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No está nada claro cuál es la naturaleza de la “listas de lo mejor del año”: si una fase temprana de la canonización, una moda navideña o una fotografía del rostro (actual o deseado) de quien las confecciona. En cualquier caso, ahora que falta todavía un tiempo para elaborar las listas del año en curso, quizás sea un buen momento para digerir algunos consejos. 

 1. Una lista con lo bueno del año siempre será mejor que una lista con los mejores del año.

2. Procura que la lista sea un umbral y no un límite de comprensión.

3. Una lista debería ser seductora: esquiva las obviedades, son entidades vampíricas, nunca trabajarán a tu favor.

4. El orden es una estrategia decisiva de seducción: evita el criterio cronológico, ni se te ocurra recurrir al alfabético.

5. Sé ambicioso: imagina que hay manifestaciones de la sensibilidad humana para las que no se escriben notas de prensa.

6. Si no logras entusiasmarte, finge fanatismo.

7. Nunca cites a un amigo. Se sabrá y deslegitimará la lista. La gente está en contra de la amistad (¡no digamos ya contra el amor!). Si pese a todas las precauciones te ves obligado (por sentido de la responsabilidad, por un prurito de justicia) a ir contra este punto, aplica con todas tus fuerzas el anterior.

8. No intentes ser equidistante: para eso ya está la prensa cultural.

9. No hagas la lista demasiado larga. Concentra tus esfuerzos. Violenta tus gustos, trátalos como juicios, oblígalos a jerarquizarse hasta donde sea posible. 

10. No tengas miedo a quedar mal contigo mismo.

11. Recuerda que el capricho y la arbitrariedad pueden ser prefiguraciones de un rigor y de una exigencia desconocidos.

12. Una lista es un acto crítico. Despreocúpate del disgusto que pueda ocasionar entre los excluidos. Si no difunde algo de dolor probablemente no sea un gesto crítico.

13. No hay ninguna necesidad de elaborar una lista. Cuando te sientas abrumado por la crudeza de esta verdad, regresa al punto 5. 

Este artículo es el resultado de una convocatoria digital para acopiar consejos sobre listas. El Colectivo Crusoe está formado, por tanto, por internautas que no tienen por qué conocerse y que participan libremente en una convocatoria de resultados difusos (al menos hasta hoy). Puede considerarse como una tentativa de “pensamiento colectivo” o “pensamiento en red”. Los consejos que damos a leer al lector han sido, en cualquier caso, reelaborados por este Ministerio.