar todas las justificaciones a sus abusos de poder de mas de 5 decadas. Ramonet pertenece a ese grupusculo de intelectuales de izquierda enamorados del regimen cubano, al que jamas criticaron y al que consintieron todos sus barbaridades en nombre de una falsa revolucion. Esos intelectuales que defienden la dictadura cubana desde Europa no habrian durado un mes viviendo bajo los esquemas estrictos de la ideologia marxista tropical y la ferrea censura dogmatica del regimen. La tolerancia que piden para ellos en el resto del mundo la ignoran dentro de Cuba. Quisiera ver a Ramonet en Cuba, viviendo como un intelectual consecuente con lo que predica, comiendo la magra racion de la libreta, ganando un salario insuficiente y pagando precios de usura al regimen monopolico. Cuanto duraria Ramonet viviendo como un cubano de a pie? Pero no, Ramonet defiende la dictadura desde la comodidad de su casa en el capitalismo, donde disfruta de su vida burguesa gracias a los euros y dolares que cobra por escribir cuentos para incautos. Ramonet, deja de quejarte tanto de que los medios malos del capitalismo no te publican, y vete a Cuba a disfrutar el socialismo luminoso que defiendes desde lejos. Estoy seguro de que Granma te contrata en el acto. Se consecuente, deja de ser un hipocrita.

    Hace 6 años 11 meses

  4. Alberto Ramirez

    Que linda se ve la dictadura cubana desde Europa!! Ramonet va a Cuba, donde lo tratan como VIP, se reune con el comandante, escucha todos sus cuentos, y le deja pasar todas las justificaciones a sus abusos de poder de mas de 5 decadas. Ramonet pertenece a ese grupusculo de intelectuales de izquierda enamorados del regimen cubano, al que jamas criticaron y al que consintieron todos sus barbaridades en nombre de una falsa revolucion. Esos intelectuales que defienden la dictadura cubana desde Europa no habrian durado un mes viviendo bajo los esquemas estrictos de la ideologia marxista tropical y la ferrea censura dogmatica del regimen. La tolerancia que piden para ellos en el resto del mundo la ignoran dentro de Cuba. Quisiera ver a Ramonet en Cuba, viviendo como un intelectual consecuente con lo que predica, comiendo la magra racion de la libreta, ganando un salario insuficiente y pagando precios de usura al regimen monopolico. Cuanto duraria Ramonet viviendo como un cubano de a pie? Pero no, Ramonet defiende la dictadura desde la comodidad de su casa en el capitalismo, donde disfruta de su vida burguesa gracias a los euros y dolares que cobra por escribir cuentos para incautos. Ramonet, deja de quejarte tanto de que los medios malos del capitalismo no te publican, y vete a Cuba a disfrutar el socialismo luminoso que defiendes desde lejos. Estoy seguro de que Granma te contrata en el acto. Se consecuente Ramonet, deja de ser un hipocrita.

    Hace 6 años 11 meses

  5. Alberto Ramirez

    Que linda se ve la dictadura cubana desde Europa!! Ramonet va a Cuba, donde lo tratan como VIP, se reune con el comandante, escucha todos sus cuentos, y le deja pasar todas las justificaciones a sus abusos de poder de mas de 5 decadas. Ramonet pertenece a ese grupusculo de intelectuales de izquierda enamorados del regimen cubano, al que jamas criticaron y al que consintieron todos sus barbaridades en nombre de una falsa revolucion. Esos intelectuales que defienden la dictadura cubana desde Europa no habrian durado un mes viviendo bajo los esquemas estrictos de la ideologia marxista tropical y la ferrea censura dogmatica del regimen. La tolerancia que piden para ellos en el resto del mundo la ignoran dentro de Cuba. Quisiera ver a Ramonet en Cuba, viviendo como un intelectual consecuente con lo que predica, comiendo la magra racion de la libreta, ganando un salario insuficiente y pagando precios de usura al regimen monopolico. Cuanto duraria Ramonet viviendo como un cubano de a pie? Pero no, Ramonet defiende la dictadura desde la comodidad de su casa en el capitalismo, donde disfruta de su vida burguesa gracias a los euros y dolares que cobra por escribir cuentos para incautos. Ramonet, deja de quejarte tanto de que los medios malos del capitalismo no te publican, y vete a Cuba a disfrutar el socialismo luminoso que defiendes desde lejos. Estoy seguro de que Granma te contrata en el acto. Se consecuente Ramonet, deja de ser un hipocrita.

    Hace 6 años 11 meses

  6. Jose Gallardo

    El señor Ramonet se ha movido con absoluta libertad, a pesar de lo qué dice con respecto a qué le reprimierón por ser intelectual, por donde quiso. Circula entre España, Francia y/o donde le dá la real gana. Diciendo y escribiendo lo qué le da la real gana. Con la mano en el pecho, contestamé una sola pregunta, Ramonet: ¿ Si fueras el más grande intelectual de Cuba, pero, también fueras: cubano de nacimiento, no miembro del PC Cubano y disidente; ¿Castro te hubiera dejado qué le critiques, que te movieras de Cuba, qué te fueras a vivir donde hubieras querido y por el tiempo que hubieras querido? ¡¡¡NO!!! RAMONET, LOS CASTRO LE HAN DADO 15 AÑOS DE PRISIÓN A UN CUBANO POR ENCONTRARLE CON LA CARTA DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LA UNESCO.

    Hace 6 años 11 meses

  7. AHP

    Para Esen, del primer comentario, y a los que coinciden con él: En el segundo párrafo tenéis una explicación del autor del artículo, adjunto el final: "Como muchos otros, yo viví en carne propia los azotes de ese sistema... en España y en Francia. Es lo que quiero contar." España y Francia, no Cuba. No está comparando. Está exponiendo su situación. Nada más que añadir, Señorías.

    Hace 7 años 4 meses

  8. Javier RP

    "Por haber hecho simplemente mi trabajo de periodista, y haberle dado la palabra a Fidel Castro". Es notorio que el Sr. Ramonet no se limita a "dar la palabra" a Castro: en varias ocasiones ha manifestado su simpatía personal por él y el trato que el Sr. Ramonet le prodiga en sus escritos es claramente parcial y escasamente crítico. Está en su derecho. También están en su derecho de prescindir de sus servicios las empresas privadas que le pagan.

    Hace 7 años 4 meses

  9. José Juan Picos

    La dichosa frase, "No estoy de acuerdo con lo que usted dice...", no es de Voltaire, es de la británica Evelyn Beatrice Halla, que la usa en su obra "Los amigos de Voltaire", de 1906.

    Hace 7 años 4 meses

  10. Jesús Díaz Formoso

    " Y no sólo eso, sino que –en la mejor tradición estalinista-- mi nombre desapareció de sus páginas. Borrado. No se volvió a reseñar un libro mío, ni se hizo nunca más mención alguna de actividad intelectual mía. Nada. Suprimido. Censurado. Un historiador del futuro que buscase mi nombre en las columnas del diario El País deduciría que fallecí hace una década...". Don Ramonet, lo entiendo bien; a mi me pasó lo mismo en Rebelión por criticar al Central Circle Podemita. Borrado. Desde entonces lucho por la Liberta de Expresión DE TODOS (no de la mía).

    Hace 7 años 4 meses

  11. Miguel A. Nieto

    Ramonet siguió publicando en El País hasta septiembre de 2008. Sus artículos están disponibles en el archivo de El País por autores: http://elpais.com/autor/ignacio_ramonet/a

    Hace 7 años 4 meses

  12. pedro

    "el diario El País (Madrid), en el que hasta entonces yo escribía regularmente en sus páginas de opinión, me sancionó". Es muy facil de comprobar, se escribe el nombre del autor y ya. Y lo que se ve es que hasta 2006 no publicaba regularmente, el ultimo articulo era de hacia 4 años y habia escrito cinco o seis en 20 años. Lo que se ve es que el mismo Ramonet hace en el Pais una recensión del libro que segun él provoca que le censuren y que a partir de entonces, ahora sí, escribe con regularidad en el Pais durante dos años y medio. Ver http://elpais.com/diario/2006/04/02/internacional/1143928804_850215.html y http://elpais.com/autor/ignacio_ramonet/a

    Hace 7 años 4 meses

  13. Pepore

    Toda la razón al primer comentario. Es una vergüenza comparar la situación personal del sr. Ramonet con lo que han sufrido periodistas y disidentes cubanos. Si cambiásemos el texto y en lugar de Castro pusiéramos Hitler no sonaría igual, ¿verdad? Ya no habría tanta sorpresa en que medios de comunicación decidieran silenciar a una persona que hiciera apología de ese pensamiento.

    Hace 7 años 4 meses

  14. Esen

    Es tan obvio el comentario, que me da hasta vergüenza ser el primer y único comentarista. Tiene Ud toda la razón en su critica a todos esos medios y paises en lo que ha sido vetado. Pero habría que preguntar a los muchos que han padecido veto y cosas peores en la Cuba de los Castro. Cosa que seguro Ud no ignora, y que valorará en su fuero interno, ya que aquí no lo menciona.

    Hace 7 años 4 meses

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