PNV-PP: una amistad de conveniencia sobre el filo de una navaja
El partido de Alfonso Alonso firma un acuerdo para sacar los presupuestos de Euskadi adelante y unos días después acusa al 'lehendakari' de ser el portavoz de ETA
Isabel Camacho 24/03/2017
![<p>Toma de posesión del 'lehendakari', Iñigo Urkullu, el pasado 26 de noviembre.</p>](/images/cache/800x540/nocrop/images%7Ccms-image-000011085.jpg)
Toma de posesión del 'lehendakari', Iñigo Urkullu, el pasado 26 de noviembre.
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En apenas ocho meses, el PNV ha pasado de ver imposible un pacto con el PP a sentir que tiene una deuda que saldar frente a los Presupuestos del Estado. Desde las elecciones del pasado junio, ha transitado por caminos divergentes con los populares y con su presidente Mariano Rajoy, al que llegó a exigir que fuera otro si quería compartir parte de la ruta con los nacionalistas. Pero los tiempos cambian y ambas formaciones, y los gobiernos vasco y español, han recuperado una amistad de conveniencia en la que se adentran en un camino de sintonía, voluntad y realismo. Palabras que se intercambian los líderes vascos de ambas formaciones para referirse al acuerdo.
Este giro copernicano va a permitir al Gobierno del lehendakari Urkullu sacar adelante los presupuestos vascos de 2017, de 11.000 millones de euros, con un 76% de gasto social, gracias a un acuerdo marco por el que los nueve parlamentarios populares se abstendrán en la votación en la Cámara de Vitoria-Gasteiz. El pacto tendrá como contrapartida el probable pago de los cinco votos nacionalistas a las cuentas españolas, como agradecimiento u “obligación moral”, según expresión de Andoni Ortuzar, presidente del PNV.
Sin embargo, tras esta relación de conveniencia y palabras conciliadoras, se esconde pasado plagado de reencuentros y rupturas en el pasado, fruto de las diferencias abismales entre el PNV y el PP vasco en asuntos como la reforma del Estatuto de Gernika, la ponencia parlamentaria Memoria y Convivencia -- en la que los populares no están presente-- y, en definitiva, o todo aquello relacionado con el llamado proceso de paz vasco, tras el fin de la violencia de ETA.
Este giro copernicano va a permitir al Gobierno de Urkullu sacar adelante los presupuestos vascos de 2017, de 11.000 millones de euros
Por ello, menos de una semana después de que Alfonso Alonso, presidente del PP en Euskadi, aplaudiese el acuerdo de presupuesto con el Gobierno de Urkullu, las sonrisas de complicidad se desvanecen y las relaciones entre ambas fuerzas políticas vuelven a tambalearse. El PNV no duda en decir que el PP “está arriesgando el proceso” y que Alonso retrocede a los tiempos del PP de Jaime Mayor Oreja.
Alonso ha soltado la mano de sus nuevos amigos para acusar al lehendakari Urkullu de ser el portavoz de ETA y de plantear un plan de acercamiento de presos como precio político a cambio de la entrega del arsenal. Una interpretación que Koldo Mediavilla, dirigente y mano derecha de Urkullu, ha calificado de “torticera”.
Una vez más, el PNV se lamenta de que los populares insistan en la estrategia de la confrontación y de utilizar el terrorismo y su final ordenado como un arma política irresponsable e intolerable.
“Creíamos que con Alonso llegaba un PP más centrado y más conciliador. Lamentablemente, parece que nos hemos equivocado, pues el Alonso de las declaraciones de ayer [por el martes, 21] representa lo mismo que Mayor Oreja. Si el PP vasco quiere tener un espacio en la política y unas relaciones normalizadas, debe cambiar, porque este no es el camino”, ha respondido el coordinador del grupo parlamentario del PNV, Iñigo Iturrate.
Iturrate califica las palabras de Alonso de “inaceptables, vergonzosas e insultantes a nivel personal y político” y le exige que pida perdón a Urkullu. “Alonso y el PP vasco son agentes que están fuera de juego, más fuera de juego incluso que los gobiernos español y francés”. A la hora de escribir estas líneas, Alonso todavía no había pedido disculpas a Urkullu, como le exige Mediavilla.
Alonso ha recuperado el lenguaje de antaño, y muestra así una actitud más beligerante que el propio Mariano Rajoy, a quien Urkullu está informando sobre todo lo relacionado con el desarme de ETA, y con quien se entrevistó en La Moncloa la semana pasada.
Estos vientos huracanados que han azotado el inicio de la primavera vasca no van a poner, sin embargo, en peligro el acuerdo presupuestario y, tras su firma, se espera que hoy [viernes 24 de marzo] ambos partidos cierren un pacto sobre las enmiendas parciales introducidas por el PP a cambio de su abstención. La votación definitiva del proyecto está prevista para el 11 de abril y contará con el rechazo de EH Bildu y Podemos.
Detrás de las conversaciones mantenidas entre ambas formaciones figura Andoni Ortuzar y estas además cuentan con el respaldo de Mariano Rajoy, que ya ha expresado su necesidad de “hacer nuevos amigos”, entre los que seguro incluye a los vascos. El plan es afianzar la relación entre las dos fuerzas, rota en los cuatro últimos años. Un Ortuzar pragmático no duda en reconocer que su partido está en una buena situación y que tienen que aprovecharla para lograr “cosas contantes y sonantes” para el País Vasco.
El PP de Euskadi tiene mucho empeño en evitar que se asocien los contactos entre Rajoy y Ortuzar con la negociación mantenida de cara a los presupuestos
El PP de Euskadi tiene mucho empeño en evitar que se asocien los contactos entre Rajoy y Ortuzar o los encuentros entre el ministro Cristóbal Montoro y el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, con la negociación mantenida de cara a los presupuestos. Pero el propio Alonso, que rechaza hablar de “intercambio de cromos”, reconoce que sería “bueno” proyectar la actitud negociadora de PNV y PSE, su socio de gobierno, y el propio PP en el panorama español frente a los “discursos populistas” que plantean otros.
El presidente del PP vasco y otros responsables del partido reconocen que nada tienen que ver las actuales relaciones de cordialidad entre ambos gobiernos y fuerzas políticas con las anteriores, que eran inexistentes. Y, como ejemplo señalan el encuentro entre Rajoy y Urkullu, mantenido el martes 14 de marzo en relación con el anuncio de desarme de ETA. Impensable hace cuatro años, en la anterior legislatura, cuando Rajoy ni siquiera respondía a las cartas de Urkullu.
Sin embargo, a pesar de las evidencias, el PNV prefiere no adelantar acontecimientos sobre su previsible apoyo a las cuentas públicas de Ejecutivo de Rajoy. “Todavía no hemos decidido ni hemos acordado, ya se verá. Por ahora seguimos hablando”, es la idea que repiten públicamente los dirigentes nacionalistas. El presidente del PNV ha sido más explícito y se refiere a la “deuda moral” que tiene su partido en Madrid tras el definitivo acuerdo en el País Vasco. Una deuda que él hubiera preferido evitar pactando las cuentas con EH Bildu, según ha reconocido.
Ortuzar ha culpado a la formación abertzale EH Bildu de haberse dejado “coaccionar” por el sindicato nacionalista ELA, que mantiene una posición de confrontación directa con el PNV y con el Gobierno autónomo. Tenía una oportunidad de condicionar la política presupuestaria vasca, pero la perdió al “dejarse secuestrar su capacidad de acción política”, ha dicho.
Mientras el PP, que presume de haber impedido que las cuentas públicas vascas naufragasen en la “extrema izquierda y la radicalidad”, consigue 29 millones de euros, (el 0,26% del presupuesto) en forma de enmiendas parciales que obtendrán los votos de PNV y PSE, para sus peticiones relacionadas con empleo, educación, sanidad y la estructura de la Administración del País Vasco, entre otros. El PP se ha ofrecido además a dar continuidad a los acuerdos presupuestarios, incluyendo su compromiso plurianual de aumentar en un 7% las ayudas a la conciliación familiar en el transcurso de la legislatura.
Tanto EH Bildu como Elkarrekin Podemos pedirán la devolución de las cuentas, aunque el pacto entre el Gobierno PNV-PSE y el PP impedirá que prosperen las enmiendas a la totalidad
Tanto EH Bildu como Elkarrekin Podemos pedirán la devolución de las cuentas, aunque el pacto entre el Gobierno PNV-PSE y el PP impedirá que prosperen las enmiendas a la totalidad, y el Gobierno de Urkullu salvará sus primeros presupuestos de esta legislatura.
EH Bildu apunta a oscuros acuerdos alcanzados fuera del País Vasco entre el PNV y el PP. “El PNV mira a España, a la derecha, y da la espalda a la mayoría social del país”, afirman. Y Elkarrekin Podemos considera que el acuerdo “obviamente” no se puede desligar de las relaciones de esas dos formaciones en Madrid y de sus intercambios de intereses.
En cuanto al PNV, tiene claro que su apoyo tampoco se va a saldar a cualquier precio. Una cosa es agradecer al PP su respaldo a las cuentas, y otra muy diferente olvidar sus históricas exigencias. Entre ellas, y con carácter prioritario, las transferencias en materia de prisiones y las relacionadas con el régimen económico de la Seguridad Social “en los términos de la Disposición Transitoria quinta del Estatuto de Gernika”, ha recalcado estos días Josu Erkoreka, portavoz del Gobierno de Urkullu. Dos muros infranqueables que los dirigentes nacionalistas piden a Rajoy que derribe para darle su confianza. “Son dos transferencias que llevan pendientes más de 20 años”, resaltan en el entrono del PNV.
El acuerdo de gobierno suscrito entre PNV y PSE incluye 35 competencias pendientes de transferir al País Vasco y que ambos demandan a su homólogo español.
El nuevo escenario donde se ha fraguado la pragmática amistad PNV-PP ya ha mostrado las primeras imágenes de la relación: con anterioridad a la firma favorable a la principal ley vasca por parte del partido que dirige Alfonso Alonso en Euskadi, el grupo nacionalista ya votó favorablemente el Real Decreto Ley de reforma de la estiba. Sumó sus votos a los del PP frente al resto de fuerzas políticas. Y perdió.
Su argumento de que el decreto garantizaba la competitividad de los puertos y los derechos sociales de los estibadores, y la alusión a la responsabilidad del PNV para cumplir con la sentencia obligatoria de la UE y evitar una nueva multa, no convenció. Sin embargo, ha sido interpretado como un gesto de acercamiento entre ambas formaciones tanto en medios del PP como del PNV.
Este nuevo entendimiento se plasma en los acuerdos ya logrados entre PNV y Gobierno de Madrid en materia ferroviaria, como es el caso del tren de alta velocidad que llegará a las tres capitales vascas. Así como el compromiso de construir la variante sur ferroviaria en la margen izquierda.
Pese a las discrepancias y las salidas de tono, el PP valora que el PNV haya abandonado cualquier tentación independentista a la catalana y haya apostado por la bilateralidad y negociación para la reforma de los estatutos. El acercamiento entre ambas formaciones beneficia a las dos. El PNV siempre se ha mostrado dispuesto a hablar y pactar con quien le conviene y así lo ha hecho con todo el abanico institucional vasco según las circunstancias.
Ya lo ha dicho el siempre claro Ortuzar: su partido está en una situación buena y la van a aprovechar para obtener “cosas contantes y sonantes”. Ya sabe que habrá más acuerdos. Rajoy necesita amigos. Alfonso Alonso, también.
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Isabel Camacho
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